EL TRABAJO INTELECTUAL TECNIFICADO DETRÁS DE LA RETÓRICA.

...

con la estructura del discurso, el exordio, la narratio, la argumentación y la peroración son elementos que organizan el discurso estratégicamente.

“El exordio busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u objetivo.

La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue.

La argumentación es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio).

La peroración (…) Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento-puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión final positiva y favorable”. (Hernández, G. J. y García, T. M., 1994)

Antes de construir un discurso, es de suma importancia estudiar el público al que será dirigido. En la medida de lo posible, se debe conocer su cultura ideológica y sus principales demandas ante la propuesta que el emisor presentará. Un público es parte de una organización y este, a su vez, puede dividirse en subgrupos que, no necesariamente, compartirán el mismo estilo receptivo; por lo tanto, también se deberá analizar este aspecto para adaptar el discurso a cada grupo sin perder el sentido inicial encaminado al cumplimiento del o los objetivos comunes.

Los grandes protagonistas en un discurso, detrás del orador, son los argumentos. Se trata de las declaraciones que defenderán la postura tomada y, al mismo tiempo, persuadirán al público de la predominancia de la ideología inherente al emisor. En primer lugar están los argumentos ligados al ethos: su estilo es afectivo y moral, con ellos se ganará el voto de confianza; después están los argumentos relacionados al pathos: son los que despertarán emociones y sentimientos en el público, estos crearán un estrecho vínculo entre el ponente y su audiencia; finalmente, los argumentos del logos son los que expresan la lógica de las ideas, la comparación con su antítesis y así hegemonizar su postura.

Los grandes pensadores, las organizaciones supremas en su área, poderosos dictadores y líderes de la historia, conocieron el valor que tiene el discurso para cumplir sus objetivos comunes. Es, probablemente, la estrategia más poderosa para dominar, persuadir y establecer una postura. En lo que respecta a las organizaciones, la retórica discursiva es la principal técnica para influir en los miembros y hacerlos funcionar eficazmente.

FUENTES DE CONSULTA

- HERNÁNDEZ, G. J. y GARCÍA, T. M. (1994) Historia breve de la Retórica. Madrid: Síntesis.

- COLOMER, J. (2009). Ciencia de la política. Barcelona: Ariel.

- HARPER, L. (2014). How to give a speech. Nueva York: The Rosen Publishing Group.

- CARUMAN, S. y QUIROGA, R. (sin fecha). Teoría del Discurso Retórica. Universidad de Chile.