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Cabe destacar que estas transformaciones no eran nuevas dado que desde que occidente se conectó con el resto del mundo comenzaron esos procesos de transformación, lo que realmente cambio fue la mirada sobre el otro que tenia la antropología. Es así como fue adaptándose a las nuevas realidades y en esto existen dos líneas:

- Las teorías que continuaron estudiando aquellas sociedades y culturas que aún eran consideradas primitivas, realizando una especie de salvataje. En esta línea podemos ubicar el estructuralismo francés, que continuaba trabajando con el modelo de la diversidad pero introduciendo algunos cambios a la posición estructural-funcionalista británica.

En este sentido Lévi Strauss, el fundador del estructuralismo en antropología va a sostener que es necesario partir de los fragmentos de restos que aún se pueden reunir de los modos de vida de esos pueblos primitivos. Para esté autor es necesario construir un modelo teórico de sociedad que, aún no corresponda a ninguna de las que se pueden observar en la realidad, ayude a comprender los fundamentos básicos de la existencia humana. Puesto que el espíritu del hombre es el mismo en todas partes lo cual permite desarrollar una ciencia general del pensamiento.

Pensando en esta ciencia Leví Strauss plantea tres niveles del quehacer antropológico:

- Primer nivel la etnografía, donde el antropólogo pretende aislar y describir los modelos que un pueblo usa para percibir, relacionar e interpretar sus experiencias.

- Segundo nivel la etnología, donde el antropólogo compara el contenido y la organización de los sistemas culturales para analiza, interpretar y explicar la diversidad.

- Tercer nivel la Antropología estructural, en el cual el antropólogo llega a través de la construcción de modelos formales a las estructuras constantes y comunes a todas las culturas.

No obstante Levé Strauss se centro exclusivamente en el tercer nivel, mientras otros antropólogos tomaron otra vía y se propusieron estudiar las transformaciones que las sociedades no occidentales estaban sufriendo. Uno de los problemas que estos tuvieron que afrontar fue que las herramientas de la antropología clásica no era la adecuada para explicar estas nuevas culturas.

Es así como técnicas como la observación participante la cual servía para estudiar culturas sencillas o primitivas dejo de aplicarse de modo directo, debido a que estás culturas se habían transformado en complejas. Lo mismo sucedió con las teorías que habían explicado la diversidad cultural que partían del supuesto que todas las sociedades debían ser tratadas como iguales.

Los antropólogos se encontraron con que las causas de estas transformaciones eran producto de un tipo de contacto particular: la colonización. Considerada como un proceso caracterizado por la dominación de un pueblo sobre otro lo cual produjo el fenómeno de la desigualdad entre culturas. De este modo las teorías sobre las transformaciones culturales se centraron en explicar la desigualdad cultural como producto de la dominación de occidente.

En este punto la antropología tuvo un giro teórico y metodológico, se proveyó de técnicas de otras disciplinas, la sociología, historia y otras teorías sociales. La teoría que permitía dar una primera explicación sobre la desigualdad y la dominación era el marxismo. La influencia del pensamiento marxista en las explicaciones antropológicas se acentúan durante la década del 60, donde se presentaron diversas discusiones entra las distintas vertientes del marxismo.

Todo este movimiento y la enorme cantidad de información obtenida hasta el momento, llevó a que la antropología se fragmentara y que el antropólogo se especializara en los problemas que toda sociedad o cultura presentaba. Así surgen especialidades como la antropología económica, simbólica, política, urbana, rural, etc. Está especialización permite nuevamente el método comparativo, se cambian el objeto y las teorías, se suman nuevos sujetos de conocimiento: Los antropólogos nativos que estudiaban sus propias sociedades.

Lo cual trajo nuevos problemas teóricos y epistemológicos ¿quién es ahora el otro? ¿donde vemos lo distinto?, una respuesta posible fue establecer que era el antropólogo el que de manera consciente y metódica marcaba la distinción, lo extraño. Es él, el que distingue, desconoce, se extraña. Esto modifica la base de la observación participante e introduce el extrañamiento como recurso metodológico y como punto de partida necesario de toda investigación antropológica.

Las teorías construidas en este período no fueron totalmente superadas, cada teoría o explicación formulada se impuso como parte del sentido común paso a formar parte del imaginario colectivo en algunos sectores de nuestra sociedad.

Algunas de esas teorías o algunos aspectos de esta se constituyeron en modelos sobre lo distinto. Estos modelos tiene la fuerza de las clasificaciones, que sirven como vehículo para la interacción, para las prácticas que desarrollamos, para la comunicación, para marcar una relación entre nosotros y los otros.

E. Leach manifiesta que: "yo" me identifico con un colectivo "nosotros" que se contrasta con un "otro". Lo que nosotros somos o lo que el otro es dependerá del contexto. De todas maneras nosotros atribuimos cualidades a los otros, de acuerdo con su relación con nosotros. Si el otro se considera como algo muy remoto , se le considera benigno. En el extremo opuesto puede ser algo tan a mano y tan relacionado conmigo mismo como mi señor, igualdad o subordinado. Pero a mitad entre el próximo y el remoto existe una tercera categoría, se trata del otro que estando próximo es incierto; está en mi entorno inmediato pero fuera de mi control.

Es posible una cuarta categoría el otro lejano e incierto, sobre la cual se construye la antropología. El antropólogo se constituyó en especialista del otro lejano e incierto. Su tarea consistió en transformar esa incertidumbre en algo cierto, conocido.

IV.- Aplicación:

Podemos aplicar el concepto de antropología por ejemplo a las colonias de extranjeros que cada día son más numerosas en nuestro país, las cuales inmediatamente consideramos como un "otro" ya sea por su forma de hablar, vestir, expresarse, actividad entre otras cosas que conforman su cultura.

Existe un fenómeno como plantea E. Leach por ejemplo en el caso de los peruanos que los consideramos tan a mano o tan relacionados con nosotros mismos que generalmente los tratamos como un subordinado, como seres inferiores