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Desarrollo en la etapa preescolar.

Enviado por   •  5 de Junio de 2018  •  5.438 Palabras (22 Páginas)  •  435 Visitas

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En casi todos los niños, la preferencia por una mano se establece entre la niñez temprana y la niñez media (Gesell y Ames, 1947). Además de la maduración del cerebro, la preferencia de una mano refleja a veces las presiones de los padres y los maestros para usar la mano derecha que goza de la “aceptación social”.

Desarrollo de las habilidades motoras.

Las habilidades motoras del niño mejoran en forma considerable durante el periodo preescolar (Clark y Phillips, 1985). Los cambios más impresionantes se concentran en las habilidades motoras gruesas como: correr, saltar y arrojar objetos. En cambio, las habilidades motoras finas como escribir y utilizar cubiertos se desarrollan con mayor lentitud.

Casi todo lo que hace el niño en los primeros años de vida supone una interacción entre procesos motores, perceptuales y cognoscitivos, junto con el desarrollo social y emocional. Por ejemplo, cuando un preescolar camina sobre un madero, no sólo aprende a equilibrarse sino que también experimenta el concepto cognoscitivo de “estrecho” y el concepto emocional de “confianza”. Aunque gran parte de lo que hace parece ser una exploración meramente sensorial, sus acciones suelen ser propositivas y estar encaminadas a metas.

Habilidades motoras gruesas.

Los niños de dos años pueden caminar y correr pero siguen siendo relativamente pequeños y regordetes. Su marcha es vacilante y se da con las piernas muy separadas. También suelen usar las dos manos o ambas piernas cuando sólo necesitan una. Por ejemplo es probable que el niño de dos años extienda las dos manos para recibir una galleta.

A los tres años, el niño mantiene más cerradas las piernas al caminar y correr, sin que deba fijarse en lo que hacen sus piernas o sus pies. Es decir, su conducta motora gruesa empieza a dar señales de automaticidad (capacidad que consiste en ejecutar actividades motoras sin pensar en ellas). En la tabla 1 se muestran las conductas motoras del niño preescolar.

Tabla 1. Desarrollo Motor del Preescolar

Niños de 2 años

Niños de 3 años

Niños de 4 años

Niños de 5 años

Camina con las piernas separadas y vacilantes.

Mantiene las piernas juntas cuando camina o corre.

Puede variar el ritmo cuando corre.

Puede caminar sobre una viga de equilibrio.

Puede subir, empujar, jalar, correr, colgarse de las dos manos.

Puede correr y desplazarse con mayor fluidez.

Salta con torpeza; brinca.

Salta rítmicamente, se sostiene sobre una pierna.

Tiene poca resistencia.

Alcanza los objetos con una mano.

Tiene más fuerza, resistencia y coordinación.

Sabe usar botones y cremalleras; puede amarrarse las agujetas de los zapatos.

Alcanza los objetos con las manos.

Mancha y embadurna al pintar; apila bloques.

Dibuja formas y figuras simples; hace pinturas; usa bloques para construir.

Usa los cubiertos y las herramientas en forma correcta.

La actividad global alcanza su punto más elevado entre los dos y lo9s tres años y disminuye en forma gradual durante el resto del periodo preescolar. La reducción empieza primero en las niñas, razón por la cual a algunos de los varones les cuesta más trabajo quedarse quietos en su asiento cuando están en su escuela.

Habilidades motoras finas.

Estas habilidades exigen el uso coordinado y diestro de la mano, los dedos y el pulgar. Hacia el final del tercer año surgen nuevas habilidades manuales a medida que el niño empieza a integrar y a coordinar los esquemas manuales con otras conductas motoras, perceptuales o verbales. Las habilidades motoras finas también empiezan a mostrar automaticidad.

Así, entre los dos y los tres años de edad pueden ponerse y quitarse algunas prendas simples. Abre y cierra la cremallera y sabe usar la cuchara. El niño entre los tres y cuatro puede abotonar y desabotonar botones grandes y “servirse” ciertos alimentos. Entre los cuatro y cinco puede vestirse y desvestirse sin ayuda e incluso utilizar los cubiertos. De los cinco a los seis años, puede hacer nudos simples y a los seis por lo general se amarran las agujetas.

Las habilidades motoras que empiezan a aprender suelen ser acciones ordinarias como cortar con tijeras, brincar y saltar. Estas habilidades mejoran su capacidad para desplazarse, valerse por sí mismos y comportarse de manera creativa. Algunos aprenden actividades que les implica mayor destreza como gimnasia, tocar el piano o cabalgar.

Algunas condiciones importantes para desarrollar estos procesos son: el aprestamiento, práctica, atención, competencia, motivación y retroalimentación.

Es necesario el aprestamiento para aprender cualquier habilidad. Se necesita cierto nivel de madurez y ciertas habilidades básicas para que el niño aproveche el entrenamiento. El niño desea aprender, disfruta la práctica y le fascina su desempeño. Muchas veces da indicaciones de que ha alcanzado el aprestamiento óptimo para aprender una habilidad en particular.

La práctica es indispensable para el desarrollo motor, los niños no podrán lograr subir escaleras sino no lo realizan. Cuando los niños viven en un ambiente limitado y restringido, su adquisición de habilidades motoras se rezaga. Por el contrario, en un ambiente rico y dinámico suelen ajustar bien su ritmo de aprendizaje.

El aprendizaje motor mejora también con la atención, la cual exige un estado de alerta y comprometido. Pueden recurrirse a ejercicios y juegos para enseñarles a mover brazos y piernas.

La motivación de competencia se refleja en la observación de que los niños a menudo intentan cosas sólo para saber si pueden hacerlas, para perfeccionar sus habilidades, para probar sus músculos y sus capacidades, para disfrutar el placer que les procuran. A menudo se entregan

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