Algunas conceptualizaciones sobre la angustia y la neurosis de angustia desde Freud.
Enviado por Ninoka • 7 de Marzo de 2018 • 2.245 Palabras (9 Páginas) • 517 Visitas
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Freud (1926) abordó por primera vez el problema de la angustia en el curso de sus investigaciones sobre las neurosis actuales. Entre éstas, se destacan tres: La neurastenia, la neurosis de angustia y la hipocondría. Tomando en cuenta a la neurosis de angustia considera que “se llevan a ella todos los factores que estorban el procesamiento psíquico de la excitación sexual somática.” (Freud, 1894)
“Los casos más puros de neurosis de angustia se los encuentra en individuos jóvenes potentes, con una etiología unitaria y una duración no demasiado larga de la enfermedad. Es común la producción común y simultaneas de síntomas de angustia junto con otros de neurastenia, histeria, representaciones obsesivas, melancolía.” (Freud, 1894)
Para Freud (1895) una abstinencia sexual, un comercio sexual con satisfacción insuficiente, el coitus interruptus, el desvío de interés psíquico respecto de la sexualidad, etc, son los factores etiológicos específicos de la neurosis de angustia.
En la neurosis de angustia, la angustia no admite una derivación psíquica, es decir, el apronte angustiado que constituye el núcleo de la neurosis no es adquirible por un afecto de terror psíquicamente justificado. Por terror se generaría una histeria o una neurosis traumática. La angustia de esta neurosis corresponde a una tensión sexual somática desviada de lo psíquico, que de lo contrario habría cobrado vigencia como libido. En contra de esto, Lowenfeld destaca que en ciertos casos unos estados de angustia aparecen después de un choque psíquico. Además, dice haber visto aparecer y desaparecer estados de angustia cuando no sobrevenía cambio alguno en la actividad sexual, y, por el contrario, estaban en juego otros factores.
Por otra parte, Freud (1894) destaca distintos síntomas que pueden presentarse en un cuadro de neurosis de angustia:
1) La irritabilidad general, que consiste en la acumulación de excitación o una incapacidad para tolerarla, es decir, una acumulación absoluta o relativa de estímulos. Esa irritabilidad acrecentada se puede dar mediante hiperestesia auditiva, hipersensibilidad a los ruidos, la cual se halla como causa del insomnio.
2) La expectativa angustiada, la cual designa al estado de angustia como una inclinación a una concepción pesimista de las cosas. Y hasta los enfermos pueden discernirla como una suerte de compulsión. Se considera que es el síntoma nuclear de la neurosis, en la que está presente un quantum de angustia libremente flotante que gobierna la selección de representaciones.
3) Ataque de angustia, el cual puede consistir en el sentimiento de angustia solo, sin ninguna representación asociada, o bien mezclarse con la interpretación más espontánea.
4) Ataques de angustia rudimentarios y equivalentes del ataque de angustia, que se muestran en diferentes formas, tales como: ataques de angustia acompañado por perturbaciones de la actividad cardíaca, o respiratorias, ataques de oleadas de sudor, temblores y estremecimientos, hambre insaciable, diarreas, vértigos, congestiones y parestesias.
5) Terror nocturno acompañado de angustia, disnea, sudor, etc.
6) Vértigo, que puede clasificarse en locomotor o de coordinación.
7) Sobre la base del estado de angustia crónica, por un lado, y de la inclinación a los ataques de angustia con vértigo, por el otro, se desarrollan dos grupos de fobias típicas, referidos, el primero, a las amenazas fisiológicas comunes, y el segundo a la locomoción.
8) Actividad digestiva, en sensaciones tales como ganas de vomitar y nauseas, y el síntoma del hambre insaciable. Además una inclinación a la diarrea.
9) Parestesias, que pueden acompañar al ataque de vértigo o de angustia.
10) Varios de los mencionados síntomas se presentan también de manera crónica, en los que se vuelven menos reconocibles, ya que la sensación angustiada que los acompaña pasa aun mas inadvertida que en el ataque de angustia.
Además, se trata por separado la neurosis de angustia en los hombres y en las mujeres. En base a éstas últimas se destacan los siguientes casos:
A) Como angustia virginal o de las adolescentes.
B) Como angustia de las recién casadas.
C) Como angustia de las señoras cuyo marido muestra ejaculatio praecox o una potencia muy aminorada, y
D) Cuyo marido practica el coitus interruptus o reservatus.
E) Como angustia de las viudas y abstinentes voluntarias.
F) Como angustia en el climaterio, durante el gran acrecentamiento final de la necesidad sexual.
Con respecto a la neurosis de angustia en los varones, se destacan los siguientes casos:
A) Angustia de los abstinentes voluntarios, combinada con síntomas de defensa.
B) Angustia de los varones con excitación frustánea.
C) Angustia de los varones que practican el coitus interruptus, cuando si dirige atendiendo netamente a la satisfacción de la mujer.
D) Angustia de los varones en la senescencia.
Por último, cabe destacar para Freud (1894) que la neurosis de angustia muestra concordancias y diferencias con otras neurosis, en particular con la neurastenia y la histeria. Por su parte, con la neurastenia comparte que la fuente de excitación, la ocasión para la perturbación reside en el ámbito somático y no, como en la histeria y la neurosis obsesiva en al ámbito psíquico. Pero por otra parte, se puede discernir cierta relación de oposición entre los síntomas de la neurastenia y los de la neurosis de angustia, que acaso se expresaría bajo estos títulos: “acumulación de excitación” – “empobrecimiento de excitación”. Esa relación no impide que ambas neurosis se mezclen entre sí, pero se revela en que las formas más extremas son en ambos casos también las más puras.
Con la histeria, la neurosis de angustia muestra una serie de concordancias en la sintomatología. La aparición de los fenómenos como síntomas duraderos o en ataques, las parestesias agrupadas a modo de aura, las hiperestesias y puntos de opresión que hallamos en ciertos subrogados del ataque de angustia, en la disnea y en el ataque
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