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CAPÍTULO #1 EL AMBIENTE GEOGRÁFICO DE ITALIA

Enviado por   •  19 de Noviembre de 2018  •  7.617 Palabras (31 Páginas)  •  440 Visitas

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Todas estas condiciones mantuvieron por mucho tiempo a la antigua Italia cerrada en una economía natural y aun nivel primitivo de civilización. Sin embargo, estas mismas condiciones, en un determinado momento comenzaron a producir un efecto positivo sobre su desarrollo histórico. El relativo atraso de la economía italiana y su carácter agrícola hicieron que en la península se mantuviera por largo rato la pequeña propiedad libre de la tierra y que Italia siguiera siendo un país de campesinos. Y cuando Roma, después de haberla unificado, entró en la >, fueron justamente los campesinos italianos el arma con la que fue conquistado todo el mundo mediterráneo. En la lucha contra los más antiguos y los más evolucionados Estados de la cuenca mediterránea ---Cartago, Grecia, Macedonia, Siria, Egipto--- el atraso de Italia, en el cuadro de una técnica primitiva, se convirtió en una gran fuerza.

En el proceso de formación de la potencia mundial romana tuvo gran importancia la posición central de la península apenínica, del mismo modo que la posición central de Roma tuvo una influencia de primera importancia en la unificación de Italia. Esta posición dio a los romanos la posibilidad de actuar con operaciones por líneas internas, dividiendo a los adversarios. También permitió a Roma actuar como intermediaria entre Oriente y Occidente y este fue uno de los factores más importantes de la evolución europea.

CAPITULO #2

LA ITALIA PRERROMANA. ORIGEN DE LAS TRIBUS ITÁLICAS

Las tribus itálicas: La antigua población de Italia en la época prerromana estaba constituida por un mosaico de gentes extraordinariamente variado. A lo largo del valle del Po y en la zona inmediatamente al sur de éste, había tribus célticas (galos), como los insubres, los cenomanes, los señores, entre otros; sobre los Alpes marítimos y a lo largo de la costa ligur vivían tribus atrasadas de ligures; al norte del curso inferior del Po y hacia Oriente estaban los vénetos, y en la Etruria los etruscos, que los griegos llamaban tirrenos.

En Italia central y en parte de la meridional se encontraban numerosas tribus de itálicos. Sobre la izquierda del Tíber los umbros, más el oriente y a lo largo del mar, los picentinos (que es posible que no pertenecieran a los itálicos), al sur del curso inferior del Tíber y en la parte septentrional del Lacio vivía la pequeña tribu de los latinos, cuyos vecinos inmediatos eran los ecuos y los volscos.

Al sur de los umbros y los picentinos, en la zona oriental de la Italia central existía un gran grupo de itálicos comúnmente llamado grupo sabeliosamnita. A él pertenecían las pequeñas tribus de los sabinos, de los marsos y la gran tribu de los samnitas.

La rama meridional delos samnitas, lucanos y brucios, ocupaba la parte occidental de la Italia meridional: la Lucania y el Brucio. En Apulia y en Calabria vivían las pequeñas tribus de los daunios, los yápiges, los mesapios y otras que no formaban parte de los itálicos. De ellas nos han llegado algunas inscripciones que contienen sobre todo nombres propios, escritas en dialectos locales, que revisten una notable importancia para la solución del problema de la determinación de las tribus existentes en la antigua Italia.

Sobre las costas de la Italia meridional, hasta la Campania, se habían constituido colonias griegas. Estas eran las ciudades de Cumas, Nápoles, Posidonia, Elea, Regio, Crotona, Tarento y otras.

La fértil Sicilia era campo de una encarnizada lucha entre los griegos, que habían colonizado su mitad oriental (Siracusa, Leontinos, Catania, Taormina, Mesina) y los cartagineses, que habían ocupado la parte occidental (Trépani, Lilibea, Agrigento). En el interior de la isla vivían tribus locales de sículos y sicanos. Cerdeña y Córcega, con sus poblaciones locales de sardos y corsos, fueron también objeto de colonización por parte de los griegos y los cartagineses.

¿Cómo explicar semejante complejidad étnica de la península apenínica? La cuestión de la génesis étnica italiana es una de las más difíciles. En el estudio de ese problema nos encontramos frente a hechos indiscutidos, por ejemplo, el hecho de que los griegos y los cartagineses fueron, en Italia, elemento de importación. En efecto, es posible seguir bastante bien su historia y explicar su aparición en Italia por el camino de la expansión. Igualmente se puede considerar aceptada por todos la hipótesis de que los ligures y los sicanos eran restos de una antigua población local, en una época ampliamente difundida en Italia y en Sicilia.

La teoría migratoria: Pero aquí termina el campo de lo cierto y se abre la puerta a una serie de hipótesis y discusiones. En lo que respecta a la masa de la población itálica (galos, ítalos, etruscos), la mayoría de los investigadores modernos acepta el punto de vista de la teoría migratoria, que se remonta hasta los griegos y los romanos. Según esta teoría, los galos, los ítalos y los etruscos provienen de otros países. Habrían bajado la península y habrían expulsado a la población prehistórica ocupando su puesto. Para los galos, esto sucedió ya dentro del periodo histórico. Bajaron de los Alpes en el siglo V, invadieron la llanura del Po expulsando de ella a los etruscos, y al comienzo del siglo IV avanzaron aún más hacia el sur.

Los ítalos: Tradicionalmente, de acuerdo con la teoría del árbol genealógico de los pueblos indoeuropeos, se consideraba que el grupo ítalo o itálico era una rama común desgajada del más amplio grupo ítalo-celta, que habría emigrado a Italia en varias oleadas. Posteriormente se ha visto que las lenguas indoeuropeas de la península itálica mantienen en algunos aspectos menos similitudes entre sí que cada una de ellas con algún otro grupo de lenguas indoeuropeas, lo que ha llevado a deshacer el antiguo concepto de lenguas itálicas como tronco común anterior a la inmigración, a semejanza del caso de los dialectos griegos. Se trataría, por el contrario, de dos grupos indoeuropeos diferentes procedentes de lugares diferentes, con las naturales diferencias y semejanzas entre ellos en lo que respecta a la lengua: un primer grupo, el latino-falisco, con predominio de elementos danubianos; y un segundo grupo, el osco-umbro, con predominio de elementos dináricos. El concepto de itálicos habría que aplicarlo a los pueblos indoeuropeos de la península itálica, no como tronco del que surgen dos ramas, sino simplemente como pueblos indoeuropeos instalados sucesivamente en tal península, con rasgos similares originarios, en unos casos más fuertes que en otros, y con rasgos similares procedentes de la convivencia en el territorio

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