Cuando el Padre Celestial nos presentó el Plan de Salvación.
Enviado por Christopher • 3 de Enero de 2018 • 1.241 Palabras (5 Páginas) • 404 Visitas
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Uno de los nombres con los que se conoce a Jesucristo, es Abogado. En el juicio, Jesucristo será nuestro juez y nos juzgará por nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras obras, así como por los deseos de nuestro corazón. Pero, de igual manera, Jesucristo reúne los méritos y requisitos necesarios para interceder por nosotros ante el Padre porque es perfectamente justo. Él cumple los requisitos para abogar por nosotros debido a Sus méritos, Su vida perfecta y Su sangre, la cual derramó por nosotros. Nosotros no tenemos ningún mérito que nos permita suplicar por nosotros mismos.
La ayuda del Salvador está a disposición de todos, siempre y cuando la aceptemos. Al tomar la decisión de colocar al Salvador en el centro de nuestra vida mientras estamos aquí en la Tierra, recibiremos mayores bendiciones en la eternidad. Tener fe en Jesucristo y aceptar Su evangelio es otra forma de invitar la ayuda del Salvador a nuestras vidas. Cumplir con los principios, doctrinas y efectuar las ordenanzas de salvación es aceptar la ayuda de Jesucristo. Compartir nuestro testimonio en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar es otra forma de aceptar a Jesucristo en nuestra vida.
Este curso enseña la gran importancia que tiene Jesucristo en todos los aspectos de mi vida y del mundo en el que vivo. Este curso me ha enseñado que Jesucristo es la luz y la esperanza del mundo y que si tengo confianza, en que por medio de la expiación de Jesucristo, la obediencia a los mandamientos y seguir Su evangelio, recibiré las bendiciones prometidas de Dios, entre ellas la vida eterna.
En el Cristo Viviente dice que ninguna otra persona ha ejercido una influencia tan profunda sobre todos los que han vivido y los que aún vivirán. El Salvador es la persona más importante de mi vida ya que gracias a Él, tengo la esperanza de que algún día regresaré a la presencia de mi Padre Celestial; de que si cometo algún pecado, por medio de Su expiación, podré arrepentirme; de que podré lograr la perfección así como Él lo hizo. El Señor Jesucristo, literalmente, ha salvado mi vida y por ello estoy altamente agradecida.
Jesucristo es el Unigénito del Padre, el Salvador del mundo, es nuestro Abogado, es mi padre, mi hermano y mi amigo. Sé que vive. Es quien más me ama y es a quien más amo. Es el Creador del mundo. Gracias a Él, estoy en esta tierra, y gracias a Él tengo la firme fe de que algún día volveré a estar en su presencia. Es el ejemplo más perfecto de humildad, amor y obediencia que hubo y habrá sobre esta tierra y todos los días de mi vida me esforzaré por seguirle. Sé que Él vino a esta tierra a expiar por mis pecados y que algún día regresará y regirá el reino de Dios en esta tierra. Sus enseñanzas son inspiradoras para toda la humanidad en todos los tiempos, no hay mejor maestro que Jesucristo. Su Evangelio es el camino que hay que seguir para lograr la felicidad en esta vida y en la vida eterna. Testifico que Jesucristo es el Redentor del mundo, y sé estas cosas porque he preguntado al Padre y Él me ha dado respuestas. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amen.
Katherin Vega
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