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Prueba III de Afectividad y Motivación.

Enviado por   •  8 de Abril de 2018  •  3.516 Palabras (15 Páginas)  •  266 Visitas

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En relación a lo anterior, parece importante comenzar ya a mencionar la relación entre el determinismo del sujeto y el discurso social desde algunas perspectivas. Para Bandura (2001) las personas son productoras y al mismo tiempo son un producto social, por lo que podemos hablar de una relación cíclica entre el determinismo del sujeto por la sociedad y al mismo tiempo al sujeto como gestor de la misma, señalando que a pesar de que existe un determinismo por parte del sujeto, hay también cierta posibilidad del sujeto hacia una agencia que le permite elegir entre las posibilidades de acción en el contexto en el que se encuentra el sujeto, entendiendo a la agencia como aquello compuesto por una intencionalidad de parte del sujeto, y autorreflexión, en donde puede juzgar su propio pensamiento, y conllevarlo a cambios (Bandura, 2001), ahora bien, desde la interpretación que se hace en el PNUD (2012) se habla de un discurso social que no es construido por un solo individuo, sino que es una construcción que se hace en conjunto en una sociedad, es por esto que se contradice un poco con la idea de Bandura, y es que si bien el sujeto es un agente que produce a la sociedad, podríamos decir que es más producto que productor, ya que el individuo debe adaptarse al discurso que rige en una sociedad en particular[g]. Así se refleja en el PNUD (2012) cuando se trata el tema de la felicidad en relación a las imágenes que la gente posee de ésta, con condiciones objetivas y orientaciones subjetivas que dan cuenta del peso que tiene la sociedad en la formación de un ideal subjetivo del individuo (PNUD, 2012), y es en este punto donde queda un poco más clarificado el determinismo del sujeto, ya que construye su subjetividad en base a la “objetividad” que le entrega la sociedad, al punto tal de guiar sus comportamientos en este sentido, reprimiendo y expresando emociones según sea más adecuado socialmente, lo cual es entendido por Berger (2007) como autorregulación en donde se entiende como la manera de regular las emociones, el comportamiento y la cognición para lograr metas personales adaptándose a demandas sociales en cierto tipo de situaciones, lo cual sigue demostrando el cómo lo social sigue influyendo o determinando incluso la subjetividad del propio sujeto.[h] Por otro lado, para Freud (1930) la relación entre el sujeto y la sociedad parece fundamental, y es que el autor entiende la felicidad como la evasión de desgracias, sin embargo, el propio mundo exterior es catalogado por el autor como una fuente de fuerzas destructoras omnipotentes e implacables (Freud, 1930), en este sentido queda muy claro que el ser humano al vivir en sociedad se encuentra frente a una encrucijada, en donde tiene que eludir desgracias para poder ser feliz, las cuales son impuestas por el mismo mundo que le ha dicho que puede ser feliz, es por esto que para Freud (1930) la búsqueda de la felicidad es una acción irrealizable pero deseable. Al comparar lo recién mencionado con los resultados del PNUD, puede dar cuenta, por lo menos en el caso de las personas pertenecientes al estrato socioeconómico E, cierta relación con lo mencionado por Freud, ya que las personas buscan tranquilidad sin mayores sobresaltos para ser felices (PNUD, 2012), y es que podríamos plantearnos como hipótesis que lo planteado por Freud se da aún más fuerte en personas de nivel socioeconómico más bajo debido a las adversidades a las que se deben enfrentar éstas personas en su diario vivir, tratando de vivir en un mundo que es demandante y que al mismo tiempo limita al sujeto a cumplir esas demandas, pero ¿cuáles son esas demandas? ¿Qué lleva a los sujetos a pensar la felicidad según la manera que la sociedad lo impone?

Pensando un poco en la última pregunta, Foucault (1998) quizás diría que en la sociedad se da cierta especie de mutismo, en donde hay un tipo de discurso que es autorizado y otro que no, dando cuenta que hay algo más allá del sujeto que invita a seguir una forma de acercarse a la realidad, en este sentido Watzlawick, Weakland y Fisch (1976) habla de la existencia de una noción en el ser humano sobre una realidad “objetiva” en algún sitio “fuera de aquí”, aludiendo al mismo tiempo a que la realidad es subjetiva, y la objetividad de ésta dependerán de la cantidad de personas creen en una realidad, de esta manera, es posible pensar que el concepto de felicidad será una realidad dependiendo de cuantas personas crean en ese concepto como lo que es la felicidad. Esto tiene relación con los resultados del PNUD (2012) y la interpretación de éstos, ya que como mencionamos anteriormente hay definiciones de la felicidad diferente según los estratos socioeconómicos, sin embargo, hay personas del nivel socioeconómico bajo que tienen una idea distinta de felicidad en relación a la mayoría, pero para el PNUD lo que contó fue la noción de realidad sobre felicidad que definió la mayoría de ese estrato socioeconómico (PNUD, 2012), lo que da cuenta de una objetividad relativa de realidad y en éste caso de felicidad. En este sentido podríamos decir que las demandas por las que nos preguntamos anteriormente quizás van variando en el tiempo, y la felicidad se iría construyendo de distintas formas a través de la historia. A modo de ejemplo tenemos la visión de Epicuro (2007) en la época griega que habla del placer como principio y fin del vivir feliz, haciendo alusión a lo que hoy se conoce como hedonismo, sin embargo, la idea de hedonismo ha cambiado en el tiempo, cuando el autor lo plantea habla de los placeres en relación a las necesidades, a la satisfacción de necesidades básicas, como la sed o el hambre (Epicuro, 2007), pero hoy existe un sentido de materialidad en cuanto a las necesidades.[i] Si bien en el PNUD (2012) no se plantea (al menos explícitamente) la idea de felicidad en relación a los objetos materiales, da la sensación de que están muy relacionadas, y es que por lo menos como mencionamos en un principio, la felicidad o la conceptualización puede ir variando de un estrato socioeconómico a otro, por lo que podemos dar cuenta de que en cierto sentido el capital, ya sea monetario o cultural, tiene una influencia muy grande en los discursos que tendrán las personas, y es que nos encontramos en una sociedad donde lo que domina es el mercado, así también lo menciona Heller (1996) en relación a las necesidades que mencionábamos antes, señalando que las necesidades son distribuidas primero y sobre todo, por el mercado, y en este punto también podemos dar cuenta de que estamos determinados, y es que hasta las propias necesidades no son necesidades que surjan a partir de los requerimiento de nuestro cuerpo, sino que es la misma sociedad la que impone necesidades a partir de la conveniencia de la economía y el mercado. En el PNUD (2012) se señala algo muy interesante, y es que plantea

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