Transforma las heridad de tu infancia

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sentido de pertenencia son fundamentales. En este piso comenzamos nuestro proceso de maduración mediante una simbiosis amorosa con la madre hasta una separación de ella, donde nos damos cuenta de que existimos, como ser independientes con nuestros propios procesos de aprendizaje, necesidades e identidad. Aquí desarrollamos el yo soy a través de la mirada de los que nos aman, las tareas en esta etapa son jugar, reír, imaginar, tocar y explorar las sensaciones. Las heridas de la infancia relacionadas con este piso son el rechazo y el abandono.

2. Yo agua. Emocional adolecente.

En este piso ya que se tiene más conciencia abarca tareas de pertenencia, modelos sociales modos de relación, nuevas referencias más allá de padres y familiares; todo lo social y mi vínculo con el mundo es muy importante en el piso agua, el dos. En el piso agua ya no es de niño es un piso joven, adolecente tiene más autonomía, fuerza, rebeldía, capacidad de hacer cambios, en general es más emocional. Es fundamental el acompañamiento respetuoso de los padres, dar espacio, pero sin soltar por completo. Es como dejar algo de libertad pero con seguridad y atención. Las experiencias más dolorosas en la relación con los demás permanecen en el segundo piso.

3. Yo aire. Mental , adulto joven

Es el piso del discernimiento, donde maduramos los procesos cognitivos y se fija una posición más pensante en la vida, las tareas de desarrollo en este piso son asumir la responsabilidad de la vida adulta, configurar metas y alcanzarlas, vivir las consecuencias de los actos, asumir una sexualidad responsable, desarrollar conductas adecuadas para la vida social y reconocer y aprender errores, tener control de los impulsos y encontrar un mundo adulto. Aquí se consolida la identidad de personalidad que se conforma el yo pienso, en un yo inteligente con mayor conocimiento donde se estabilizan los impulsos emocionales, cambios hormonales y todo el proceso físico del adolecente se a equilibrado.