Socializacion y educacion civica

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de socialización “debe verse como un escenario social donde ocurren los intercambios del sujeto con la sociedad, pues el resultado no es el vaciado de un molde, sino un sujeto que ha procesado la suma de los factores que lo rodean y emergen de el con su singularidad” El papel del individuo en esta propuesta es un sujeto que interactúa con el medio físico y social, se desarrolla y paralelamente constituye su mundo social y político a partir de la interacción entre el individuo, sociedad y medio físico. Otro de los rasgos de la socialización es que es un proceso dinámico, “Si una sociedad no se preocupara por introducir y adaptar a sus nuevos miembros en ella, no podría asegurar su continuidad.”, no implica necesariamente que el proceso de socialización sea estable, sin conflictos y permanezca sin modificaciones, sino que este pueda generar en su seno contradicciones e innovaciones o brindar continuidad. La socialización no es un proceso armónico y continuo donde el sujeto socializado recibe pasivamente la acción socializadora. Mario Solano sostiene que un individuo “entra en una necesaria contradicción con las normas sociales que le van imponiendo en su proceso socializador. Por ello, y aunque

La adaptación de la norma sea el resultado más frecuente, siempre existe una adaptación imperfecta a la norma y un “malestar” en la cultura que se va incrementando conforme evoluciona la civilización, de ahí que la inconformidad, la infelicidad y la prevalencia de la neurosis valla en aumento”. En otras palabras, el proceso de socialización no hace desaparecer ese conflicto en el mundo, si no que hace entrar al sujeto en soluciones que en algunas ocasiones son transacciones culturales y no necesariamente implican la adaptación a un medio social en su totalidad. De esta forma, se manifiesta la imperfección de la acción socializadora total y la contradicción entre individuo y sociedad. El proceso de socialización se asocia también a una clase particular de condiciones de existencia que producen los habitus (son esquemas de sentido común, tanto individual como colectivo, propios de un grupo social). Estos a su vez presuponen una serie de estructuras económicas y sociales que influyen en las condiciones de vida de los individuos, generando situaciones particulares de socialización. Sirven como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones, que no necesariamente suponen un fin expreso o consciente, mediante la socialización, tienden a garantizar la conformidad de las prácticas y su constancia a través del tiempo. Los habitus se adquieren por medio de las instituciones que son producto del trabajo de inculcación y apropiación, tienen la capacidad de producir prácticas, precepciones, acciones y estilos de vida donde se constituyen las orientaciones y representaciones sociales. Esto está relacionado con las condiciones económicas, sociales y el capital cultural familiar, que también es reflejo de un estilo de vida propio de un grupo social especifico. Orienta el proceso de socialización y la influencia que los agentes de socialización pueden tener, la socialización es aquel proceso por medio del cual un individuo adquiere, poco a poco, las formas de conducta, valores, conocimientos, orientaciones, representaciones y pautas de interacción social propios de un determinado grupo social. Sin embargo, no puede enfocarse desde una visión binaria que la reduzca a una creciente intromisión de la sociedad hacia el individuo, haciendo de este un sujeto pasivo ante la influencia modeladora de la sociedad; o bien, desde un punto de vista que considere los procesos sociales e