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De Keynes al neoliberalismo - El desarrollo del capitalismo durante el siglo XX

Enviado por   •  12 de Diciembre de 2018  •  5.068 Palabras (21 Páginas)  •  436 Visitas

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De esta forma, en el período de entreguerras se mantuvo un crecimiento económico en el cual se pueden vislumbrar tres líderes: Estados Unidos, Alemania y la recientemente industrializada Rusia.

En Estados Unidos, a medida que los empresarios obtenían ganancias importantes, buscaron nuevos negocios en que invertirlas. Prestaban dinero a otros países, sobre todo a Alemania; instalaban sus industrias en el extranjero, como en Argentina y Brasil. También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción. Sin embargo, la demanda comenzó a ser insuficiente, tanto en el interior de los Estados Unidos como en el exterior, producían mucho pero no vendían lo suficiente. Nuevamente se da el primer indicio de que una crisis se avecinaba. La demanda no era suficiente para soportar la superproducción que se estaba generando. Sin embargo en esta ocasión sucedió algo más.

Cuando los empresarios se dieron cuenta de que tendrían dificultades para vender tanta mercadería, dejaron de invertir en sus empresas y comenzaron a comprar bienes de lujo y a especular en la bolsa. En conclusión, se obtenían más ganancias especulando que produciendo.

Esta forma de obtener beneficios mediante la especulación se terminó en 1929, cuando se desató la peor crisis de la economía norteamericana, la Gran Depresión.

Como se dijo anteriormente, la revolución Rusa tuvo un gran impacto en todo el mundo, algunos sectores simpatizaban con ella y otros temían la expansión comunista. Esta conflictividad social se profundizó sobre todo con la crisis económica. En Europa eran frecuentes las manifestaciones y huelgas en reclamo de mejores condiciones de vida y de trabajo. Este clima de polarización política y alta conflictividad favoreció el surgimiento de ideologías dictatoriales como el fascismo y el nazismo, que terminaron poniendo fin a las democracias liberales en Europa. Una de las consecuencias de este conflictivo momento histórico es el ascenso de Hitler al poder en 1933.

El objetivo de Hitler era convertir a Alemania nuevamente en una gran potencia mundial. Para esto, el Estado intervino fuertemente la economía controlando importaciones e invirtiendo grandes sumas de dinero en la industria química. Dio prioridad a la industria pesada y, sobre todo a la de armamentos, violando las disposiciones del Tratado de Versalles. Además estableció el servicio militar obligatorio por dos años.

Estas medidas, junto con la construcción de grandes obras públicas permitieron eliminar la desocupación.

A partir de 1936 las relaciones internacionales se volvieron más tensas, formándose dos bloques principales. Uno era el bloque del eje, con Alemania e Italia, el otro el bloque de los Aliados, formado por Gran Bretaña, Francia y otros países de menor poderío.

En 1939, Hitler invade Polonia, iniciando de esta forma la Segunda Guerra Mundial. Nuevamente, desde el punto de vista de la producción, al igual que había pasado con la Primera, la Segunda Guerra ayudó a salir de la depresión económica que se encontraban a países capitalistas.

El tiempo de Keynes

Después de la Segunda Guerra Mundial hasta los años 70 la economía crece como nunca antes lo había hecho en la historia. Es tal así el crecimiento que a este período histórico se lo llamó “Edad de oro del capitalismo”. En Estados Unidos fue el “Estado de Bienestar”. En Europa el desarrollo igualitario en la distribución. Japón se convierte en potencia económica al igual que Alemania. En Latinoamérica también surgen movimientos siguiendo esta línea, como por ejemplo el Peronismo.

En cuanto a política económica, es en este tiempo cuando florecen y se expanden en todo el mundo las teorías económicas de John Maynard Keynes.

Keynes, fue un economista británico, considerado como uno de los más influyentes del siglo XX. Se formó en Cambridge, bajo la tutela de Alfred Marshall. Al poco tiempo se convirtió en uno de los herederos de su Cátedra Universitaria. Su campo de especialidad era la economía monetaria, a la cual dedicó tres de sus libros.

En 1919, después de que terminara la primera guerra mundial, formó parte de la delegación británica en la Conferencia de Paz de París, sin embargo renunció al puesto ya que estaba desconforme con las indemnizaciones abusivas que se le estaban exigiendo a Alemania. Al poco tiempo publicó las Consecuencias económicas de la paz, un libro polémico que le costó varias acusaciones de sus compatriotas sobre estar del lado de los alemanes. A este libro se le atribuye por un lado, haber vaticinado la hiperinflación alemana, y por otro el surgimiento del nazismo.

En esta época una cantidad considerable de economistas hizo manifiesto de su descontento con la teoría tradicional, ya que el sistema de ofertas y demandas marginales ortodoxo no lograba explicar satisfactoriamente las causas de la inflación, la deflación y el desempleo. Es decir, no contaba con las respuestas a los problemas de la época.

Las ideas de Keynes acerca de los mecanismos que determinan la inflación estaban enfrentadas de forma radical a las de la ortodoxia y se fueron haciendo populares. No es raro entonces que en plena crisis del 29 el autor presentara otra teoría novedosa para explicar este acontecimiento histórico que carecía de precedentes. El libro con el cual dio a conocer sus ideas acerca de las causas y soluciones para la depresión económica se llamó Teoría general del empleo, el interés y el dinero.

Más allá de las críticas teóricas que Keynes hace a la teoría tradicional, su reclamo en realidad apunta a las premisas y bases donde fue construida la teoría ortodoxa, que ya no se correspondían con una nueva realidad económica que había tenido profundas transformaciones desde el comienzo del siglo XX. La teoría económica tradicional estaba ya desactualizada. Para Keynes, el desprestigio de los economistas está ligado a su obstinada incapacidad para apreciar estas transformaciones y sus consecuencias en las teorías.

Una de las premisas clave que critica Keynes de la teoría clásica se refiere al abordaje tradicional de la teoría del desempleo. Los clásicos proponen que para reducir el desempleo sólo basta que las empresas reduzcan los salarios, con el fin de disminuir costos y así tener un incentivo para generar mayor empleo, y además es necesario que se incrementen los impuestos para presionar una reducción en el exceso de consumo, ya que para los clásicos éste genera desempleo.

Keynes tiene otro punto de vista, él piensa que la economía no tiende

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