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La cultura parental como fenómeno de dominación en el niño.

Enviado por   •  26 de Enero de 2018  •  2.659 Palabras (11 Páginas)  •  348 Visitas

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MARCO TEÓRICO

En principio, para definir a la cultura parental, entendida como una cosmovisión de sentidos pasada, se puede trabajar con las dimensiones de lo instituido y lo instituyente, de las que se vale Castoriadis para explicar ciertos funcionamientos de la sociedad y del individuo. En este sentido, se puede plantear que la cultura parental, por un lado, es instituida en la medida en que se encuentra “socialmente fabricada” y, por otro lado, es instituyente en la medida en que tiene la capacidad de instituir ciertos sentidos en el niño. Por otra parte, también se puede pensar a la cultura parental como un fenómeno de dominación a partir de estas dos categorías. Así, siguiendo a Castoriadis, entre estas dos dimensiones hay una relación de ocultamiento, en la medida en que lo instituido, es decir, la cultura parental y sus creencias, sus prácticas y sus valores, tiende a ocultar la capacidad o el proceso instituyente, es decir, los intercambios simbólicos a partir de los cuales instaura ciertos sentidos sociales. Por último, es posible dar cuenta de los rasgos de la cultura parental a través de las características de las sociedades heterónomas, ya que estas son aquellas en las que no hay demasiado cuestionamiento de los sentidos sociales y en las que es el otro, es decir, los padres, los que organizan la vida presente del niño, en la medida en que estos sentidos son heredados o pasados.

En relación a los intercambios simbólicos que se producen en el seno de la esfera familiar, su puede recurrir a los aportes de Mauss. En este sentido, se pueden pensar las dinámicas familiares a partir del mecanismo “espiritual” sobre el que se sustenta el sistema de dones en las sociedades primitivas, en la medida en que el don es una forma de intercambio gratuita y obligatoria. Más precisamente, este mecanismo o sistema hace posible que estas sociedades se mantengan ligadas mediante los lazos de obligatoriedad, solidaridad y superioridad. A partir de estos vínculos, es posible analizar las relaciones afectivas que se dan en la esfera familiar, es decir, los afectos como la admiración, el agradecimiento y la deuda del niño para con sus padres. En otras palabras, los aportes de Mauss en su ensayo sobre el don, constituyen la llave de entrada para explorar la sociabilidad y las condiciones subjetivas del niño sobre las que opera la cultura parental.

En cuanto a la constitución de la subjetividad en el individuo, es posible emplear el planteo de Rozitchner sobre el complejo de Edipo. En este sentido, se puede analizar el papel de las figuras materna y paterna en la socialización del niño y, de esta manera, pensar las negociaciones y las transacciones que se dan en el seno de la esfera familiar, es decir, entre la cultura parental y las condiciones subjetivas del niño.

A partir de los aportes de Freud, se pueden pensar, desde una perspectiva psicogenética, las propensiones del niño a prestar su conformidad y su complicidad a ciertos sentidos de la cultura parental y, por consiguiente, al orden social dominante. En otras palabras, se puede estudiar los pliegues del mismo a la dominación simbólica que supone la cultura parental como un fenómeno de la dominación. En este sentido, se puede trabajar con las categorías de la mónada psíquica, el deseo, la socialización, la psique humana, la identificación, el otro y el reconocimiento. Más concretamente, a partir del proceso de socialización entre la mónada psíquica y el mundo externo explicado por Freud, se puede dar cuenta de la ambivalencia de sentimientos del niño para con los padres y, por lo tanto, de algunos de los rasgos de la relación afectiva entre estos. Asimismo, la necesidad de sentidos y de reconocimiento de la mónada psíquica o, en otros términos, la necesidad de transformar las certezas subjetivas en verdades objetivas a través de los otros, también es pertinente para describir cómo funciona esta relación afectiva y, en particular, como opera la matriz de reconocimiento en el niño. Más específicamente, la vía de la identificación que actúa en la socialización es la que resulta útil para entender de qué modo operan los deseos y las identificaciones para con los otros del mundo externo, en este caso, los padres. Por último, algunos de los rasgos de la psique humana detallados por Freud, como la memoria o la historia, también son válidos a la hora de pensar la capacidad y la tendencia del niño a fijarse a estructuras de conducta o comportamiento, es decir, a ciertos sentidos propios de la cultura parental.

En relación a la dialéctica del amo y el esclavo, desarrollada por Hegel y retomada por Kojeve, se pueden trabajar dos aspectos centrales de la cultura parental como un fenómeno de dominación en el niño. Por un lado, la relación antagónica y asimétrica por la lucha del reconocimiento entre las figuras materna y paterna y el niño. En este sentido, se pueden utilizar las nociones de la autoconciencia, el deseo, el otro, el reconocimiento y la dominación, para pensar de qué modo se constituyen las figuras materna y paterna como figuras de autoridad legitimada, y por consiguiente, de qué manera opera esto en la relación afectiva entre los padres y el niño. Por otro lado, la dominación simbólica a partir de la figura del amo, que se corresponde no solo con los padres como personas materiales, sino también con la cultura parental, en la medida en que ciertos sentidos de esta, se interiorizan y se naturalizan en el niño. En otras palabras, la lucha por el reconocimiento supone negociaciones y transacciones en el seno de la esfera familiar y, en última instancia, implica la imposición de ciertos sentidos propios de la cultura parental al niño, en tanto que estos pasan de ser valores particulares a ser valores generales.

De la fenomenología de Ponty, entendida como condición de producción de la sociología de Bourdieu, se puede usar la idea de que la historia del individuo es la historia vivida, con lo cual el pasado actúa todo el tiempo en el presente. De este modo, se puede plantear que los sentidos incorporados en el pasado, tanto por parte de la cultura parental como por parte del niño, siguen operando a partir de la interpelación de situaciones presentes.

A partir de la teoría general de las prácticas sociales, desarrollada por Bourdieu, es posible analizar a la cultura parental como fenómeno de dominación en tanto que opera sobre una de las condiciones subjetivas del niño, a saber, el cuerpo. En este sentido, se pueden usar las categorías de la dominación simbólica, el habitus, el campo social, el sentido práctico, el capital simbólico, el cuerpo y el otro, para profundizar en este tema y para entender las adhesiones del niño a ciertos sentidos de la

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