Sindrome de down implicaciones psicologicas.
Enviado por Ensa05 • 3 de Mayo de 2018 • 4.401 Palabras (18 Páginas) • 299 Visitas
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entre dos cromosomas 21 el riesgo de recurrencia es del 100% independientemente del sexo que lo transmita. Si ninguno de los progenitores es portador de una translocación el riesgo de recurrencia es de alrededor de un 2-3%.
Características físicas de este Síndrome
Los niños con SD se caracterizan de acuerdo a González, L. (2009) por presentar una gran hipotonía e hiperlaxitud ligamentosa. Fenotípicamente presentan unos rasgos muy característicos.
CABEZA y CUELLO: leve microcefalia con braquicefalia y occipital aplanado. El cuello es corto.
CARA: los ojos son “almendrados”, y si el iris es azul suele observarse una pigmentación moteada, son las manchas de B r u s h f i e l d. Las hendiduras palpebrales siguen una dirección oblicua hacia arriba y afuera y presentan un pliegue de piel que cubre el ángulo interno y la carúncula del ojo (epicanto). La nariz es pequeña con la raíz nasal aplanada. La boca también es pequeña y la protusión lingual característica. Las orejas son pequeñas con un hélix muy plegado y habitualmente con ausencia del lóbulo. El conducto auditivo puede ser muy estrecho.
MANOS Y PIES: manos pequeñas y cuadradas con metacarpianos y falanges cortas (braquidactilia) y clinodactilia por hipoplasia de la falange media del 5º dedo. Puede observarse un surco palmar único. En el pie existe una hendidura entre el primer y segundo dedo con un aumento de la distancia entre los mismos (signo de la sandalia). el tamaño del pene es algo pequeño y el volumen testicular es menor que el de los niños de su edad, una criptorquidia es relativamente frecuente en estos individuos.
PIEL y FANERAS: la piel es redundante en la región cervical sobretodo en el período fetal y neonatal. Puede livedo reticularis (cutis marmorata) de predominio en extremidades inferiores. Con el tiempo la piel se vuelve seca e hiperqueratósica. El retraso mental es constante en mayor o menor grado.
Motricidad
Los niños con síndrome de Down quieren hacer todo lo que cualquier niño desea hacer: quieren sentarse, gatear, caminar, explorar su entorno e interactuar con las personas que los rodean. Para hacerlo, tienen que desarrollar sus destrezas de motricidad gruesa y fina. Debido a ciertas características físicas, que incluyen hipotonía (tono muscular débil), laxitud ligamentosa (aflojamiento de los ligamentos que causa un aumento de flexibilidad en las articulaciones) y disminución de la fuerza, los niños con síndrome de Down no desarrollan las destrezas motoras del mismo modo que lo hacen los niños con desarrollo típico. Ellos encuentran formas de compensar la diferencia en su contextura física y algunas de las compensaciones pueden llevar a complicaciones en el largo plazo, tales como dolor en los pies o desarrollo de un patrón de marcha ineficaz. Sin embargo, se incluyen terapias de movimiento para acelerar el proceso y adquieran más rápidamente las habilidades necesarias para lograr realizar actividades que impliquen movimientos tanto finos como gruesos.
Desarrollo durante los primeros años de vida
La característica esencial de esta etapa que comprende de los 0 a los 3 años es la plasticidad del sistema nervioso, por esto es indispensable un programa de Estimulación Temprana para lograr influir en este desarrollo a nivel cerebral que representará las bases para el desarrollo de esa persona. Dentro de un programa de estimulación temprana siempre se tienen que incluir objetivos a alcanzar, así como debe de estar estructurado por áreas y niveles.
La mayoría de los niños con síndrome de Down a los cinco años edad caminan, tienen buen control de esfínteres, comen solos y pueden ponerse la mayoría de la ropa. También son capaces de formar parte de un grupo de niños de su misma edad y cumplir con las expectativas sociales del salón de clases. Son capaces de sentarse en la mesa, escuchar una historia y seguir las instrucciones del maestro (algunos necesitan más ayuda que otros). Pueden controlar su conducta y tienen un buen entendimiento de las emociones de los demás, por ejemplo, si están contentos, tristes o enojados. Se puede decir que las habilidades motrices, sociales y de conducta son “fuertes”.
Por otro lado, la mayoría de los niños con síndrome de Down de esta edad, tendrán un retraso significativo en el desarrollo del lenguaje, por lo general hablan en frases de 2 o 3 palabras, y algunas de las palabras son difíciles de entender. A pesar de este retraso en el lenguaje algunos comienzan a comprender los conceptos matemáticos y empiezan a contar; también algunos comienzan a leer palabras sueltas y conocen las letras y sus sonidos.
A partir de los 6 o 7 años, según el caso, el niño inicia la educación primaria. A medida que el niño crece, el colegio va formando una parte cada vez más importante de su vida. En él aprenden habilidades académicas, pero también cómo ser un buen amigo, cómo comportarse adecuadamente en multitud de situaciones, se aprenden habilidades sociales, normas, deberes y derechos. En definitiva, se aprende a vivir en sociedad. Además, aprenden mucho de la imitación de los demás, de ahí la importancia de que el modelo de niños que se observan sea el adecuado.
Los adolescentes con síndrome de Down presentan similitud a lo que les sucede a los adolescentes de la población general. La mayoría de los adolescentes con síndrome de Down pasan por los mismos cambios físicos y hormonales de la pubertad, más o menos en la misma época (o con un ligero retraso) que los adolescentes y preadolescentes de la población general. Como resultado de ello, muchos padres nos comentan que sus hijos adolescentes tienen los mismos episodios de malhumor e irritabilidad que sus homólogos de la población general
Aunque muchas personas con síndrome de Down empiecen a actuar como adolescentes más tarde de lo que es habitual, lo contrario también es cierto cuando se trata de actuar como un adulto de más edad. Las personas adultas con síndrome de Down parecen envejecer más rápidamente. En realidad, en la niñez y en la primera parte de la adultez, muchas de estas personas parecen ser mucho más jóvenes de lo que en realidad son. Sin embargo, cuando van entrando en la treintena, suelen empezar a actuar como si tuvieran más edad de la que tienen, y también a aparentarla. Por nuestra experiencia, nos inclinamos a creer que estas personas cuando tienen más de 35 o 40 años, tienen 5, 10, 15 e incluso 20 años más que su edad cronológica. Comienzan a tener los problemas de salud asociados al envejecimiento, y también tienden a «aflojar el paso» antes que los demás. Por consiguiente, los problemas de la adultez
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