LA FAMILIA COMO CONTEXTO DESARROLLO INFANTIL. DIMENSIONES DE ANÁLISIS RELEVANTES PARA LA INTERVENCIÒN EDUCATIVA Y SOCIAL.
Enviado por tolero • 26 de Diciembre de 2018 • 1.177 Palabras (5 Páginas) • 513 Visitas
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Este vínculo, permite desarrollar un sentimiento básico de confianza y seguridad en su relación tal que el niño se siente tranquilo para aventurarse a explorar el entorno, así como para afrontar las separaciones breves de sus padres.
Maccoby y Martin realizaron una exhaustiva revisión de las tipologías de estilos de socialización, cuyo resultado basaban su clasificación en la combinación de dos dimensiones básicas: el afecto y la comunicación. Esto da lugar a cuatro estilos educativos: Democrático, Autoritario, Permisivo o Indiferente-negligente.
El estilo democrático, el mostrar afecto al niño y ser sensible a sus necesidades se combinan con una cierta firmeza en el mantenimiento de las normas y principios que se establecen razonadamente con el niño. Se utiliza la disciplina inductiva. Los adultos fomentan la independencia del niño. Ante los problemas, aportan alternativas de respuesta, de castigo se utiliza la reiterada de alabanzas o de privilegios.
Por su parte en el estilo autoritario predomina la existencia de abundantes normas y la exigencia de una disciplina bastante estricta. Las normas no suelen justificarse ni tomar en consideración los puntos de vista o necesidades de los niños. La obediencia se obtiene frecuentemente a través de la afirmación de poder, mediante imposiciones y amenazas, conductas de coerción física y verbal y privaciones. Las muestras de afecto a los hijos son escasas. Se puede decir que estos padres, al contrario que los democráticos s centran más en el control de las conductas indeseables.
Los padres de estilo permisivo se caracterizan por el afecto y el dejar hacer altos niveles de comunicación y afecto, las escasas normas y demandas madurativas planteadas al niño, así como la pobre supervisión del cumplimiento de las existentes, hacen que los niños encuentren muy pocas exigencias a las que hacer frente, no suelen asumir compromisos familiares, escolares ni sociales. Centrando sus esfuerzos en identificar sus necesidades y preferencias, y en ayudarles a satisfacerlas.
Los padres encuadrados en el estilo indiferente-negligente son los que muestran una menor implicación con sus hijos. La expresión de afecto es mínima, así como también lo es la sensibilidad a las necesidades e intereses del niño, incluso en aspectos básicos, por lo que esta situación puede llegar al abandono infantil, una de las formas de maltrato, pueden mostrar normas o controles excesivos no justificados e incoherentes y supervisión colérica.
2.3 ESCENARIOS E INTERACCIONES EDUCATIVAS FAMILIARES
Como hemos mencionado al hablar de sus funciones respecto a los hijos, la familia juega un papel clave a la hora de estructurar y dar sentido a las experiencias físicas y sociales y de promover el desarrollo de los niños y niñas. Esta función la ejerce la familia a través de dos vías principales: la organización de los escenarios educativos de los hijos e hijas y las interacciones que establecen con ellos.
2.3.1 EL ESCENARIO EDUCATIVO COTIDIANO
Es cuando los padres organizan la vida de sus hijos. Sus componentes son: los objetos y estímulos, la organización de la estimulación y las actividades y relaciones. El aspecto más importante de este escenario son las actividades y relaciones que en él se promueven y apoyan.
2.3.2 LA INTECCIÒN EDUCATIVA FAMILIAR
Los padres se relacionan, hablan y participan con sus hijos en actividades conjuntas que tienen una finalidad educativa, estas son normalmente implícitas, ya que ni unos ni otros son conscientes de la transmisión y la interiorización de herramientas y saberes de su cultura.
3 CONCLUSIONES
La familia es el principal contexto de desarrollo durante los primeros años de vida de los niños. Son muchas y muy importantes sus funciones en relación con los hijos.
Las dimensiones del contexto familiar que hemos analizado en el presente artículo deben ser consideradas y abordadas por los profesionales que trabajan con familias, y en concreto, por aquellos que realizan labores de intervención educativa y social, es necesario que se desarrollen programas formativos para las familias para intentar modificar las ideas más pesimistas e innatistas que pueden tener algunos padres.
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