Teoría personológica de los rasgos, escritor: Gordon Allport
Enviado por tomas • 29 de Noviembre de 2018 • 1.354 Palabras (6 Páginas) • 583 Visitas
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Nos preparamos para los acontecimientos que anticipamos. Esta anticipación, precisa o imprecisa, determina nuestras acciones, pensamientos y emociones. Imagine que espera ganar la lotería mañana; ahora imagine que espera que el mundo termine mañana. Esas anticipaciones tienen efectos distintos, ¿no? Si los sucesos ocurren como se anticipó, tiene lugar la validación. De no ser así, se invalidan (Landfield, 1988). Este ciclo de construir los acontecimientos y de confirmar o no la construcción se repite, en ocasiones con la revisión del sistema de constructos (véase la figura 12.1). Aprender de la experiencia a través de la confirmación o la desconfirmación de hipótesis es, por supuesto, el estilo del científico. ¿Las personas son en verdad como científicos en su vida personal? Aunque la metáfora del científico se ha vuelto popular incluso fuera de la teoría de Kelly (por ejemplo, D. Kuhn, 1989), los individuos no son muy buenos científicos en su vida cotidiana. En primer lugar, buscan la confirmación de sus creencias, mientras los científicos buscan evidencia que podría desconfirmarlas (Klayman y Ha, 1987). Por lo general, vivimos de forma que nuestras profecías se realicen. La vida con frecuencia ofrece evidencia suficiente de ambos lados para permitir la confirmación de expectativas mutuamente contradictorias, dependiendo del lado que miremos. Esta visión selectiva es sugerida por la imagen del vaso “medio vacío, medio lleno”, que confirma las expectativas optimistas o pesimistas. El optimismo es mantenido por las expectativas optimistas y por la tendencia a pasar por alto las negativas. Por otro lado, la gente deprimida mantiene su depresión por la autoconfirmación (Andrews, 1989). Por ejemplo, una persona deprimida puede esperar que los otros no deseen tener una amistad cercana y por tanto evitará buscar la desconfirmación (por ejemplo, sugiriendo pasar tiempo juntos) y más bien buscará la confirmación (por ejemplo, evidencia de que la persona tiene otros amigos). La validación e invalidación de los constructos personales son ciertamente menos precisas que los experimentos cuidadosos del científico. En efecto, la experiencia que un extraño ve como clara evidencia contra los constructos de la persona puede no influir en nuestro imperfecto científico. Milton Rokeach (1964) describe sus esfuerzos por disuadir a tres pacientes psiquiátricos de su afirmación de ser Cristo al reunirlos en el mismo pabellón de un hospital. ¿No esperaría usted que confrontar a otros Cristos fuese evidencia convincente de que el propio delirio era erróneo? Aunque esto parece lógico, cada uno de los tres pacientes mantuvo su creencia.
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