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Cultura de masas

Enviado por   •  23 de Agosto de 2021  •  Ensayo  •  4.785 Palabras (20 Páginas)  •  359 Visitas

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COLEGIO UNIVERSITARIO DE PERIODISMO

“OBISPO TREJO Y SANABRIA”

CULTURA DE MASAS

Sociología. Masa. Civilización. Medios de comunicación

INTRODUCCIÓN

“Hay un hecho que para bien o para mal, es el más importante en la vida pública europea de la hora del presente. Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno poderío social. Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones, culturas cabe padecer. Esta crisis ha sobrevenido más de una vez en la historia. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce su nombre. Se llama la rebelión de las masas”. [1]

Con este fragmento, Ortega y Gasset inicia su célebre ensayo “La Rebelión de las Masas”. El filósofo español sostiene que el concepto de masa no es un concepto cuantitativo y visual como sí lo es el de muchedumbre, sino que por el contrario es un concepto sociológico y como tal es altamente complejo.

Cómo él, muchos fueron los pensadores que se abocaron a la difícil tarea de buscar una definición más o menos  objetiva  de la palabra masa. Pero, por una u otra circunstancia, terminaron por cargarle un alto contenido ideológico, dándole al término un significado positivo o, por el contrario, inscribiéndolo en la galería de términos malditos.[2] 

En este contexto, Alvin Toffler, en su obra “La tercera Ola”, afirma que la sociedad industrial de la Segunda Ola, se caracteriza por dos fenómenos: la cultura de masas y la sociedad de consumo. Ambos conceptos se encuentran íntimamente ligados y afectan todos los aspectos de la vida humana. De ahí, la importancia que adquiere la real comprensión de estos fenómenos.

El presente trabajo tiene por objeto precisamente dar claridad conceptual a estos términos, sus relaciones y, sobre todo, ver su influencia en la sociedad actual pos- industrial, teniendo siempre como referencia el texto de Toffler.

En consecuencia, este escrito se estructura de la siguiente manera: en el primer capítulo se tratará de definir, desde la sociología, la palabra masa. Para ello, me centraré primordialmente en la obra de Ortega y Gasset, anteriormente citada. A continuación, se buscará cuál es el origen del hombre- masa, eje temático del capítulo II. Los subsiguientes capítulos versarán más específicamente en lo que es la cultura de masas y su relación con la sociedad de consumo, sus características, contexto, etc., según la opinión del autor de la tercera Ola. Finalmente, se concluirá con una breve exposición sobre la influencia de los Medios masivos de comunicación de Masas (Massmedia) en la conformación de la cultura de masas como un corolario final sobre el tema tratado.

CAPITULO I: ¿QUÉ ES SOCIOLOGICAMENTE UNA MASA?

Una masa no es lo mismo que una multitud. Los espectadores en un juego de fútbol son una multitud; los que observan el juego en casa por televisión son una masa. Hoult define una masa como un número relativamente grande de personas, especialmente dispersas y anónimas, que reaccionan a uno o más de los mismos estímulos, pero actúan individualmente sin considerarse unos a otros.[3] 

Rocke la definió, por su parte, como “Individuos fuera de su comunidad, expuestos a una caótica falta de relacionas de cualquier tipo, convertidos en rebaños nómadas, y perdidos hasta el punto de que ya no saben adónde pertenecen ni cual es su puesto en la sociedad, y que se divorcian más y más de sus lazos familiares, de su ocupación, de su vecindad, de su naturaleza y de la sociedad global”[4].

Las masas se caracterizan, siguiendo a Gonzalez-Anleo[5], por su irracionalidad y su falta de autonomía histórica, lo cual las hace presa fácil de todo tipo de manipulación.  Dentro de este contexto, Ortega y Gasset plantea su ya celebre “Rebelión de las Masas”, en la cual sostiene que la palabra masa no es un concepto cuantitativo y visible, como sí lo es la muchedumbre, sino que por el contrario es un concepto cualitativo y como tal, altamente complejo.

Afirma que la sociedad es siempre unidad dinámica de dos factores: minorías y masas. Las minorías son individuos o grupos de individuos especialmente cualificados. La masa es el conjunto de personas no especialmente cualificadas. Es el hombre en cuanto no se diferencia de otros hombres, sino que se repite en sí un tipo genérico. Masa es todo aquel que no se valora así mismo por razones especiales, sino que se siente “como todo el mundo” y, sin embargo no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demás.[6] 

En una buena ordenación de las cosas públicas, la masa es la que no actúa por sí misma. Necesita referir su vida a una instancia superior, constituida por las minorías excelentes. Pretender la masa actuar por sí misma es, pues, rebelarse contra su propio destino. Por eso, Ortega y Gasset, habla de “La Rebelión de las Masas”. Vivimos bajo el brutal imperio de las masas, el cual representa una vertiente favorable en cuanto significa un fabuloso aumento de vitalidad y posibilidades, es decir, una subida de todo el nivel histórico. Pero esta rebelión no es del todo positiva, sino todo lo contrario.

En nuestro tiempo, según palabras del filósofo español, domina el hombre-masa, es él quien decide. Pero el hombre-masa es el hombre cuya vida carece de proyecto y va a la deriva. Por eso no construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean enormes. Ahora bien, si el hombre-masa sigue dueño de Europa y es quien decide, bastarán 30 años para que nuestro continente retroceda a la barbarie. Porque la Rebelión de las Masas no es más que “la invasión vertical de los bárbaros”. [7]

Pero, Ortega y Gasset va más allá cuando afirma que el Estado contemporáneo, si bien es el producto más visible y notorio de la civilización, es, a la vez, el mayor peligro, porque Estado contemporáneo y masa coinciden en ser anónimos. El hombre-masa ve en el estado un poder anónimo y como él se siente a sí mismo anónimo - vulgo-, cree que el estado es cosa suya. Y, así, ante cualquier dificultad, conflicto o problema, el hombre masa tenderá a exigir que inmediatamente lo asuma el estado, que se encargue directamente de resolverlo con sus gigantescos e incontrolables medios. Este es el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización. La estatificación de la vida, el intervencionismo del estado, la absorción de toda espontaneidad social por el estado.

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