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Capítulo 8: Este es el hombre

Enviado por   •  23 de Abril de 2018  •  2.341 Palabras (10 Páginas)  •  421 Visitas

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Leibowitz presenta casos como el del apartamento Beekman, en la que Gebhardt con un lenguaje sutil y conquistador se enamoró de Laura Parr. La policía encontró las cartas de amor enviadas, y como mayor testigo acusó a Laura de haber cometido el crimen. Al empezar el juicio la muchacha declaró que el la amaba, hasta proponer el matrimonio, la muchacha luego se dio cuenta de que el era casado y le exigió que se casara con ella. Ella no sabía tanto de su pasado y que el señor Genhardt era un sádico militante nazi de la época. La invitó a su habitación y la violó de manera anal y oral, ella se resistió y ante tanto forcejeo e intento de estrangulación no tubo más remedio que defenderse, tomo la pistola y le disparó causándole la muerte.

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Capítulo 10: Dos Damas del Sur

El Juez Leibowitz se encontraba de vacaciones de 15 días en Florida. Al no poder permanecer alejado mucho tiempo en las Cortes decidió visitar la Corte de Miami. Se llevó la sorpresa de que en el estrado del jurado once hombres blancos y un negro estaba sentado ahí, así que decidió preguntarle a un abogado de ahí el motivo de esto ya que en el sur era algo novedoso. El abogado procedió a culpar a un tipo llamado Leibowitz por un caso que tuvo gran trascendencia en los EEUU.

En 1933 todos estaban interesados en un juicio de nueve muchachos acusados de estupro y pronunciados culpables en un juicio rápido en Alabama. Una carta de la Defensa Internacional de Trabajo sorprendió a Leibowitz ya que le pedían se hiciera cargo del juicio, tomando en cuenta que no podían pagar sus honorarios pero tomando en cuenta que era un caos de gran trascendencia al ser un símbolo de lucha de los derechos de los afroamericanos. Leibowitz acepto a pesar de tener diferencias en su punto de vista ya que creía que se sentían indignado al ver como los derechos humanos de los acusados habían sido violados y por la inepta defensa que habían tenido. El caso sería complicado al ser un abogado judío defendiendo a un grupo de jóvenes negros en un estado sureño.

Los hechos del caso fueron los siguientes: Cerca del mediodía del 25 de marzo de 1931, Victoria Price y Ruby Bates, dos obreras blancas se subieran a un tren de carga en Chattanooga, Tennessee para regresar a su pueblo en Alabama, iban con siete acompañantes blancos y varios negros.

Más adelante, el tren aumento su carga por veinte o treinta negros más. Posteriormente inicio una riña entre los hombres blancos y los hombres negros, supuestamente por insultos racistas en contra de los negros. Tras la riña, pidieron que los arrestaran y fue ahí cuando las jóvenes, sostuvieron que fueron “estupradas” por los hombres negros en el tren. Normalmente en estos casos, es creída sin ser necesaria ningún tipo de comprobación estas historias. Así que la gente enfurecida sedienta desangre buscaba castigo para ellos. Una vez trasladados a un lugar más seguro en Gadsen, se designó como su defensor a Milo Moody.

Los nueve hombres negros se encontraban en un estado deplorable, uno presentaba una enfermedad sexual en estado avanzado, otras tres deficiencias mentales, y en general desnutrición entre otras cosas. Ocho de ellos fueron condenados a la pena de muerte y solo uno escapó de ella. Los hombres alegaron su inocencia de manera enérgica pero poco importo, la gente estaba contenta con la pena de muerte para los ocho hombres.

Una reportera fue enviada por La Unión Americana de Reporteros Civiles y descubrió que las hermanas tenían una reputación lejos de ser correcta. Al parecer solo buscaban llamar la atención, y se descubrió que no sentían repulsión contra promiscuidades sexuales ya que incluso practicaban la prostitución como actividad accesoria.

El caso fue elevado a la Corte Suprema de Alabama, y fue un caso muy disputado por laDefenda Internacional del Trabajo y por la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color. Los nueve negros ofrecían una maravillosa t dramática oportunidad que los políticos comunistas se apresuraron a aprovechar. La Corte determinó que los jóvenes no recibieron un juicio imparcial ya que sin importar lo que se creyera todos eran considerados inocentes antes de ser convictos, por tanto no se debería negarles cualquier recurso pertinente a un juicio.

Samuel Leibowitz comprendió que nunca se había enfrentado a una situación así en su carrera ya que por primera vez no se enfrentaría ante un jurado imparcial, aun así se dio cuenta que no estaba luchando por la libertad de un acusado sino por los derechos humanos y legales de una minoría del pueblo.

Al empezar al juicio Leibowitz procedió a demostrar que los hombres negros siempre eran excluidos de conformar el jurado, con el objetivo de que las acusaciones fueran desechadas, esto lo logró entrevistando en el estrado a candidatos que cumplían con los requisitos para ser parte del jurado. Su moción no fue aceptada.

Victoria Price fue llamada al estrado y Leibowitz no tardó mucho en evidenciar sus falsa historia, incluso dando a entender que había sacado de la ficción los nombres de su regenteadora y el suyo.

Posteriormente pasaron a la declaración Woodall que aparentemente dio una declaración contraria a la historia del Fiscal acerca de la navaja con la que supuestamente amenazaron a Victoria Price y la declaración del médico que atendió a las mujeres, determinando que no tenían ningún tipo d afectación psicoemocional para haber sido “estupradas” ni tampoco habían evidencias físicas como laceraciones en sus cuerpos.

También logró que testificar Lester Carter un vago que conoció a las muchachas y confirmo que Victoria Price mintió en sus declaraciones para no ser acusada por el delito de vagancia y para ganar el sueldo de testigo si el caso llegaba a la Corte. La otra muchacha Ruby Bates que había permanecido desaparecida algún tiempo, en calidad de testigo confirmo la mentira de Victoria Price.

Esto importó poco al Jurado y 22 horas después encontraron al acusado culpable y lo sentenciaron a pena de muerte con la silla eléctrica. Leibowitz pidió que se rechazara el veredicto contra Patterson al haber sido establecido por un Jurado parcial. El Juez Horton accedió, cosa que no puso nada contento a los habitantes del Sur, por lo cual buscaron a un Juez más ad hoc con sus pretensiones para el tercer juicio que se llevaría a cabo.

El Juez Guillermo Callahan fue elegido para esta labor. Se encargó de llevar el juicio como los habitantes de Scottboro pedían y de manera parcial rechazó varios testigos de Leibowitz,

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