INFORME DE INVESTIGACION “Evaluación de actitudes machistas en estudiantes universitarios”

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Existe una marcada diferencia de la violencia contra las mujeres según los países en los que se da el fenómeno, en muchos casos se debe al importante rol que juega la economía y las políticas de estado. Los países con una sólida economía tienen fuertes políticas públicas para prevenir y luchar contra la violencia y la desigualdad de género. Esto se ve reflejado porque en los países donde hay una mayor prevalencia de la violencia machista son los países del sudeste de Asia, seguido de los países árabes de la cuenca oriental del Mediterráneo; aquí cabe resaltar que muchos de los países árabes en los que se ve una marcada desigualdad de género, se debe más a una cuestión cultural que económica, en estos países la mujer tiene una condición inferior y tiene muchas veces que estar dispuesta a seguir las ordenes de su marido, no necesariamente se debe a que estos países no tengan dinero y no puedan implementar políticas para protegerlas porque muchos de estos países son los más ricos del mundo.

En los países con ingresos altos, existen datos que reflejan que los programas escolares de prevención de la violencia de pareja (o violencia en el noviazgo) entre los jóvenes pueden ser eficaces. Sin embargo también es posible que en países de ingresos bajos la situación cambie para las mujeres si es que se emplean estrategias destinadas a aumentar la emancipación económica y social de la mujer, como la microfinanciación unida a una formación en igualdad de género y las iniciativas comunitarias dirigidas contra la desigualdad de género o tendentes a mejorar las aptitudes para las relaciones interpersonales, han demostrado una cierta eficacia para reducir la violencia de pareja.

En el Perú, en el año 2015 la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) reportó que a nivel nacional el 70,8% de las mujeres alguna vez sufrieron algún tipo de violencia por parte del esposo o compañero y el Ministerio de la Mujer y de las Poblaciones Vulnerable en su boletín estadístico del mismo año reunió a nivel nacional un total de 58,429 casos atendidos por violencia familiar y sexual en los Centros de Emergencia de la Mujer , en el cual 85% (49,933) de las víctimas fueron mujeres, el 22% de las víctimas tenían edades entre los 26 a 35 años y el 11% (6,315) de los casos atendidos fueron por violencia sexual, indicando que los casos de violación sexual tienen mayor incidencia en las regiones de Lima (919 casos), Junín (242 casos), La Libertad (206 casos), Cusco (169 casos) y Arequipa (159 casos)

Además los datos estadísticos más recientes sobre los casos atendidos de violencia sexual se obtienen gracias al Boletín Estadístico: Mayo 2016 publicado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables donde indica haber atendido 26,848 víctimas de violencia familiar y sexual a nivel nacional en el periodo de Enero hasta Mayo del 2016, 86% de estas víctimas eran mujeres, el 9% (2,538) acudían a los Centros de emergencias de la mujer por violencia sexual. El departamento que registró mayor número de casos fue Lima metropolitana (5,944), siguiéndole el departamento de Cusco (2,619), el departamento de Arequipa registró 1239 casos. Demostrando así que nuestra región Arequipa ha alcanzado el tercer lugar y está cubriendo niveles altos en cuanto se refiere a violencia a la mujer, todo ello acompañado por ideas y actitudes machistas está siendo una de las causas de la violencia que el varón ejerce en la mujer.

Una de las principales causas por las cuales muchos hombres cometen actos de violencia contra la mujer, se debe a que están convencidos de que tienen un especial poder sobre la vida de estas, lo grave es que en algunos países es socialmente aceptado e incluso se sigue pasando de generación en generación; en otros casos se tiende a justificar la agresión y la desigualdad contra las mujeres además se le tiende a atribuir a trastornos en la mujer y en el hombre, en nuestro país es común escuchar: “quien la mando a casarse con un maltratador”, “porque se visten así, eso es incitar a que las acosen” “sino te cela es porque no te ama” “seguro la golpeo porque lo engaño” entre otras frases. Es difícil leer estas frases y no relacionarlas al machismo impregnado en nuestra sociedad porque se tiende a justificar la violencia contra la mujer, incluso niegan la existencia de la desigualdad entre ambos géneros, pero no explican aun porque por mucho que un hombre tenga problemas de estrés, alcohol, de personalidad, la violencia sólo la ejerce sobre la mujer no contra un conocido o un amigo, y es obvio que nunca contra su jefe, solo la ejerce contra su pareja, esposa e incluso hijas.

La doble moral sexual sigue siendo una realidad en la mayoría de las sociedades como la nuestra, abarcando la justificación o tolerancia en el uso de la agresividad (e incluso violencia) por parte del hombre en las relaciones heterosexuales (Sierra, Rojas, et al. 2007), constituyéndose en un factor fundamental para la explicación de la violencia de género (Heise, 1998), en la que la presencia de estas actitudes en la mujer constituye un importante factor de riesgo de victimización dentro de la pareja (Sierra, GutiérrezQuintanilla et al.,2009).

Los estudios publicados sobre doble moral desde la década de los años ochenta, Crawford y Popp (2003) concluyen que siguen existiendo diferentes estándares de permisividad sexual para hombres y mujeres. En España, Diéguez, Sueiro y López (2003), en un estudio realizado con más de 5.000 estudiantes universitarios, encuentran igualmente que siguen manteniéndose actitudes sexuales más restrictivas para las mujeres que para los hombres.

El tema del machismo está reflejado en muchas investigaciones, es gracias a las creencias y actitudes de los hombres y las mujeres que el tema de la violencia y la desigualdad de género sigue siendo un problema vigente. El machismo es una expresión derivada de la palabra "macho", la DRAE la define como la "actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres". Para algunos movimientos feministas el machismo es "el conjunto de actitudes y prácticas aprendidas sexistas llevadas a cabo en pro del mantenimiento de órdenes sociales en que las mujeres son sometidas o discriminadas". (Ruiz, 2016).

Díaz-Aguado (2003) observó en población adolescente de la comunidad de Madrid que eran muchas más las chicas que rechazaban el uso de la violencia en cualquier circunstancia y muchos más los chicos que lo justificaban, y entre un 10 y un 15% de los chicos entrevistados consideró que la víctima de la violencia es en parte culpable de la situación que sufre.

La investigación realizada por Juana Macías, Eugenia Gil, José González y Ma del