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EL CEREBRO ÉTICO.

Enviado por   •  12 de Abril de 2018  •  2.307 Palabras (10 Páginas)  •  274 Visitas

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Estos son aspectos importantes de conocer para obtener una visión más amplia de las capacidades humanas y de aquello que se considera como verdadero. Nuestras capacidades, de acuerdo al autor, están limitadas por las potencialidades de nuestro cerebro y muchas limitaciones que los seres humanos padecemos, tienen una incidencia directa en el campo ético. Nuestras vivencias están altamente relacionadas con el funcionamiento de nuestro cerebro y muchas veces nuestras distorsiones en la comprensión de las cosas son provocadas por nuestro cerebro y su funcionamiento, especialmente en algunas áreas que tienen que ver con el procesamiento de información y la memoria.

De esta forma también entran en juicio otros argumentos como son la culpabilidad moral de los delitos que pueden cometer las personas y que muchas veces están propiciados por circunstancias orgánicas que generan actividades en las cuales se pierde el libre albedrío y se actúa de acuerdo a una falsa forma de ver la realidad. Este aspecto nos permite reflexionar acerca de nuestros juicios morales y la forma como muchas veces cuestionamos el proceder ajeno. Las características personales, la historia, los acontecimientos vividos y en general la salud de las personas puede incidir en sus decisiones, en la forma de ser y de relacionarse con los demás. En ese sentido nuestra percepción de las personas puede ser más abierta y comprensiva de tal forma que seamos capaces de ver en el otro a una persona con limitaciones y que tal vez no tiene total responsabilidad sobre sus actos.

Uno de los puntos más álgidos que a juicio propio considera el autor, se refiere a las creencias religiosas; el autor considera que las creencias son respuestas que muchas veces los grupos sociales elaboran para explicar asuntos que no logran comprender. Para el autor las religiones juegan un papel fundamental en el funcionamiento de nuestro cerebro ya que este usa las creencias para justificar o para explicar determinadas acciones que sin estas creencias le quedarían muy difíciles de asimilar. En este punto, el autor considera que las religiones en cierta forma son construcciones sociales necesarias para la convivencia y la supervivencia, y que muchas veces las religiones aportan al ser humano la satisfacción de las necesidades básicas. Por lo tanto, el pertenecer a un grupo religioso de alguna forma por tratarse de un conjunto de personas, el individuo consigue apoyo y bienestar.

El autor igualmente deja de lado otras cuestiones de carácter espiritual en las cuales el sistema de creencias no explica totalmente el sentido de la religión, que para los cristianos, por ejemplo consiste en una relación personal con un ser trascendente y que esta relación implica no sólo un sistema de creencias sino también la aceptación de una voluntad superior que busca y acoge al hombre y le brinda un sentido diferente que transforma su comprensión del mundo a partir de una realidad espiritual.

En un amplio sentido cabe comprender que la visión del autor para analizar los postulados éticos desde una visión práctica y biológica, dan un aporte importante para complementar otras visiones ético – morales de las acciones humanas. Si bien el sentido utilitarista que brinda la filosofía donde se considera las acciones como éticamente aceptables cuando favorecen al bien común, son importantes pero no son la única explicación para racionalizar los conceptos y los argumentos que pueden explicar diferentes cuestiones relacionadas con la vida humana. No porque muchas personas escojan o consideren algo como adecuado o beneficioso, debe considerarse éticamente válido. Por ejemplo, la consideración de la vida humana a partir de los 14 días después de la fecundación, implica un cambio relevante en la percepción la concepción humana que tradicionalmente se ha relacionado con el momento mismo de la unión del espermatozoide con el óvulo, instante en el cual se inicia el proceso específico del desarrollo de un ser humano. Al respecto en el 2008, la Congregación para la doctrina de la fe, Dignitas Personæ sobre algunas cuestiones de bioética, Santa Sede, afirmaron que “A cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, se le debe reconocer la dignidad de persona”[3]

El autor es muy claro en diferenciar los planteamientos con un tinte religioso y que por tanto responden, como él lo plantea a un sistema de creencias en los cuales la persona se inscribe socialmente. Pero determinar la ética netamente desde un sentido biológico puede generar inestabilidad en el sistema de respuestas a lo que pueden ser asuntos de carácter fundamental para el hombre como el origen de la vida, el término de la misma, el respeto a la genética humana, valoración de la persona humana en todas sus circunstancias para evitar todo tipo de manipulación que pueda ir en contra de su dignidad personal. Muchas de estas teorías pueden llevar a distorsiones en la forma de concebir al ser humano, causar por otra parte, muchas intervenciones que pueden a largo plazo ir en contra del ser humano. Cuando una pareja por ejemplo pudiese escoger el tipo de niño que quiere, esto puede ocasionar manipulación social procedente desde el origen mismo del nacimiento y generar todo tipo de manipulación o cosificación de la vida, y a largo plazo explotación de unos hacia los otros con la consecuente marginación de aquellos que no tienen ciertas capacidades o potencialidades.

El cerebro humano, es una parte esencial de la persona, como lo expone el autor y por lo tanto cualquier actividad que pueda generar, de forma natural su mejoramiento, sin ser objeto de manipulación genética, debe ser bienvenida si ésta beneficia al ser humano pero evitando discriminación en los demás. El cerebro humano, por ser un órgano fundamental para el hombre tiene realmente un papel importante en las decisiones morales y en los juicios éticos que puedan realizarse, pero sin embargo, no lo es todo; la persona va mucho más allá de este órgano tan importante como el cerebro. Hay que salvaguardar la dignidad humana por encima del capricho de sistemas económicos que buscan simplemente optimizar los recursos, socavando a consta de la persona.

Desde el punto de vista educativo, este texto brinda la posibilidad de generar discusiones que favorecen, a partir de la discusión, obtener una visión más amplia de la bioética, considerada no como un camino cerrado o terminado sino como un proceso siempre abierto a nuevas comprensiones. La vida humana no puede limitarse a creencias cerradas o a supuestos teóricos acabados, siempre existe la posibilidad de ampliar nuestro punto de vista, para analizar otras opciones y esta forma analizar la forma de mejorar nuestra condición humana sin ir en contra la persona y de la vida.

Acorde

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