Experiencia de alfabetización
Enviado por tomas • 29 de Marzo de 2018 • 912 Palabras (4 Páginas) • 273 Visitas
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misma condición académica. Cuando con él hablé, me dijo que lo del estudio no se le daba. A base de insistir parecía que se había convencido, pero cuando al siguiente día regresé para hacer el diagnóstico, una persona de su casa me dijo que no estaba y que había decidido no estudiar.
Fue difícil regresar al punto de la búsqueda de nuevo. En otra comunidad, me dijeron de un adulto que no sabía leer y escribir. Fui a verlo y él mostró ganas de aprender. Al tiempo obtuve la documentación para inscribirlo al programa de alfabetización.
Mientras eso ocurría el proceso alfabetizador con la primera persona avanzaba. En alguna ocasión me dijo que es difícil no saber leer ni escribir, cualquiera fácilmente te puede engañar de esa forma. Es casi como estar ciego, no saber siquiera lo que dicen los anuncios en la calle, no poder leer un documento para enterarse de lo que el mismo dice, no poder tampoco firmar con tu nombre cuando se requiere.
En el trabajo de enseñanza hubo dificultades importantes como que la persona no mire bien las letras al tiempo de estar estudiando, o sea, se le cansaba la vista. También, con el primer adulto alfabetizando se presentaba problemas de confusión de letras en ciertos lapsos de tiempo y por lo mismo llegué a identificar algún problema de aprendizaje que sus características se asemejan a la dislexia. La diferencia es que la persona en ciertos momentos no confunde las letras, en otros sí. No sé si tenga que ver con el cansancio de la vista o con el cansancio que provoca el estudio.
Cuando terminamos la planeación les di, a ambas personas, un cuaderno para que continuaran ejercitando lo aprendido y reforzarlo. El proceso de alfabetización no puede terminar donde se acaba la planeación, ni hay planeación que abarque el proceso de alfabetización completo. El lenguaje escrito no se aprende en unos años, es un proceso largo que depende si el aprendiz está dispuesto a aprender más.
Espero que con el trabajo de cada quien la beneficiada sea la sociedad y que se ayude a quienes pasan por dificultades al momento de querer llevar a cabo su tarea alfabetizadora, pues como sabemos no es sencilla, ya que requiere mucho tiempo y más esfuerzo.
Con esto concluyo mi experiencia de alfabetización. Fue un trabajo arduo, cansado, por momentos frustrante, pero que deja siempre tanto al alfabetizador como al alfabetizado una grande satisfacción, uno por ayudar a alguien a mejorar su realidad y el otro por mejorar su condición ante la sociedad y la lengua escrita
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