Estigma en salud mental en un caso mediático
Enviado por JuanDiego Cruzado • 6 de Octubre de 2019 • Ensayo • 1.446 Palabras (6 Páginas) • 712 Visitas
Juan Diego Cruzado.
Estigma en salud mental en un caso mediático
El presente ensayo plantea una reflexión personal sobre la salud mental y el estigma asociado a la salud mental, a la luz del caso de la difusión mediática del suicidio del expresidente Alan García, el cual ocurrió el 17 de abril del 2019 y las repercusiones de este suceso en la opinión pública. Este suceso, además de tener una gran repercusión política, mediática y social, tuvo una respuesta de conmoción, de incertidumbre y dejó a las personas con una necesidad de darle sentido a lo ocurrido, por lo que se dijo mucho sobre un tema que usualmente pasa desapercibido en la vida cotidiana, como la mayoría de temas relacionados con la salud mental. Este caso resulta pertinente para analizar el estigma en la salud mental ya que es un caso coyuntural y actual, que involucró a las redes sociales, la opinión pública, los medios de comunicación y sus interacciones, opiniones, creencias e ideas suelen quedar inmortalizadas en el espacio virtual. Además, se plantea como un caso que se queda en la memoria de las personas a las que les causó especial interés el tema del suicidio, del estigma y de la salud mental en el Perú, aunque no sea necesariamente un caso personal, el caso invita a una necesaria reflexión personal sobre el propio entendimiento de la salud mental.
En primer lugar, teniendo en cuenta que el Ministerio de Salud (MINSA) define salud mental como: “La expresión de un conjunto de factores protectores, condicionantes, determinantes, precipitantes y de sostenimiento, de naturaleza integral que se manifiesta en el bienestar subjetivo de la persona.” (2016, p. 3) y que según las cifras de la OMS (2018), más de 800,000 personas se quitan la vida al año en el mundo y según el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi (2017), se llegan a atender en promedio 5 casos de intentos de suicidio al día, resulta relevante analizar cómo se trató este caso. En una situación como la mencionada, en la que se difunde de manera mediática un tema tan sensible como el suicidio, es importante reconocer el rol que cumplen de los medios de comunicación como actores que transmiten la información a la ciudadanía de manera que en ocasiones la información se presenta de formas tendenciosas con el fin de llamar la atención y no con el fin de informar los hechos de forma responsable. Además, es necesario reconocer el papel que tiene cada persona en la recepción y retransmisión de la información, reconocer hasta qué punto decidimos creer la información, las etiquetas, las justificaciones y, en ocasiones, el morbo que recibimos de los medios, de las redes sociales y de las personas en general, ya que muchas de las ideas planteadas en los medios de prensa y en las redes sociales contribuirían a reforzar el estigma alrededor de la salud mental y los problemas de salud mental en las personas.
En segundo lugar, se entiende que el estigma es parte de una forma de categorización social orientada a la marginalización y la desacreditación de un grupo de personas con una característica o rasgo socialmente indeseable, como puede ser la enfermedad mental, haciendo que de esta característica el centro de la personalidad y la identidad de esa persona o grupo, deshumanizando y reduciendo lo que son a una etiqueta. (Maza, 2015). Este proceso de estigmatización da cuenta de las dinámicas asimétricas de poder que buscan la dominación y la exclusión social de un grupo ante otro grupo, dando cuenta de la dinámica estructural de la desigualdad que se mantiene frente al interés de un grupo que necesita de esa dinámica de poder asimétrico (Montero, 2003b). Además, la estigmatización es señalada como uno de los principales obstáculos en la prevención y la intervención en salud mental. Por ejemplo, según Castro, Segura, Tordoya, Arévalo y Vega (2013); existe un sector importante de la población (76-85%) de países en vías de desarrollo que no acude a tratamiento por patología psiquiátrica, debido al estigma que existe en la sociedad ante las patologías psiquiátricas; según la OMS (2018), es estigma alrededor del suicidio y la salud mental disuade a personas en riesgo de buscar ayuda o tratamiento.
En ese sentido, el estigma en salud mental tiene un carácter deshumanizador, como se pudo observar en el caso de la figura del desaparecido político que pasó de percibido como una reconocida figura pública a un objeto carente de voluntad que fue empujado al suicidio (Flores Galindo, 2019) por las circunstancias sociopolíticas del país o a una persona reducida a un diagnóstico psiquiátrico que trate de explicar los motivos de su desaparición. Esta información sería también difundida por los diversos medios de comunicación, reforzando el estigma a la salud mental y las personas que sufren, reforzando conductas de discriminación y exclusión hacia un grupo en situación de riesgo. Además, el estigma que genera un entendimiento de la salud mental como la ausencia de manifestaciones de enfermedad en una persona, ignorando la importancia de la socialización, la cultura y el contexto no es suficiente para comprender la importancia de la salud mental. Según Velázquez (2007) se define la salud mental de la siguiente manera:
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