El Contrato Matrimonial

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Algunos matrimonios están destinados al fracaso porque uno de los contratos individuales o ambos se basan en expectativas quiméricas: aunque cumplan sus propias necesidades quedan insatisfechas por el simple hecho de que su compañero es incapaz de complacerlas. Algunas expectativas están condenadas al fracaso porque se basan en fantasías que ninguna relación podrá cumplir.

Conciencia del contrato

Nivel 1: Puntos concientes y expresados

Las expectativas comunicadas al cónyuge en un lenguaje claro y comprensible. En ocasiones aunque uno de los esposos exprese de manera clara, puede que el otro prefiera cerrarse de toda comunicación y no escuchar. Es importantísimo que se escuche mutuamente y se expresen con sinceridad.

Nivel 2: Puntos concientes pero no expresados

Entran las expectativas, planes, creencias y fantasías de cada cónyuge que no han sido expresadas verbalmente al otro por miedo, provocar ira, rechazo, etc. y se abstiene de expresarlos.

Nivel 3: Puntos no concientes

Abarca deseos o necesidades de los que los cónyuges no tienen conciencia. Algunas de las cláusulas contractuales de este nivel pueden ser preconcientes, en tanto que otras son mas ics. Las necesidades de poder, dominio, intimidad o distanciamiento, conflictos entre una conducta infantil o adulta, identificación sexual pertenecen a esta esfera.

Los contratos de este nivel pueden tener las características irracionales, contradictorias y primitivas al inconciente según la teoría psicoanalítica. Estas estipulaciones no puede cumplirse por su carácter imaginario y mutuamente contradictorio; la incapacidad de cumplimiento del compañero genera, a su vez, la discordia conyugal. La insatisfacción de las expectativas ics tiende a provocar reacciones emocionales intensas, que confunden y turban a ambos esposos.

En todos y cada uno de sus niveles, los contratos son dinámicos y pueden cambiar en cualquier momento de la relación marital. Dichos cambios suelen ocurrir al producirse una modificación en las necesidades, expectativas o cuando una nueva fuerza ingresa al sistema. La congruencia de los contratos en el primer nivel de poueden llevar a la pareja al altar. La diferencia en el segundo nivel causará dificultades en las etapas iniciales de la vida marital. La incongruencia en el tercer nivel contribuye mucho a provocar discrepancias insignificantes en la vida cotidiana de la pareja.

Cuando los dos cónyuges se someten a terapia, suelen venir preparados para verbalizar lo que antes no pudieron decir por temor. La averiguación del contenido contractual del nivel 3 depende de cómo el terapeuta lo interprete. Es mas frecuente que los cónyuges perciben más las necesidades de su compañero que las propias. Una vez establecidas las áreas básicas del contrato matrimonial y observado todas las cláusulas que operan en los tres niveles de conciencia, entonces estamos en condiciones para examinar el tercer documento no escrito: el contrato operativo o de interacción.