Estres academico en estudiantes universitarios
Enviado por Mikki • 1 de Marzo de 2018 • 9.180 Palabras (37 Páginas) • 570 Visitas
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amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en
peligro su bienestar. Es decir, se considera que una persona está sometida a una
situación de estrés cuando ha de hacer frente a demandas ambientales que
sobrepasan sus recursos, de manera que el sujeto percibe que no puede darles una
respuesta afectiva. En este tipo de situaciones, el organismo emite una respuesta de
estrés que consiste en un importante aumento de la activación fisiológica y cognitiva
del organismo, que, a su vez, se prepara para una intensa actividad motora. Las
consecuencias de esta activación dependerán de su duración e intensidad. Así,
cuando la respuesta es demasiado frecuente, intensa o duradera puede tener
“El estrés psicológico sería una relación particular entre la persona y el entorno
que es evaluada por ésta como desbordante de sus recursos y como una
amenaza para su bienestar”.
Lazarus y Folkman, 1984.
repercusiones negativas, con una amplia gama de manifestaciones orgánicas,
denominadas trastonos psicofisiológicos o psicosomáticos (Labrador y Crespo, 1993).
Desde esta perspectiva, el estudio del estrés se complica considerablemente al
aparecer una serie casi interminable de interacciones y bucles de feedback entre los
distintos aspectos implicados. No obstante, la gran cantidad de trabajos y
publicaciones acerca del estrés que se viene generando desde entonces ha
enriquecido enormemente nuestro conocimiento del fenómeno, no sólo en la vertiente
fisiológica subrayada por Cannon y Selye, sino también, y muy especialmente, en su
dimensión psicosocial.
Se han identificado numerosos acontecimientos vitales y, en general, diversos
elementos y características de nuestro ambiente social, laboral, etc, que, en distinta
medida actúan en nosotros como estresores o como amortiguadores de los efectos
negativos del estrés sobre nuestra salud y bienestar; se han enfatizado los factores
personales que median en el proceso del estrés y se han investigado las
repercusiones psicológicas, organizacionales y sociales de la experiencia de estrés.
Sin embargo, a pesar de todos estos avances en la comprensión del mecanismo de
estrés, el propio concepto sigue siendo hoy día objeto de controversia, y muchos
lamentan la imprecisión, ambigüedad y polisemia con que aún se emplea. Con el fin
de resolver este problema, algunos autores han sugerido que se reserve el término
“estrés” para denominar un área o campo de estudio que abarca temas y problemas
muy relacionados entre sí. En esta dirección Labrador y Crespo (1993) en línea con
otros autores distinguen entre estímulos estresores, respuesta de estrés y
consecuencias del estrés, empleando sólo el término general de “estrés” para
denominar el mencionado campo de estudio. De hecho, Muñoz (2004) afirma que la
enorme multiplicidad de definiciones de estrés existentes no se debe tanto a
divergencias teóricas entre los estudiosos de este campo como al distinto énfasis
puesto por éstos en unos u otros de esos grupos de variables o aspectos del proceso
de estrés.
De especial relevancia es la confusión existente con el término ansiedad. Si bien
ambos han experimentado desarrollos diversos, se han solapado conceptualmente
durante años en numerosas investigaciones científicas. Con frecuencia, a la confusión
generada por el hecho de que ambos conceptos solapan sus áreas de influencia y, por
lo tanto, de estudio, ha de añadirse la dificultad operativa de su metodología de
investigación (Rusiñol, 2003). Tanto es así, que los términos ansiedad y estrés han
sido utilizados como sinónimos en unas ocasiones y se han presentado como
conceptos diferenciados en otras (Endler, 1988, citado en González 2008).
Lazarus (1993; 1994) en su teoría conceptual en la que relaciona la ansiedad y el
estrés, sostiene que el estrés puede ser considerado como un subgrupo de
emociones, en el que se encuentra la ansiedad, de forma que, “la ansiedad es casi un
sinónimo de estrés psicológico” (Lazarus, 1994, p.239). La ansiedad está ligada a la
percepción de amenaza por el individuo, de manera que su eje cognitivo muestra
pensamientos, ideas, creencias e imágenes inductoras de ansiedad que giran en torno
al peligro de una situación determinada. Pero la ansiedad no es la única emoción que
surge de la valoración de daño o amenaza y, por tanto, relacionada con el estrés:
enfado, culpabilidad, tristeza o entusiasmo también son emociones fruto de esa
valoración.
Fernández Abascal (2003) argumenta que la diferencia entre ansiedad y estrés viene
determinada porque la aparición de reacciones emocionales negativas necesita de la
existencia previa del proceso de
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