No hay peor ciego, que aquel que no quiere ver..

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Para toda persona que vive en la sociedad actual sabe que no debe discriminar por un tema moral, pero hasta antes de que sucediera esto no existían penas tan altas en la ley, debido a que existía un proyecto de ley contra la discriminación que llevaba 7 años archivado en el congreso y sin salir en el debate político. Como habrá sido el impacto que generó Daniel con su muerte, que se le dio carácter de urgencia al proyecto y se le bautizó con su propio nombre. Dicho proyecto fue aprobado el 9 de mayo del 2012. Además el mundo político habló, criticó y nadie quedó indiferente a los dichos del presidente Piñera en su cuenta de Twitter: “Su muerte no quedará impune y refuerza el compromiso total del gobierno contra toda discriminación arbitraria y con un país más tolerante.”[3] Entonces, si en 2005 ya se había presentado un proyecto contra estos actos ¿Por qué después de un asesinato se aceleró su aprobación? Según los dichos de Piñera ¿Por qué ahora se refuerza el compromiso del gobierno y no antes, si se supone que es obvio? Queda claramente establecido que se necesitó de un caso extremo, que llevara a los políticos a modificar las leyes y al pueblo chileno a unirse por medio de las redes sociales para generar este cambio.

Ahora queda demostrar que el tiempo al que se sitúa una persona, es indiferente a su forma de darse cuenta de que lo que hace es incorrecto.

Es por eso que utilizamos el caso de Jean Cala para manifestar que hace cerca de 250 años también se necesitó de un caso extremo para abrir los ojos. “A finales del siglo XVIII, la opinión pública parecía exigir que se pusiera fin a la tortura judicial y a las numerosas humillaciones que se infligían a los cuerpos de los condenados”.[4] Esto demuestra como la sociedad se sensibilizó y comenzó a ejercer presión para poder para que así cambiara la forma en la que eran procesados los delincuentes. El mundo político tampoco quedó ajeno y el famoso filoso y jurista, Cesare Beccaria, defendería completamente esta visión al querer fundamentar su sistema en el corazón humano y en los sentimientos indelebles del hombre. Tanto el mundo de los ilustrados como el de la sociedad común y corriente necesitaron de un caso exagerado para cambiar su forma de pensar y actuar.

En conclusión, podemos afirmar que en la historia del hombre en distintos momentos han existido cambios en la sociedad debido a un suceso que llama a la emoción y a la razón pese a que siempre estuvieron presentes. Jean Cala y Daniel Zamudio tuvieron que ser torturados y asesinados para que las personas internalicen el dolor y cambien su visión de cómo actuar. Gracias a estos símbolos contra la violencia, podemos abrir los ojos y decir “la emoción y la razón son vistas ahora como aliadas”[5]

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