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CONSTRUCTIVISMO. LA ESCUELA FAMILIAR SISTÉMICA

Enviado por   •  15 de Noviembre de 2018  •  3.129 Palabras (13 Páginas)  •  382 Visitas

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Existen tres tipos de intervención. En primer lugar, encontramos las intervenciones cognitivas que están dirigidas a cambiar el tipo de atribuciones de la familia con respecto a las causas del problema o a la conducta de los demás, como por ejemplo la redefinición del síntoma o la connotación positiva, no tanto del síntoma, sino de su relación con otras conductas familiares importantes. En segundo lugar, dentro de las intervenciones conductuales, las prescripciones directas están encaminadas a comprobar en qué medida la familia es capaz de cambiar y si esos cambios se consolidan, mientras que las prescripciones paradójicas se emplean en el caso en que la familia no consigue cuestionar su sistema de creencias por ser muy rígido. Por último, también puede prescribirse una secuencia de conductas, diferente a la que sostenía la familia, sin darle ninguna explicación; por un lado, los rituales se emplean para hacer latente en la familia aquellos aspectos del sistema de creencias que no consiguen salir a la luz. La tarea ritualizada de los días pares-días impares, se prescribe en el caso en que la relación entre dos de los miembros dificulta las funciones que corresponden a sus roles (como el patrón educativo dirigido por los padres a los hijos); de modo que uno podrá ejercer su rol libremente, sin obstáculos, los días pares y otro, los días impares, habiendo un día en el que deberán trabajar en equipo. Finalmente, la prescripción invariable se emplea cuando dos subsistemas familiares han perdido sus límites, dificultando que el ciclo vital familiar se desarrolle normalmente.

- Terapia centrada en las soluciones. Esta corriente fue desarrollada por Steve de Shazer en 1978, recibiendo la influencia de la escuela de Palo Alto y de Karl Tomm. Así, lo patológico aparece cuando el sistema familiar actúa de manera inadecuada ante los problemas, pero no es capaz de cambiarlo por su historia evolutiva. Sin embargo, aquí el cambio no se basa en generar un nuevo patrón conductual, sino en recuperar aquellas secuencias de comportamiento que se encuentran ya dentro del registro familiar (aunque no tienen por qué ser conscientes) y que resultan eficaces puesto que, en su presencia, nunca se da el síntoma.

Para comenzar a generar el cambio, primero deben definirse operativamente los objetivos que se pretendan alcanzar, así como los indicios que mostrarán ese logro al individuo y al sistema en general. El cambio comenzará con un cambio mínimo, el cual se basará en el modo de cooperación que tenga la familia con el terapeuta. Modificando ciertos aspectos del lenguaje y enfatizando los recursos y los puntos fuertes que presente la familia, se pretende generar un cambio cognitivo y conductual sobre el que trabajar con las preguntas presuposicionales del terapeuta, quien, junto con la ayuda de la familia, resaltará aquellas soluciones eficaces de las que pueden valerse para acabar con el síntoma.

Además de las ya nombradas redefiniciones, connotaciones positivas, metáforas, tareas directas, ordalías, tareas paradójicas y rituales, se emplean tres tipos de intervenciones generales. En primer lugar, se encuentran las intervenciones sobre las secuencia sintomática en las que, una vez se ha definido y analizado el síntoma y las conductas que lo rodean, se introducen algún tipo de cambio en dicha secuencia: en la frecuencia, momento de aparición, personas involucradas, duración y lugar; añadir un elemento nuevo; cambiar el orden de los elementos constituyentes; descomponer la secuencia en elementos más pequeños; unir su aparición a la de alguna actividad gravosa. En segundo lugar, lo que puede modificarse son las variables contextuales que normalmente acompañan al síntoma para generar el cambio, como ocurre en la intervención sobre el patrón del contexto. Finalmente, las tareas de fórmula o llaves maestras no requieren un análisis en profundidad del síntoma. Mediante la tarea de fórmula de la primera sesión se insta a resaltar los aspectos satisfactorios de la vida del individuo y de la familia, mientras que en la tarea de la sorpresa se introduce en el patrón conductual algo que antes no se haya hecho y que pueda comenzar a considerarse como una nueva solución eficaz. Cuando los individuos no son capaces de llevar a cabo una solución adecuada por sí mismos, a pesar de haber sido identificada como tal, se emplean tareas genéricas orientadas a las soluciones eficaces que le faciliten hacer explícito qué ocurre, interna y externamente, cuando es él quien la pone en práctica.

- Terapia estructural. Esta variante surge a raíz de los trabajos de Minuchin, entre 1965 y 1970. Minuchin destaca dos variables estructurales importantes en un sistema familiar: sus límites y su jerarquía. En base a esto, considera que un sistema familiar es patológico cuando estas dos variables, en interacción con su correspondiente contexto evolutivo o social, provocan que la familia constituya un sistema inadaptado o en desequilibrio. Por lo tanto, el cambio se centra en modificar la estructura familiar, incluyendo sus límites y jerarquías, mediante el cuestionamiento de la estructura familiar observada, con el objetivo de instaurar nuevas estrategias que faciliten la adaptación a su verdadero momento evolutivo.

En este tipo de terapia es muy importante establecer una buena alianza terapéutica, ya que las principales estrategias que utiliza el terapeuta se basan en técnicas de desafío familiar. Mediante estrategias de coparticipación, el terapeuta observa el funcionamiento familiar natural en las sesiones, de manera que queden claros los límites y la jerarquía, así como las conductas que mantienen los patrones disfuncionales. Aquí, en función de cuál sea la idiosincrasia familiar, el terapeuta puede adoptar una postura cercana (ejerciendo de fuente de apoyo y autoestima), intermedia (manteniéndose neutral) o distante (la neutralidad se observa a nivel emocional).

Una de las técnicas de intervención empleada es el desafío, basada en la definición de ciertos patrones familiares, observados espontáneamente en sesión, los cuales son escenificados, analizando y focalizando las principales problemáticas sobre las que se deberá trabajar, así como intensificados en aquellas ocasiones en las que existe una fuerte resistencia de la familia para observarlos o cambiarlos. Otra técnica es la reestructurante, dirigida a modificar ciertos componentes de la estructura familiar que resulten patológicos como pueden ser la fijación de límites, el desequilibrio de la jerarquía mantenida o el aprendizaje de complementariedad o la ampliación de puntos de vista y alternativas al síntoma que presentan y a las formas de afrontamiento.

Por último, encontramos las técnicas de cambio de visión, utilizadas

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