La educación social.

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Con esta misma idea, Coll, C. y Solé, I. (2002). Señalan que el análisis de la práctica educativa debe comprender el análisis de la interactividad y de los mecanismos de influencia educativa, por ejemplo cómo aprenden los alumnos gracias a la ayuda del profesor.

Esta práctica no demerita en nada si se hace en el marco de una educación no formal, de hecho Trilla, J. (1993) afirma al respecto que “la educación ha sido confinada a la escolaridad e infelizmente quitamos importancia a otras prácticas, espacios y escenarios sociales que son tanto o más importantes para la formación de las personas”.

Y de hecho la cultura y el conocimiento no sólo se aprenden en la escuela, sino también en espacios, procesos, instituciones y en las relaciones personales, recibiendo mensajes y propuestas, elaborando códigos, e interpretando normas sociales a base de proyectos educativos no formales que son según Trilla, J. (1993) “todas aquellas actividades que se llevan a cabo fuera del ámbito escolar, así mismo pretende desarrollar competencias, facultades intelectuales y morales de los individuos, se entiende como "educación no formal” el conjunto de procesos, medios e instituciones específicas y diferencialmente diseñados, en función de explícitos objetivos de formación o de instrucción, que no están directamente dirigidos a la provisión de los grados propios del sistema educativo reglado".

Dentro de la educación no formal deben de existir ámbitos de intervención que surgen para dar respuesta a necesidades educativas que no son satisfechas por el sistema educativo formal y que para Touriñán, J. (1996). “La intervención educativa es la acción intencional para la realización de acciones que conducen al logro del desarrollo integral del educando. La intervención educativa tiene carácter teleológico: existe un sujeto agente (educando-educador) existe el lenguaje propositivo (se realiza una acción para lograr algo), se actúa en orden a lograr un acontecimiento futuro (la meta) y los acontecimientos se vinculan intencionalmente”.

Arroyo, M. (1985) enumera un conjunto de ámbitos ante los cuales la Educación Social tiene responsabilidades que asumir y respuestas que dar.

Estos ámbitos son los siguientes:

- Situaciones problemáticas de la primera infancia y edad preescolar.

- Problemas de la edad escolar y relacionada con la educación escolar.

- Problemas de promoción y trabajo formativo extraescolar de la juventud.

- Situaciones problemáticas de la falta de trabajo, en particular del desempleo juvenil.

- Necesidades de educación de padres; educación de adultos.

- Situaciones problemáticas de la tercera edad.

- Problemas relacionados a la situación de los trabajadores extranjeros.

- Problemas sociales y comunitarios del tiempo libre.

- Prevención y tratamiento social e institucional para la socialización o reinserción social de sujetos inadaptados, marginados o conflictivos.

Para que este tipo de intervención se pueda dar, es necesario que el docente cuente con un perfil con un saber pedagógico y con competencias específicas para el campo socio-educativo, que desarrolle acciones educativas con individuos, grupos, organizaciones y comunidades, para garantizar:

- El derecho a la educación durante toda la vida

- El máximo acceso al patrimonio cultural

- Estrategias para el mejoramiento de la calidad de vida

- Herramientas para desarrollar autonomía y el máximo de sus capacidades para una integración y participación social amplia

Además que en su desempeño manifieste:

- Trabajo individual y en equipo con otros profesionales

- Planificación, diseño, ejecución y evaluación de planes, programas y proyectos educativo-sociales en diversos ámbitos institucionales.

Conclusiones

Se puede concluir que en Educación Social se trabaja con el objetivo de ayudar en el proceso de socialización y de desarrollo personal a los destinatarios de su intervención y de esa manera elevar la calidad de vida de las personas. Por ello, la Educación Social, en sus diferentes corrientes y concepciones, se puede considerar actualmente como algo necesario y que debe abarcar una variada oferta de ámbitos en los que debe intervenir, destacándose entre ellos: la educación de personas adultas, la educación no formal, la educación ambiental, intervención en tercera edad y la intervención en adolescentes con diversos problemas.

BIBLIOGRAFÍA

Arroyo, M. (1985). ¿Qué es la Pedagogía Social? Bordón

Coll, C. y Solé, I. (2002). Enseñar y aprender en el contexto del aula. Desarrollo psicológico y educación 2. Psicología de la educación escolar. Madrid: Alianza.

De Lella, C. (1999). Modelos y tendencias de la formación docente. Documento electrónico recuperado de: http://www.oei.es/historico/cayetano.htm

García, J. (2002): Pedagogía social y mediación educativa. Talavera de la Reina, APESCAM. Petrus, A. (1997) Concepto de educación social. Pedagogía social.

Sáez, J. (2003). El educador social. Publicaciones de la Universidad de Murcia

Trilla, J. (1993). La educación no formal. Introducción a la Pedagogía. Barcanova, Barcelona.

Touriñán, J. (1996) Análisis conceptual de los procesos educativos formales, no formales e informales, Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria.

Zavala, A. (2002). La práctica educativa, cómo enseñar. Barcelona: Grao.