Anecdotas de un docente.
Enviado por Rimma • 11 de Abril de 2018 • 1.072 Palabras (5 Páginas) • 404 Visitas
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Pero no todo es malo, a veces los niños nos alegran las mañanas con sus ocurrencias, con su manera tan espontanea de decir las cosas.
El año pasado tenía un alumno en cuarto grado con severos problemas de lenguaje, mismo problema que lo llevaba a no saber leer ni escribir. Aun así el alumno se esforzaba para lograrlo.
Llevaba tiempo diciéndole “¡ése Emilio sigue cenando!” (Al mismo tiempo le picaba la panza). El niño solo se reía y me decía “ay pofe”. Y así sucedieron muchas ocasiones más, el niño no me respondía más que lo mismo.
Una mañana de kérmes, me estaba comiendo una gordita rellena, entonces llega el niño y me pica la panza diciendo “ése pofe chigue chenano”. No me quedo de otra más que reírme de la acción, pues el niño solo se había desquitado de todo lo que yo le había dicho. Mismo niño me gritaba “pofe checha” sin poder decir Profe César.
Ahora el niño está en otra escuela, debido a que los sicarios corrieron a la mamá del pueblo.
Como hago mención en un principio, la escuela se encuentra en una comunidad llena de crimen organizado, mismo factor que ha venido perjudicando que las familias salgan huyendo llevándose a los niños y dejando a la escuela con un número bajo.
Mismo problema ha hecho madurar a los niños de distinta manera, según lo que viven, lo que escuchan, los alumnos se desarrollan de distinta manera.
Un día estaba dando clase, cuando una alumna comentó que habían matado a su primo, en ese momento interrumpe otro alumno, “ah sí yo vi como lo mataron” me quedé en asombrado por el comentario del niño, de la manera en la que lo había dicho sin importancia. Después de ese comentario comenzó a narrar la manera en la que lo habían matado, con golpes en la cabeza de una roca de gran tamaño. Asimismo mientras el niño narraba la historia iba haciéndolo con mímica y yo permanecía estático. Es así como los niños ven, escuchan, viven el crimen organizado. Mismo que los hace adaptarse a ese estilo de vida, a la cual no estamos acostumbrados.
Al inicio de éste ciclo escolar, cuando apenas estaba conociendo a los alumnos. Mientras estábamos trabajando dijo un niño “tengo hambre” yo pensando entre mí ahorita le compro unas galletas o le doy de mi lonche, pregunté “¿quién almorzó en su casa?” al ver que nadie levantó la mano, sentí un sentimiento muy feo, puesto que yo no aguanto tanto tiempo sin comer, ahora un niño de primaria menos. Entonces les pedí que si trabajaban individualmente mientras yo iba a comprarles algo para comer todos en el salón. Todos los niños se entusiasmaron y se pusieron a trabajar. Al llegar los niños me observaban las bolsas a ver que les había comprado.
Les compré para hacer tortas de jamón con mayonesa y los niños junto conmigo nos comimos la torta en el salón. Después los niños me dieron las gracias y muy bonitos me abrazaban mucho.
GLOSARIO
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