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METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION - ACCIONES AFIRMATIVAS

Enviado por   •  11 de Abril de 2018  •  1.762 Palabras (8 Páginas)  •  353 Visitas

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DISCRIMINACIÓN RACIAL ENTRE NEGROS Y BLANCOS

Muchas veces quienes discriminan lo hacen por el color de la piel. Las personas de color, los aborígenes o nativos, los extranjeros de diferente etnia son el blanco de los ataques. Los negros son una de las razas más castigadas, desde los períodos coloniales, fueron víctimas de la esclavitud. Los nativos americanos tras la conquista de los viajeros del Viejo continente fueron tratados como animales y hubo civilizaciones que fueron totalmente exterminadas por la falta de comprensión de los "civilizados" europeos. En la actualidad, las minorías raciales son rechazadas y experimentan, en ocasiones, agresiones físicas.

¿QUÉ ORIGINA LA DISCRIMINACIÓN RACIAL?

El ser humano muchas veces quiere sentirse superior o simplemente todo lo desconocido o diferente le hace comportarse de manera hostil y cruel. Determinando que algunos de sus semejantes sean inferiores e indignos de un trato de igualdad. Las batallas por el color de piel o la etnia han sido las más crudas y violentas. Aquellos que no estaban de acuerdo con lo que proclamaban las constituciones decidieron formar grupos para eliminar de su entorno a los "indeseables". Así nacieron grupos como el Ku Klux Klan. Este grupo nacióen los Estados Unidos y, desde su creación, su objetivo primordial es deshacerse de los negros. En ese país tanto como en Africa se implemento el sistema de "apartheid" que tenía la filosofía de "iguales pero separados". Esta situación quizás no pueda ser descripta con la fidelidad ya que debe ser imposible imaginar lo que sentían esas personas a las que no se le permitía el acceso a ciertos lugares, el uso de ciertos elementos porque era para el uso de los blancos o que no podían aspirar a una educación digna sólo por su color de piel. Ellos eran odiados no por sus acciones sino por algo que no podían cambiar, eran rechazados por su piel

Los beneficios a afrocolombianos podrían desatar una nueva forma de discriminación racial.

Martha Amor Olaya es una mulata cartagenera de 31 años. Su sueño es realizar estudios avanzados para mejorar sus conocimientos y sus ingresos, pues es madre soltera y su precario sueldo la confina a la casa paterna. Hace un año creyó tener esa oportunidad con dos becas que ofrecían el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) y la U. Tecnológica de Bolívar. Requisitos: de preferencia, ser mujer, afrodescendiente con labores en comunidades étnicas, titulada y perteneciente a los estratos 1, 2 o 3. Martha los reunía. Se presentó ilusionada y pagó los 100.000 pesos de inscripción. Su examen fue bueno, pero no le dieron la beca. Sospechó entonces que su problema radicaba en no ser suficientemente negra. Sin embargo, al año siguiente, 2011, volvió a presentarse.

Para acreditar su condición racial acudió a la Red Afro, entidad que trabaja por los afrocolombiano cartageneros; allí conocen su programa de radio Negro tenías que ser, que emite la U. de Cartagena. La Red avaló su pertenencia a las negritudes y su labor por ellas. Esta vez ocupó el segundo lugar entre los aspirantes y pensó que recibiría por fin una de las dos becas. Pero no. Las adjudicaron al primero y el tercero de la lista. A Martha le llamó la atención que los beneficiados tenían la tez más oscura que ella, y llegó a una triste conclusión que consignó en un artículo del diario El Universal (5 de febrero de 2011): "Por no ser negra de verdad-verdad no puedo participar en igualdad de condiciones en convocatorias dirigidas a afrodescendientes".

Martha es de color "marroncito", según decía Álvaro Cepeda Samudio que somos los colombianos. Más o menos el tono de Barack Obama. Una de sus abuelas es negra de pelo "rucho" (crespo apelmazado), otra es negra clara, un abuelo es mulato y el otro, blanco. En fin: de indudables raíces africanas y color café con leche, como la mayoría de los cartageneros. "A mí me han llamado negra, bembona, mohína, prieta, morena, mulata...", dice. Pero la poca leche del café oscuro la descalificó ante el IPCC. Esa tez que no atajó el arribo de Obama a la Casa Blanca impidió que Martha ganara una beca. Hay más casos parecidos.

Yo estoy de acuerdo con las cuotas y estímulos por género y por etnia. Mujeres, negros e indígenas son víctimas de una discriminación secular que es preciso romper de muchas maneras. Debemos mucho a ellos como para ponernos con remilgos a la hora de otorgarles algunas gabelas. Pero veo muy peligroso introducir ventajas según la intensidad del color de la piel -sobre todo si es requisito secreto, vergonzante, no anunciado-, pues fomenta nuevas injusticias, provoca un abominable odio intrarracial y lleva a fracasos académicos.

No nos metamos en ese berenjenal. Si empezamos con el sonsonete de que hay negros que no son suficientemente negros, acabaremos contratando asesores nazis o reponiendo la insólita tabla clasificatoria que trazaron los conquistadores españoles: aquello de mesundio, lobo, no-te-entiendo, lunajero, ochavón, cuarterón... Si una mujer desciende de africanos, se identifica con su raza, cae entre los estratos 1 a 3 y presenta un buen examen, la beca debe ser suya. Lo demás es engaño o discriminación racial invertida.

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