El amor por Jesús ¿Me amas?

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para llegar a la eternidad, es Jesús (Jn 14,6) no sólo es el medio para llegar sino el punto de llegada.

Solo el dogma de la única persona de Cristo es capaz de dar una respuesta adecuada a estos problemas, con la fe de la iglesia afirmamos que Cristo es una persona divina, la persona del hijo de Dios, por consiguiente el amor a Cristo es el mismo amor a Dios (Jn 15,23) Por esto en Cristo nosotros llegamos a Dios sin intermediarios, sino directamente. Por esto Cristo debe ser amado con el mismo título de Dios y no con un amor secundario.

Jesús es también hombre y por tal es nuestro prójimo y debe ser amado también con el otro amor.

2.3. ¿Cómo cultivar el amor por Jesucristo?

¿Será posible amar a Jesús ahora que no vive entre nosotros y no es posible verlo, tocarlo o contemplarlo? Ante esta interrogante San León Magno nos dice: Todo lo que había de visible en nuestro Señor Jesucristo, con su ascensión, ha pasado a los sacramentos de la Iglesia. Entonces es a través de los sacramentos y con especial importancia, a través de la eucaristía donde se realiza la unión con Jesús.

Es además, posible amar a Jesucristo porque es una persona viviente y existente, no un simple personaje histórico, sino un amigo al que podemos amar con un amor de amistad y de entrega.

Cada uno tiene una manera de cultivar esta amistad con Jesús, sin embargo es siempre necesaria la unción del Espíritu Santo porque sólo el Espíritu sabe inspirar el amor por Jesús.

Otro medio, seguido por la tradición, es la memoria de Jesús, incluso él mismo se ha confiado en la memoria de sus discípulos: Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. (Hagan esto en memoria mía.» (Lc 22,19) Él ha muerto por nosotros, al contemplar este recuerdo nos vemos obligados a amarlo, este recuerdo enciende el amor por Él: Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. (2Co 5,14)

Sólo reforzando nuestro hombre interior, es decir creer más, rezar más, dejarse guiar más por el Espíritu; llegamos a comprender el amor de Cristo.

La gracia más grande que podría sucederle a un hombre es la de hacer de Jesús su gran ideal en la vida, enamorarse de Él para que luego otros, también lo hagan.

3. CONCLUSIONES:

• Existen incontables razones por las cuales amar a Cristo pero una de las más importantes y sencillas es porque Él mismo nos lo pide, así como también porque Él nos amó primero, nos amó a tal punto que fue capaz de dar la vida por nuestra salvación

• Tomando en cuenta dogma de la única persona de Cristo podemos afirmar que el amor a Cristo es el mismo amor a Dios, no es un medio para llegar a él o un amor secundario y amar a Jesús significa hacer la voluntad del Padre.

• Sólo a través de los Sacramentos y en especial la Eucaristía podemos llegar a la unión con Jesús.

4. BIBLIOGRAFÍA

• Cantalamessa, Raniero (2007). Jesucristo, el Santo de Dios. Buenos Aires. Distribuidora