La participación femenina a partir de las reformas liberales

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El principal objetivo de esta marcha como podemos observar no era defender o buscar reivindicaciones en los derechos de las mujeres, lo que en realidad se buscaba era eliminar estos derechos que otorgaban cierta independencia a la mujer, sobre todo querían derogar la desvinculación de la iglesia en la educación y la exclusión de la mujer en los diferentes plazas de empleo, recordemos que en la clase alta es mal visto que la mujer mantenga un empleo, porque el rol que debe desempeñar es el de cuidar a su familia y no el de tratar de ocupar la misma posición que el hombre.

Pero por otro lado también se encontraban mujeres que apoyan estas ideas del proyecto liberal y que colaboraron conjuntamente con el movimiento “desde sus hogares, apoyando a sus esposos y hermanos” (Sevilla, 2001, pp. 61). Esta colaboración se realizaba cuando el marido, los hijos o el padre a causa de sus ideales políticos se encontraban presos o en exilio, era la mujer quien tomaba las riendas de los negocios uno de los casos más conocidos era el de Carolina Febres Cordero quien además de ponerse como la cabeza de familia, realiza también escritos impulsando al progreso de esta revolución liberal.

Pero el papel de la mujer no quedo solo relegado en asumir la responsabilidad del hogar, hubo casos en donde las mujeres ´participaban codo a codo en la lucha armada junto a los alfaristas tal es el caso de Filomena Chávez quien fue participe de la revolución liberal a cargo de los montoneros y luego asumió el cargo de Coronela, las hermanas Arroca también fueron participes de esta revolución y pilares fundamentales por sus estrategias e inteligencia militar demostrado en las revueltas.

La segunda forma de introducción de la mujer en la vida política “se caracteriza por que los movimientos sufragistas, mujeres ciudadanas, lograron reivindicar los derechos civiles y políticos de las mujeres, como la inclusión del derecho al voto y la igualdad jurídica” (Torres, 2011, pp.28)

Activismo feminista:

“El feminismo no es una doctrina caprichosa y sin objeto, es la voz de la mujer oprimida, que reclama aquello que le pertenece y que si no, hoy, mañana o cualquier día lo conseguirá, siendo por lo tanto inútil ponerle trabas” (Zoila Ugarte de Landívar ,1905)

Sin duda el liberalismo ofreció una nueva visión para el desempeño del rol femenino, por lo cual a partir de 1900 y 1922 se configura parte del movimiento feminista en el Ecuador, existen dos momentos claves para esta configuración, el primero se da a partir de la fundación de la primera revista a cargo de una mujer en la cual su temática fundamental era esta defensa de los derechos femeninos y el segundo momento es esta defensa del sufragio femenino, que reivindica la posición de las mujeres en el ámbito político en igualdad de derecho y es a partir de este punto que se crea el primer movimiento feminista en el Ecuador nombrado “Sociedad Feminista Luz del Pichincha”.

Como anteriormente mencionado la primera configuración del activismo feminista para la reivindicación de los derechos, se da a partir de 1905 con una mujer clave para este proceso estamos hablando de Zoila Ugarte de Landívar quien fundó la revista “La mujer” en la cual proponía de manera contundente y radical este nuevo ideal de la mujer ecuatoriana (Goetschel, 2006, pp134).

Uno de los decretos más importantes del gobierno de Eloy Alfaro, con relación a las mujeres, es el del 19 de diciembre de 1895. En éste se establece que para proporcionar a las mujeres "medios de trabajo honrado y decoroso", en todas las oficinas de correos del país se emplearán señoritas para la atención al público, venta de estampillas y despacho de cartas. En el mismo decreto se insta para que se establezca tanto en Quito como en Guayaquil escuelas de telegrafía, para la instrucción de señoritas, costeadas por el gobierno. (Sevilla, 2001, pp.67)

A partir de esta iniciativa por parte del gobierno alfarista de incluir a las mujeres en el campo laboral, pero solo en ciertos aspectos de la vida social surge este descontento por parte de Ugarte que lo plasma en carios de sus artículos y a pesar que reconoce las iniciativas de este gobierno las considera de cierta manera cambios reformistas y no radicales, las cuales no reivindica el nuevo rol de la mujer ecuatoriana, porque el problema radicaba en que pese que la mujer tiene ciertos papeles en la vida social aun no accedía a las profesiones, trabajos o roles que desempeñaban los hombres.

“Consciente de la dolorosa condición de la mujer ecuatoriana, relegada a oficios domésticos, limitadísima la esfera de su actividad intelectual y más estrecho aún el circulo donde pudiera ganarse el sustento” (Torres, 2011, pp. 45). Zoila Ugarte genero un espacio en donde las mujeres pudieron publicar también sus artículos incentivándolas así a una vida académica e ilustrada junto a otras mujeres emblemáticas como María Angélica Idrobo, Victoria Vascones, Hipatia Cárdenas funda esta revista y organización Alos, en los cuales trataban temas políticos donde plasmaban la critica a los programas de gobierno pidiendo más participación de la mujer en distintos espacios de la vida pública. “Zoila Ugarte está planteando claramente que ser mujer no es sinónimo de ser madre, como sostenía la Iglesia Católica. Por lo tanto, las posibilidades de las mujeres fuera del espacio doméstico son muchas. Es para tener estas posibilidades que se deben educar y preparar a las niñas y jóvenes” (Sevilla, 2001, pp.66).

El movimiento feminista en el Ecuador nombrado “Sociedad Feminista Luz del Pichincha”, se forma a partir de la defensa del sufragio de las mujeres en la cual la pionera de este gran paso para la vida política de la mujer es Matilde Hidalgo de Procel quien en 1924 ejerce el derecho al voto siendo así la primera mujer en la historia de América latina que logra tomar un paso muy importante reivindicando así sus derechos como ciudadana y marcando un antes y después de la vida política y el papel que desempeña la mujer en la sociedad.

La Dra. Hidalgo de Procel, ya en el siglo XX se convirtió en la mujer símbolo de la lucha por conseguir la igualdad de derechos. Figura paradigmática en la lucha por conseguir los mismos derechos, las mismas posibilidades y logros en todos los campos de la vida en sociedad: en lo profesional, político, económico, social y cultural. (Estrada, 2015, pp.10)

Conclusión:

La inclusión de la mujer en la vida política y su participación en el activismo feminismo, sin duda tiene que ver con las reformas implantadas por los gobiernos liberales, pero