LA PRESENCIA DE LA ESTÉTICA EN LA SOCIEDAD, Y SU REPERCUSIÓN EN LA EDUCACIÓN A PARTIR DE SITUACIONES HISTÓRICAS, SOCIALES Y CULTURALES

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sí mismo y preexiste a su presencia efectiva, misma que se da al entrar en contacto con el sujeto .

A la par, nos lleva a cuestionarnos las características que debe tener la existencia física del objeto estético. En el entendido que si un poema no se declama, si la escultura se rompe, etc. Dejan de existir como objeto ‘estético’, que cualquier cambio en su apariencia física que sufra, afecta su condición estética, no necesariamente de manera negativa.

Por otro lado resulta casi axiomático afirmar que para percibir lo estético del objeto utilizamos nuestros sentidos; por esto, aunque lo físico exista efectivamente, si no podemos percibirlo directamente por nuestros sentidos no puede ser estetizado, sin embargo, un objeto estético es físico pero a la vez y necesariamente debe ser sensible, perceptual (Vásquez, La situación estética. El objeto, 1992).

Ante esto, es imprescindible que aclaremos que si fuera de lo sensible no hay objeto estético, tampoco el objeto estético puede ser reducido a lo primero; además de ser concreto y sensible, también es significativo de forma intrínseca. Es decir lo sensible del objeto está organizado de tal forma que lo hace significativo o no para el sujeto de acuerdo a las condiciones históricas, sociales y culturales en que se dé la situación estética.

Otra característica que menciona el autor y que no debemos pasar desapercibida es que cuando el ser sensible y significativo rebasa el ser físico del objeto, éste permanece aun cuando el ser físico haya desaparecido como cosa tangible.

Factores del sujeto.

Antes de señalar los factores subjetivos, es necesario que se tenga claridad en la diferencia que la percepción estética tiene con la percepción ordinaria de los objetos. No por comparar en el sentido de cual es mejor que otra, sino porque la primera sienta sus bases en la segunda.

Primeramente la percepción comparte el carácter sensible, singular e inmediato de toda percepción. (Vásquez, La situación estética. El sujeto, 1992) segundo, la percepción no se reduce a lo sensorial, constituye una experiencia psíquica más compleja. Tercero, el sujeto que percibe un objeto es siempre un individuo concreto y por tanto su percepción es individual y diferente del resto de los sujetos. Cuarto la percepción estética es selectiva. Quinto los hábitos, estructuras o esquemas perceptivos con los que en una sociedad dada, se organizan los datos sensibles, tienden a convertirse en normas o reglas rutinarias que empobrecen la capacidad de enriquecer con nuevos significados los datos sensibles (Vásquez, La situación estética. El sujeto, 1992). Sexto, la percepción es indispensable del comportamiento del hombre en su relación con su mundo.

Como se ve, sobre todo en el punto cinco, es necesario que en la educación vayamos más allá del concepto de percepción en su sentido amplio de la palabra puesto que me atrevo a decir que es lo que se da más en este momento, todos tendemos a reproducir lo que en el libro o el plan y programas viene como educación artística y dejar de lado el sentido amplio, filosófico, de lo que es lo estético.

Adelantando un poco la conclusión, quizá esto es lo que nos hace falta; ser conscientes, para poder voltear a ver lo estético que hay en la cultura de nuestros pueblos originarios, ir más allá de lo cotidiano y apreciar, entender, expresarlo. Vamos, pasar de la percepción ordinaria a la percepción estética.

Lo anterior dado que a diferencia de la percepción ordinaria, la percepción estética: comporta la relación con un objeto de forma inmediata a través de los sentidos de forma significativa, pone en juego ideas, recuerdos, sentimientos, imágenes… pero también concepciones y valores del bagaje cultural del que se dispone. La percepción del sujeto es única, individual y le agrega la experiencia propia, personal lo que incide en el significado del objeto estético. Su función deja de ser utilitaria a ser estética propiamente. En conclusión es hacer del acto perceptivo no un medio sino un fin (Vásquez, La situación estética. El sujeto, 1992).

Todo este referente nos lleva a concluir que la percepción estética va más allá de un interés o un fin en particular más allá del interés y atención que nazca del sujeto en apreciar el objeto; al ser un fin en sí, es desinteresada, es ajena a cualquier otra intención moral, analítica, utilitaria que tenga la relación sujeto-objeto. Existiendo una relación dialéctica entre ambos que para darse el autor explica de manera precisa: “Sujeto y objeto se separan… …de una parte de su ser, para poder encontrarse en la situación estética. El sujeto se separa de su realidad vivida; el objeto de su realidad corpórea como cosa entre las cosas” (Vásquez, La situación estética. El sujeto, 1992)

Ahora bien, al referirnos al porqué trataremos y de qué va el universo de lo estético; primeramente es porque “la educación debe conducir a un enriquecimiento de la sensibilidad estética, a una ampliación del horizonte estético en que se mueve y a una elevación del papel que desempeña en su vida real el comportamiento estético” (Vásquez A. S., 1982) y segundo; va de todas esas cosas que entran en la estética ya sea en un papel dominante (el arte), subordinado a la práctica utilitaria (arquitectura…), que coexista con otras funciones (artesanías).

Además de que no podía estar más de acuerdo con el autor en lo antes mencionado en cuanto a la educación se refiere, me parece que hablar de un universo de lo estético además de no ser limitante, permite –así lo veo yo, ser vínculo entre lo teórico y lo práctico de lo estético. En cuanto a que refiere la parte de la tesis del autor que menciona la vinculación con otros modos de apropiación humana del mundo, los técnicos, económicos, sociales. Y en cuanto a que nos permite como herramienta in vinculando –como tal- lo estético con otros contenidos en la escuela, esto es muy importante ya que como dice otro autor “nuestra escuela no se caracteriza precisamente por una preocupación por el tema” (Prieto, 1978).

Otra herramienta más útil quizá que menciona Prieto es que los maestros seamos conscientes de lo siguiente: la imagen es un referente de una porción de realidad, la cuestión está en la intencionalidad en que utilice el comunicador la imagen, ya que del mismo modo en que puede una imagen referir perfectamente la realidad, si la intención cambia, también la puede distorsionar. Y lo que es más importante, al tener la imagen un significado, la interpretación o mejor dicho, una mala interpretación puede formarnos una idea errónea de esa realidad.

He ahí la importancia de que como docentes asumamos el papel crítico que