Elaboración de un Programa conductual para niños y/o adolescentes con Trastorno negativo desafiante
Enviado por tolero • 24 de Abril de 2018 • 7.060 Palabras (29 Páginas) • 487 Visitas
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El programa consta de 8 pasos:
PASO 1: ¡Preste atención!
PASO 2: Consiga paz y cooperación con el elogio
PASO 3: Cuando el elogio no sea suficiente, ofrezca recompensas
PASO 4: Use formas de disciplina moderadas, “el tiempo-fuera” y otras
PASO 5: Utilice “el tiempo fuera” con otros problemas de conducta
PASO 6: Piense con anticipación en el futuro. Qué hacer en público
PASO 7: Ayude al maestro para que ayude al niño
PASO 8: Camine hacia el futuro con esperanza
- (JUSTIFICACION DEL PROGRAMA, UTILIDAD DE HACER EL PROGRAMA) (2 Paginas)
En primer lugar no soy psicólogo, soy estudiante y de paso a distancia no me quejo pero hago lo posible en entablar comunicación con mis docentes de la carrera de UIGV y por mi trabajo a full como cualquier mortal, tampoco voy a escapar en aprender y aplicar este programa de tratamiento a un niño/adolescente con problemas de conducta (TDN) con ayuda de psicólogos de provincias, es verdad maestra usted como alta especialista conoce bien este campo y no le voy a engañar hare lo posible en acercarme en aprender investigando sobre estos programas o terapias que se aplican a jóvenes con conducta negativo que hay por miles a lo largo y ancho en nuestro país y porque no decirlo a nivel mundial, hoy el mundo ha cambiado mucho y a velocidades increíbles que mucha gente del siglo pasado sigue pensando, hablando y muy especialmente nosotros los padres queremos que nuestros hijos caminen y sean tratados como nosotros fuimos educados un zurraso y listo uno caminaba derechito y en escuela o colegio igual pobre alumno que se portaba mal su Madre o padre venia llamado por el docente terminaba en una tunda de padre mío y caminábamos recto y obediente igual ocurría en centros educativos los profes eran la ley eran respetados, pero vivimos en otros tiempos en donde a un alumno no se le puede tocar ni con el pétalo de una rosa; entonces surge este asunto de los problemas más importantes que se encuentran hoy en día en los centros educativos es la violencia en sus aulas son testigos mudos, el hogar es el otro lugar donde muchas veces se inicia este trastorno negativo desafiante; algunos autores como B. atamari como terapeuta menciona en la práctica educativa de los padres con sus hijos, una de las dificultades más frecuentes es la desobediencia, junto en algunos casos con la provocación, además recalca que los comportamientos negativistas, oposicionantes y desafiantes son el resultado de varios factores asociados, en los que puede intervenir la propia biología del niño y su entorno educativo.
Una de las causas más frecuentes de estas conductas es la falta de un método adecuado en el manejo del niño o del adolescente por parte de sus padres o educadores. Ante una educación sobreprotectora y en la que no interviene la educación de la capacidad de frustración surgen niños y adolescentes que no respetan las normas ni la propia autoridad de los padres. Ahora bien, ¿podemos concluir que siempre estos trastornos del comportamiento son consecuencia de una mala educación?, evidentemente no, existen variables biológicas, desde dismadurativas hasta lesivas, que condicionan la respuesta educativa de un niño o adolescente. Estas variables biológicas pueden ser consecuencia de la propia carga genética, que va regular al desarrollo del cerebro, fundamentalmente del cortex prefrontal, principal área reguladora del control del impulso y de las funciones ejecutivas. ¿Qué son las funciones ejecutivas? Es un conjunto de habilidades que permiten la anticipación y el establecimiento de objetivos, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo con eficiencia. El cerebro ejecutivo tiene un papel neurológico fundamental, el de “director de orquesta”. Estos niños y adolescentes con Trastorno Negativista Desafiante tienen un mal director de orquesta con lo que su “música comportamental “es disarmónica.
Hoy en día conocemos que la ausencia de unas adecuadas funciones ejecutivas está implicadas en el desarrollo de conductas disruptivas. Entre estas destacan la flexibilidad cognitiva (capacidad para el cambio), la memoria de trabajo, la autorregulación, la habilidad para resolver problemas gracias a la planificación y la organización y la capacidad para la inhibición de conductas. La memoria de trabajo, habilidad ejecutiva básica, es la capacidad de la persona para mantener información en su mente y operar con ella. Estos déficits de funciones ejecutivas afectan la capacidad del niño para responder de forma adaptativa al entorno ante las normas del adulto. El niño con dificultades en su memoria de trabajo tiene dificultades para valorar las consecuencias de sus comportamientos basándose en la experiencia previa. Por ello mismo no es capaz de anticiparse a las potenciales consecuencias de sus actos. Estas dificultades cognitivas del niño contribuyen en general a la aparición de múltiples comportamientos de carácter oposicionista.
Estos niños y adolescentes presentan un temperamento y unas características cognitivas que facilitan la expresión de comportamientos disruptivos al carecer del autocontrol necesario para identificar y regular sus comportamientos. En esta línea de trabajo entra en la escena clínica una categoría diagnóstica recogida en el “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, texto Revisado (DSM-IV-TR)” de la A.P.A. como Trastorno Negativista Desafiante y en la “Décima Revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10)” de la O.M.S., como Trastorno Disocial Desafiante y Oposicionista.
El número de niños/adolescentes con TDN es cada vez mayor, pero existe un gran desconocimiento de este trastorno así como de mi persona la verdad no sabía que existían estos problemas y estas vías para recuperar a los jovencitos problemáticos, menos la población general desconocen al respecto, por ello será de gran ayuda, sobre todo para el futuro profesional en psicología, conocer ampliamente este trastorno, y especialmente, como abordarlo.
En las consultas pediátricas se detectan los trastornos más graves como el síndrome de down o la ceguera entre otros, pero la escuela es el segundo ámbito más importante en el que se detectan trastornos que, en principio, no cuentan con indicadores físicos, sino que se van descubriendo a medida que comparas el desarrollo “normal” de los
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