TRABAJO PRÁCTICO : DESARROLLO INTELECTUAL

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Quinto Subestadio (de 12 a 18 meses): Novedad y exploración

El bebé comienza de forma deliberada y sistemática a variar sus conductas. El niño no se limita ahora a repetir, delante situaciones concretas, respuestas o soluciones que previamente habían tenido éxito. Es el momento en que empieza a experimentar y descubrir nuevas soluciones mediante un procedimiento de tanteo. Así puede aprender que un objeto situado a cierta distancia puede cogerse mediante un palo, cordel, etc... La experimentación sobre el entorno adquiere un papel predominante en la conducta del niño que disfruta con estas nuevas actividades. El lanzar objetos como cucharas u otros desde la sillita, por ejemplo, es un medio por el que pueden explorar las consecuencias de sus actuaciones y resultar altamente motivante. El desarrollo cognoscitivo está teniendo su inicio en estas actividades.

Sexto Subestadio (de 18 a 24 meses): Representación mental

El niño es ahora capaz de pensar y actuar sobre el mundo de forma interna y no meramente de forma externa (tanteo). Así será capaz de buscar los objetos que se han escondido mediante desplazamientos invisibles.

Piaget explica perfectamente el alcance de representación mental con alguna de las observaciones efectuadas a una de sus hijas (Jacqueline): "Jacqueline, ve que pongo una moneda en mi mano, después coloco mi mano bajo una manta. Retiro mi mano cerrada; Jackeline la abre, después busca bajo la manta hasta que encuentra el objeto. Retorno inmediatamente la moneda, la pongo en mi mano y deslizo mi mano cerrada bajo un almohadón situado del otro lado (a su izquierda); Jackeline inmediatamente busca el objeto bajo el almohadón. Este tipo de conducta es lo que para Piaget muestra la adquisición del concepto de objeto en uno de sus rasgos principales como es el de la constancia. En estos momentos, el niño posee, junto con la noción de objeto, los conceptos de espacio, tiempo y causalidad que le permitirán lograr una representación coherente y completa de la realidad en la que él mismo está incluido, y a partir de la cual puede actuar de forma inteligente.

- Los Dos procesos esenciales son, por un lado la adaptación al ambiente y, por otro, la organización de la experiencia por medio de la acción, la memoria, las percepciones u otras clases de actividades mentales.

La adaptación comporta dos actos que tienen lugar al mismo tiempo, simultáneamente y sin poder realizarse uno sin el otro. El sujeto al mismo tiempo que modifica al objeto (asimilación) es modificado por él (acomodación). La expresión interna de este proceso adaptativo está dada por la organización. Tanto la adaptación como la organización se realizan simultáneamente en la misma actividad intelectual constituyendo sus invariantes funcionales.

- La inteligencia posee un aporte hereditario a priori que se caracteriza por ser ilimitado en su posibilidad funcional de construcción de nociones. El aporte innato está dado por nuestros sentidos y por nuestro sistema nervioso y es de orden estructural.

El pensamiento reflexivo sólo existe por el aporte de datos proporcionados por un estadio anterior, el pensamiento concreto, que se construye en su relación directa e inmediata con los objetos, con la realidad tangible. El pensamiento concreto es fruto de la actividad anterior del pensamiento que se caracteriza por su subjetividad, el pensamiento simbólico. Éste se construye a partir de acciones sensoriomotrices, de los hábitos, asociaciones adquiridas, que suponen a su vez el reflejo como punto de partida. El reflejo es la primera manifestación de la vida misma y en este sentido es fácil comprender cómo la inteligencia hunde sus raíces en lo biológico.