Sociología: marx y la mercancia
Enviado por tomas • 19 de Diciembre de 2018 • 1.918 Palabras (8 Páginas) • 309 Visitas
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La particularidad de este proceso es que para que se manifieste el valor de cambio, el que debe ser objetivado y funcionar como un fetiche, es el mismo jugador de fútbol. Es decir que para poder acceder al capital simbólico que “emana” de la obtención de los títulos y campeonatos los jugadores de fútbol deben pasar por un proceso en el cual ellos mismos se convierten en mercancías. Al mismo tiempo, ese valor de cambio solo se genera, solo existe, si se produce un valor de uso. El mismo, en un deporte se pondera mediante la obtención de títulos o campeonatos (manifestación que permite la objetivación del valor de uso inherente al jugador en cuestión). En palabras de Marx:
“Un valor de uso o un bien, por ende, sólo tiene valor porque en él esta objetivado o materializado trabajo abstractamente humano. ¿Cómo medir, entonces, la magnitud de su valor? Por la cantidad de “sustancia generadora de valor” -por la cantidad de trabajo- contenida en ese valor de uso.”[7]
Simultáneamente para poder constituirse como jugador de fútbol se debe poseer una serie de atributos atingentes a la dinámica propia del campo del deporte. El jugador necesita entonces, obtener/perfeccionar dichos atributos para poder constituirse así como jugador de fútbol. Al realizar dicho proceso, contribuye a convertirse el mismo en una mercancía. Porque:
“Para producirla, se requiere determinado tipo de actividad productiva. Ésta se halla determinada por su finalidad, modo de operar, objeto, medio y resultado. Llamamos, sucintamente trabajo útil al trabajo cuya utilidad se representa así en el valor de uso de su producto, o en que su producto sea un valor de uso.”[8]
Pero al ser el jugador una persona, “La fuerza de trabajo humana en estado líquido, o el trabajo humano, crea valor, pero no es valor. Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva.”(Marx 1975 p. 63). Es decir que sólo se objetiviza al obtener los títulos o campeonatos que evidencien de manera permanente su valor de uso, y posibiliten por ende su valor de cambio.
Ese status que obtiene el jugador de fútbol, ese prestigio que deviene de la obtención de dichos títulos, es el que permite el (auto) intercambio de sus personas como mercancías. Dichos títulos, a su vez, evidencian el tiempo de trabajo socialmente necesario para la obtención de valor. Ocasionando que algunos de ellos hagan referencia directa a un tiempo útil (cantidad de goles, minutos de juego, torneos locales, etc.), y otros hagan referencia a un tiempo abstracto y socialmente impuesto (campeonato del mundo, ídolo de un club, etc.). En palabras de Marx (1975 p. 48) “Es sólo la cantidad de trabajo socialmente necesario, pues, o el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de un valor de uso, lo que determina su magnitud de valor.”
Todo este análisis nos lleva a la última fase de esta (auto) “mercantilización” del jugador de fútbol para poder ser parte de dicho deporte. Recordando que “...sólo son mercancías debido a su dualidad, a que son objetos de uso y, simultáneamente, portadoras de valor.”(Marx 1975 p. 58), los jugadores necesitan, para poder desenvolverse en este deporte, no sólo objetivarse como mercancías en la dialéctica con los trofeos, sino que, además deben poder intercambiarse como objetos de uso. Para ello deben manifestarse frente a la sociedad como personas autónomas, privadas, dueñas de sí mismas; porque “Sólo los productos de trabajos privados autónomos, recíprocamente independientes, se enfrentan entre sí como mercancías.”(Marx 1975, p. 52). Debido a esto es que el fútbol, no es solo un deporte, un juego sino que:
“...es una multiplicidad de estructuras conceptuales complejas, muchas de las cuales están superpuestas o enlazadas entre sí, estructuras que son al mismo tiempo extrañas, irregulares, no explícitas.”[9]
Dicha estructura posee el carácter de pertenecer a una sociedad en “...cuyos productos adoptan en general la forma de mercancía, esto es, en una sociedad de productores de mercancías”. (Marx 1975 p. 52). Por ende, sólo llevarán a cabo los intercambios entre jugadores, si las formas relativas y equivalentes del valor, llega a ser constituidas como conmensurables, es decir como iguales. Para ello el sistema de estructuras complejas que es el fútbol “permite” expresar el valor de los jugadores en forma dineraria, o lo que es lo mismo, convertirlos en forma dineraria. Porque:
“Se pasa por alto, de esta suerte, que las magnitudes de cosas diferentes no llegan a ser comparables cuantitativamente sino después de su reducción a la misma unidad. Sólo en cuanto expresiones de la misma unidad son magnitudes de la misma denominación, y por tanto conmensurables.”[10]
Dicha “conversión” se articula a través de contratos, publicidades, prohibición de ciertas relaciones dentro del sistema, etc.
Para concluir me gustaría expresar en forma de cuadro la lógica que he intentado expresar en este ensayo. Teniendo siempre presente que no es más que eso, un ejercicio intelectual que me permitió vehiculizar y dar vuelo a una serie de preguntas y cuestiones que unían dos grandes intereses personales, el fútbol y el pensamiento de Marx.
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BIBLIOGRAFÍA
- Bourdieu, P (1987), 147 citado por Joerges, B y Nowotny, H. (2003). Social Studies of Science and Technology: Looking Back, Ahead. Netherlands: Springer.
- Geertz, Clifford (1973) “La interpretación de las culturas”. Gedisa. Barcelona.
- Marx. Karl (1975) “El Capital, crítica de la economía política”. Siglo XXI Editores. México.
- Marx, Karl (1971) “Wage-Labor and Capital”. International Publishers. Nueva York.
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