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Bosquejo de un cuadro histórico: Condorcet

Enviado por   •  14 de Enero de 2018  •  5.646 Palabras (23 Páginas)  •  412 Visitas

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Condorcet también se destaca por ser de los primeros “feministas” y pensadores que defienden los derechos de la mujer, es por eso que plantea que la igualdad de derechos en ambos sexos. “Bajo una metodología deductiva afirma que si los derechos son naturales, no se les pueden negar a quienes participan de igual naturaleza, nada menos que la mitad del género humano; si les corresponden al hombre por ser éste un ser sensible capaza de combatir ideas, por igual motivo le corresponden a la mujer.”[7]

Es por esto que él considera indispensable e importante la instrucción de la mujer tanto para el hombre como para la familia. “Entre los progresos del espíritu humano más importantes para la felicidad general, debemos contra la total destrucción de los prejuicios que han establecido entre los dos sexos en una desigualdad de derechos, funesta incluso para el sexo al que favorece.”[8] La instrucción debe ser obligación de la sociedad (en general) porque perfecciona al hombre incluso como especie, es decir, facilita y prmueve un desarrollo humano integral.

A propósito de la igualdad, Condorcet también hace ver su completa repulsión hacia la esclavitud argumentando que nada justifica convertir a un hombre en esclavo y se pronuncia a favor de la igualdad de derechos de los negros y por la abolición de la esclavitud, porque los derechos son naturales y corresponden a todos los hombres sin exclusión. La esclavitud es un crimen aunque esté legalizada y aunque la aprueben todos los hombres y todas las leyes del mundo.

Respecto a las formas de gobierno, Condorcet rechaza el modelo montesquiniano porque no aborda la distinción esencial de gobiernos, fijándose sólo en sus principios, él piensa que la opinión no debe quedar demasiado alejada de la función legislativa, para lo cual se requiere:

- Que la mayoría decida cuando debe ser sustituida por los representantes para ciertos cometidos políticos.

- Que los mandatos de los representantes sean breves y las asambleas queden sujetas a diversas cautelas en cuanto a su composición, a sus competencias y a su funcionamiento.

- Evitar en el Poder Legislativo el espíritu de partido.

- Que se informe al país previamente de los informes de ley.

- El examen popular de las decisiones de la asamblea cuando el progreso de las luces lo permita.

- Que, para obviar el mal ejercicio popular de estos derechos, las cuestiones que hayan de resolverse en referendo sean simples y versen sobre intereses esenciales, adoptándose para ello un sencillo modelo consistente en una serie coherente de proposiciones que permita aceptarlas o rechazarlas con total comprensión.

- Admitir la iniciativa y el veto populares en la legislación.

- Incluir también, por último, la iniciativa popular de revisión constitucional.

Todos deben tener la oportunidad de participar en la dirección del estado, ya que esto demuestra la igualdad existente entre los hombres que lo habitan y así se asegurará el bienestar de la mayoría y no sólo el de algunos cuantos.

Es de esta forma como se puede afirmar que la ley y la instrucción traen cambio para Condorcet, es decir: Progreso. Puede tomarse la idea del progreso como la unificadora de la obra condorcetiana, ya que es la que corona y viene parada por las demás y afirma que “para hablar del progreso futuro hay que comenzar estudiando historia.”[9] Las leyes y las instituciones tienen un origen histórico, positivo, humano, explicable por la razón, y no un origen celeste.

Este racionalista procede en su obra con abstracciones y no pocos apriorismos en más de una ocasión, y así lo indica él mismo en la Introducción, cuando explica su metodología. Él relata los progresos durante la prehistoria razonando por analogía con los periodos propiamente históricos; del mismo modo, expone el progreso del espíritu humano como si éste fuera uno solo en el mundo, como si los hombres formaran un solo pueblo; y, así también, extrapola los progresos históricos en una prospectiva de futuro.

Concibió a la historia de la civilización en nueve épocas a las que añadía una décima, su propósito no era hacer una historia como narración de grandes sucesos políticos, sino como progreso del saber, en las luchas contra el error y contra los prejuicios. Se trata de hacer una historia de la especie humana y de su proceso en la conquista de la libertad.

Turgot y Condorcet son los primeros dos ilustrados que dan a la teoría del progreso la forma que habría de conservar en el siglo siguiente. Ambos quisieron explicar la historia en función del progreso del hombre y no en los sucesos políticos memorables, es por esto que los dos coinciden en que el curso de la Historia consiste en el progreso incesante de libertad, de la razón y la justicia, y los dos creen que las leyes históricas dan la clave de ese progreso.

Según Condorcet, el progreso del espíritu y de la inteligencia, de la ciencia y la filosofía, de la reflexión y la sensibilidad estética, de los derechos del hombre y de la igualdad, de la supremacía de la ley y del libre pensamiento, del pacifismo. De la justicia. Ese progreso significaría el triunfo sobre la superstición, las iglesias, el fanatismo y la explotación colonial, el esclavismo y el machismo. Sobre el despotismo. Pero es necesario saber conducir ese progreso y eso le corresponde a un sistema de legislación y a un sistema de instrucción.

“La estupidez del pueblo es obra de las instituciones sociales y de las supersticiones. Los hombres no nacen estúpidos ni locos, sino que acaban siéndolo. Por el contrario, una buena legislación, por ser expresión de una voluntad general, logra superar esos prejuicios, fomenta el progreso y lleva al país a la felicidad de manera indubitable”[10]

Postura empírico-analítica

Con base en todo lo anterior, es evidente que Condorcet se encuentra ubicado dentro de la postura empírico–analítica por su pensamiento progresista dirigido a buscar la felicidad del hombre mediante la igualdad, la instrucción, la libertad y por supuesto, el progreso.

En el pensamiento condorcetiano siempre se distingue el uso de las ciencias y la filosofía para encaminar la vida del hombre hacia un mejoramiento y de esta forma asegurar y mantener su bienestar y de esta forma la felicidad. El uso de las técnicas y los instrumentos que van surgiendo del ingenio del espíritu humano siempre deben tener como finalidad el progreso, considera que los errores del

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