Capacidades cognititvas del niño desde el nacimiento hasta etapa preescolar

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La posición del fetos es también importante en momento de determinar riesgos posibles en el recién nacido. El 4% de los alumbramientos, los niños nacen en posición invertida provocando a veces un daño en la medula espinal o igual un daño cerebral (Gallahue y Mc Clenaghan, 1998: 10).

Además de lo anterior, los factores externos también juegan un papel importante en la motricidad de los pequeños. Estos elementos constituyen la experiencia del niño con el entorno en donde se desenvuelve o las limitaciones que dé el mismo. En algunas investigaciones, Wayne Dennis (1960) demostró los efectos de las privaciones ambientales en el desarrollo físico y conductual de los niños. En dos institutos, el desarrollo conductual de los niños estaba retrasado, mientras que una tercera presentaban una conducta normal. Se compararon los procedimientos empleados por las tres instituciones y se llegó a la conclusión de que el comportamiento retrasado a las dos primeras se debe a la restricción de algunas áreas específicas del aprendizaje (Gallahue y Mc Clenaghan, 1998: 11). Los niños cuya limitación del contacto ambiental poseen una leve retraso motor y además nunca lograron desarrollar ciertos patrones motores en su etapa posterior.

Dicho lo anterior se mostrará una tabla en el cual contiene las habilidades motoras gruesas y finas que debe de desarrollar un niño desde los tres hasta los cinco años de edad.

Ya se ha hablado sobre el desarrollo cognitivo y físico del niño, ahora bien otro aspecto fundamental que se debe tomar en cuenta es la socialización del niño con respecto a su contexto familiar, social y escolar.

La socialización es un procesos interactivo a través del cual el niño satisface sus necesidades y asimila la cultura, y a la vez, de manera recíproca, la sociedad se perpetua y desarrolla (López, 1995: 100)

Cuando nace, el niño está muy indefenso y depende mucho de la ayuda social para necesita satisfacer necesidades básicas (López, 1995:99), las cuales son:

- Protección contra peligros reales e imaginarios

- Cuidados básicos: limpieza, alimentación.

- Posibilidad de establecer vínculos afectivos

- Exploración del entorno natural y social

- Actividad lúdica con objetos y personas

Estas necesidades colaboran a que el niño esté preparado física, mental y socialmente para incorporarse al grupo social que pertenece. Asimismo, la sociedad también necesita del niño para poder mantenerse y sobrevivir, por eso además de satisfacer sus necesidades, también le transmite conocimientos de la misma llama cultura en el cual implica reglas, valores, tradiciones, costumbres significativas para la sociedad.

Para poder integrarse al grupo social, se pasa por ciertos procesos de socialización, lo cual se divide en tres: afectivos, mentales y conductuales.

Los procesos afectivos son los que el niño establece con sus familiares que son las bases más sólidas de su desarrollo social, si ya están establecidos el niño puede vincularse a personas externas a su familia como sus pares o personas mayores.

Los procesos mentales son la adquisición de conocimientos y el aprendizaje del lenguaje. Ejemplo, el aprendizaje de contenidos escolares.

Los procesos conductuales, se aprenden de la misma sociedad, es decir, dictamina las características deseables en las que el niño se deba comportar ante la comunidad como los modales ante la mesa, la moral, el favor que recibe de los demás etc.

Sin embargo no hay que descartar que, como todo, los factores biológicos, y sociales intervienen en la socialización de los niños. Un claro ejemplo de una causa biológica es el temperamento.

El temperamento son las diferencias estables individuales en la calidad e intensidad emocional (Berk, 1999:536), es decir cómo el niño va a reaccionar emocionalmente ante una situación.

Berk nos menciona tres tipos de temperamento:

- Niño fácil

- Niño difícil

- Niño lento para animarse

El niño fácil es el que cuyo temperamento es tal que rápidamente establece rutinas regulares en la infancia. Es caracterizado por ser alegre, activo y que se adapta rápidamente a experiencias nuevas.

El niño difícil es aquel que es sus rutinas son irregulares en la infancia y es lento a aceptar experiencias nuevas, por lo regular reacciona de forma negativa e intensa.

Mientras que el niño lento para animarse, sus respuestas ante los estímulos ambientales son bajas o leves; es de ánimo negativo y se ajusta lentamente a experiencias nuevas.

Aunque los temperamentos ya estén desde el nacimiento; el ambiente, las personas y por supuesto, las experiencias; son agentes que ayuden a “moldear” un poco más el temperamento y de esta manera este elemento forme parte de la personalidad.

La comprensión es una de las partes más elementales para la convivencia con otros, si no fuera así, no se establecería una sociedad como tal. Ahora la cuestión es ¿Cuándo empieza el niño a comprender los sentimientos deseos de los demás?, para responder dicha cuestión, Judy Dunn ha seguido dos métodos. La primera es la experimentación en la cual se les da a los niños tareas que requieran cambiar su perspectiva para poder adoptar la de los demás. La segunda es hacer inferencias a partir de la conducta natural del niño con su entorno (Dunn, 1990:31).

Si bien estos métodos son poco efectivas debido a solo se basan se suposiciones, no se ha clarificado en qué momento el niño comienza a tener una comprensión hacia los demás.

Aunque no se sabe el tiempo exacto sobre la adquisición de esta habilidad, los indicios de que el niño comprende a los demás es a partir de los tres años, más si estos son primogénitos de su familia ya que anticipan las emociones y deseos del segundogénito cuando este realiza alguna actividad sin poder interactuar verbalmente con los demás (Dunn, 1990: 33).

Estas capacidades (cognitivas, físicas y sociales) son las que desarrollan los niños a lo largo de su niñez e infancia. Dichas características son esenciales para su vida posterior. Si bien, esta etapa es muy fundamental en el desarrollo de sus capacidades ya que pueden explotarlas a su máximo nivel y sean habilidades que les permitan ser competentes para la vida.

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