POTENCIACIÓN COMUNITARIA INTERVENCIÓN COMUNITARIA Y EDUCACIÓN POPULAR I

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La mayoría de las comunidades no lo están. Básicamente, se necesitan las ganas y disposición de la comunidad, porque sin estas dos variables, por más hermoso que suene el diseño interventivo, no se va a poder ejecutar. La potenciación comunitaria es, por un lado, un valor que sugiere metas y estrategias para implementar el cambio social. Por otro lado, es un marco teórico que sugiere cómo medir el concepto en diferentes contextos -cómo estudiar el proceso-, y cómo distinguirlo de otros tales como la auto-estima, la auto-eficacia o el locus de control. Como tratamiento que es tiene un protocolo que señala las siguientes puntuaciones: planificación en colaboración, acción comunitaria, cambio comunitario, capacidad y resultados comunitarios y adaptación, renovación e institucionalización (Rich, Edelstein, Hallman y Wandersman, 1995). Como es natural, todo proceso en pleno desarrollo, va a presentar dificultades que harán que la meta final sea un poco más lejana y difícil de conseguir, y éste no es la excepción, por ejemplo a medida que crecen las pequeñas organizaciones comunitarias pueden perder su carácter participativo original (Rochester, Harris y Hutchison, 1999). La desigualdad de recursos entre los participantes es otra amenaza a un funcionamiento integrado. El discurso sobre la potenciación no siempre se traduce en la práctica y las iniciativas que provienen de niveles superiores (“de arriba abajo”) pueden no ser incorporadas por los grupos de base (Dalton, Elias y Wandersman, 2001). Por tal motivo, Fawcett (1995), sugiere la facilitación de este proceso a través de las siguientes actividades: a) aumentar la experiencia y la competencia con: sesiones locales que permitan escucharse unos a otros, encuestas para detectar problemas y necesidades, creación de inventario de recursos, proporcionar entrenamiento en liderazgo, asistencia técnica en planes de acción, asesoría para seleccionar, diseñar e implementar primero proyectos; b) mejorar la estructura y capacidad de los grupos a través de: desarrollo organizacional comunitario, fomentar inclusión de personas afectadas por problema, asistencia técnica en reclutamiento de miembros y voluntarios, elaboración de planes de viabilidad financiera; c) eliminar barreras ambientales y sociales ubicando encuentros en diversas comunidades, entrenando para resolver conflictos, desarrollando campañas de comunicación contra argumentos opuestos; d) mejorar los recursos y apoyo ambiental ayudando a generar lazos micro grupos dentro de la comunidad, adaptando innovaciones a las necesidades locales, promoviendo la celebración del cambio y logro comunitario.

Si se toman con seriedad las pautas ya mencionadas, es más dable y seguro que este proceso de cambio a través de la potenciación comunitaria sea viable, en tanto, siendo participantes activos de estos grupos sociales comunitarios, dejemos de estar con los brazos cruzados otorgando poder y juicio crítico para decidir por nosotros a otras personalidades, frente a intereses que corresponden y perjudican o benefician exclusivamente al colectivo que pertenecemos. Basta ya de esperar que otros hagan lo que nos toca por deber y derecho hacer a nosotros mismos, alcemos la voz para iniciar este cambio.

A modo general, si se manejan bien estas conceptualizaciones frente al sentido de intervención comunitaria, se va a poder proceder bien y encaminar teniendo el rol de interventor, a la comunidad que sea, siempre y cuando seamos reales con las propuestas diseñadas para con el grupo y consiguiendo, desde el inicio, ese clic con los líderes comunitarios, los cuales nos van a ser de gran ayuda, dado que por su liderazgo, los demás podrán ser persuadidos de manera más rápida para beneficios exclusivo de ellos mismos.

BIBLIOGRAFÍA

Bartle, P. (2007). Fortalecer a los vecinos. Colectivo de Potenciación Comunitaria.

Bronfman, M. (1994). Participación Comunitaria: Necesidad, Excusa o Estrategia? O de qué Hablamos Cuando Hablamos de Participación Comunitaria. Participación Comunitaria, 111 - 122.

Jariego, I. M. (2004). Sentido de comunidad y potenciación comunitaria. Apuntes de Psicología, 187 - 211.