Enciclica.

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¿Qué he aprendido de lo que he leído?

La carta encíclica que hemos leído presenta desde un primer momento que todo conocimiento conlleva a un mismo objetivo y por un mismo camino que es la búsqueda de la verdad. En él se pueden diferenciar varias formas de poder alcanzar esta meta, como son la razón y la fe. Cada una busca un camino para poder llegar al objetivo que todo hombre persigue en la vida y este camino puede verse de diferentes maneras. No podemos considerar que los términos fe y razón sean conceptos totalmente distintos, sino que uno necesita al otro y viceversa. La fe busca difundir el mensaje de Dios entre las personas y que estas, busquemos el misterio a través de su verdad, Jesucristo. Desde la fe se defiende desde un primer momento que la verdad siempre debe ir acompañada de la libertad. Las personas debemos ser libres y elegir en cada momento lo que uno defienda en razón a sus pensamientos o sentimientos, por ello cada persona puede ser libre de escoger lo que él desee en cada momento de la vida. Dios crea a hombres universales que sean capaces de opinar o defender cualquier cosa en un momento oportuno. No tendría sentido que las personas solo pudieran opinar sobre una cosa determinada en la vida y que solo sobre esta pudieran defenderla. El hombre es un ser capacitado para poder pensar y opinar sobre cosas universales, es decir, todas las cosas que sean propuestas o discutidas. Dios ha creado a hombres exploradores que sean capaces de buscar cualquier cosa por la cual sientan un misterio sobre el cual se puedan preguntar. Sin embargo, aquello que encontramos positivo seguiremos observándolo y sintiendo una sensación que nos dé ganas de seguir explorando. Por otra parte, aquello que desde un primer momento sentimos como negativo o perjudicial dejamos de mostrar interés rápidamente.

Un punto clave en el discernimiento entre la fe y la razón, se trata de la muerte y resurrección de Jesús. Cada uno explica y entiende este concepto de una manera distinta. La razón no comparte ciertamente esta afirmación que para la Iglesia significa un punto clave para todas las personas creyentes. Este hecho trata de que Jesús sacrificó su vida por las personas y por ello podemos considerar que la fe crea que este sea su inicio en la historia. Por otro lado, la razón no acaba de fiarse de este suceso y lo discute hasta el fin de separarse de esta afirmación. En conclusión, podemos decir que el misterio de la existencia de las personas es el punto de inflexión donde empieza el discernimiento entre la razón y la fe.

Como hemos comentado la verdad es el objetivo principal que persiguen tanto la fe y la razón, cada una a su manera, pero es su objetivo principal. No se puede decir que toda la verdad tenga el mismo valor o el mismo impacto, ya que esta depende de diversidad de conceptos que la pueden hacer más o menos impactante. La verdad si es realmente verdad, es universal. La única verdad absolutamente cierta de toda existencia no es otra que la muerte, podemos discutir cualquier precepto que tanto la filosofía como el cristianismo pueda defender, pero nunca esto será tan cierto como la muerte. Esto es lo único que por todas las personas pasamos y nunca se podrá evitar.

¿Qué te ha impactado?

El hecho que más ha impactado hacia mi persona, es el saber la relación que existía y actualmente existe entre la filosofía y el cristianismo. Desde hace mucho tiempo se viene diciendo o escuchando que la filosofía es todo lo contrario a Dios y a la doctrina cristiana. Este tiene su punto de inflexión en la ciencia y en buscar aquello que realmente sea cierto y que no había, por lo tanto, buena conexión entre ambas concepciones.

Sin embargo, como la carta nos muestra existe una profunda e inseparable unidad entre la fe y la razón. No puede ni existe una competitividad entre ellas, ni una busca ser más efectiva que la otra, si no que una está dentro de la otra. Entendemos que la razón intenta explicar, juzgar y analizar todo lo que encuentra en su alrededor, pero todo esto no tendría ningún tipo de sentido de no ser por la fe que las personas interponemos entre las cosas. Todo este proceso de analizar seria incompleto de no intervenir en él el conocimiento de la fe.

Hace muchos años, ya empezó el acercamiento entre la filosofía y el cristianismo. Los filósofos abrieron la puerta a la religión de manera que escucharon y estudiaron sus propuestas hasta al fin de analizarlo y darle una oportunidad a la fe. Por lo tanto, la filosofía que busca aquello totalmente cierto da una razón para entender la fe de los creyentes. El encuentro entre estos ambos conceptos no fue ni fácil ni inmediato, sino que se trata de un hecho que tardará mucho tiempo. El largo tiempo es debido entre otras cosas, a las numerosas vías que existen para alcanzar la verdad. La verdad desde la fe so obtiene en Jesucristo, decir, siguiendo su camino y su palabra hasta encontrar la libertad y la verdadera que busca el hombre. Por otro lado, la razón busca la verdad por aquello que realmente puede afirmar y comprobar. Por esta razón ambas estaban determinadas a entenderse de una manera u otra.

Santo Tomás explica: “La fe y la razón proceden de Dios, por lo tanto, no pueden contradecirse ya que ambas se necesitan.” Por lo que afirma santo Tomás podemos decir que no existe ese distanciamiento que siempre se ha comentado entre la filosofía y el cristianismo. Con el paso del tiempo, también cabe comentar que estos dos términos han ido alejándose. Con la creación de las universidades, encontramos un distanciamiento de la filosofía, la cual se separa y se convierte en autónoma a la fe. En la actualidad, el pensamiento filosófico se desarrolla alejándose cada vez más de la Revelación.

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Lo más importante

Lo más importante que obtengo después de la lectura de la carta encíclica, es la búsqueda y el camino hacia la verdad. Como hemos comentado anteriormente, todos los conceptos tratan en su fin como las personas podemos alcanzar la verdad más plena de manera que esta nos lleve a la libertad y felicidad. La fe y la razón comparten el mismo objetivo, aunque lo afronte de distintas maneras. Por una parte, la fe considera la verdad a Jesucristo, ellos afirman que este se trata del camino que deben seguir y defender para poder alcanzar la máxima plenitud en una persona. Por otra parte, la razón defiende que el alcanzar la verdad va ligado aquello que la ciencia puede