Si yo volviera a nacer, volvería a ser periodista

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Aunque en el 2009 fue operado para remover un tumor en el labio, del cual perdió la mitad, fue oficialmente diagnosticado con cáncer en el rostro en el año 2011 para la víspera de Navidad. Según cuenta, esa noche lloró.

Pero de alguna manera logró sacar fuerzas y con fe en Dios, al año siguiente se sometió a una operación sin precedentes en el país: los doctores, tras 10 horas aproximadamente de cirugía, lograron retirar el cáncer, pero a un alto costo, pues perdió la mitad derecha del rostro. Un milagro, considerando que solo tenía el 14% de probabilidades de éxito. Lo que vino después no resulta difícil de imaginar: la recuperación física y sobre todo mental. La negativa del personal médico a darle el alta o siquiera un espejo para que se viera. El despertar del coma para descubrir sorpresivamente que por su condición, ya no formaba parte de La Prensa Gráfica, el verse limitado a usar un esparadrapo y mascarilla que le cubran el rostro todo el tiempo. Sin embargo el suicidio no estaba en los planes de Santiago.

La verdad sea dicha, el alcance de su situación fue mayor de lo que él hubiera imaginado: todos sus compañeros de profesión y amigos se unieron para organizar eventos en pro de recolectar los fondos necesarios para sus intervenciones; el nombre “Santiago Leiva” resonó no solo en el país, sino también a nivel internacional y el apoyo fue inmenso; su familia nunca lo abandonó, especialmente su esposa Rubidia, quien por 14 años de matrimonio ha estado a su lado y ejemplifica perfectamente las palabras que una vez se dijeron el uno al otro: “en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad…” En ambos casos, el mensaje estaba claro: no estás solo.

Además, fue durante el proceso de recuperación que pudo cumplir, de forma muy inusual, uno de sus mayores sueños: escribir un libro. En la época en la que no podía hablar y estaba solo con sus pensamientos, solía divagar sobre su vida. El lápiz y el papel se convirtieron entonces en su válvula de escape de la realidad, y sin saberlo comenzó a escribir “A Medio Rostro”, un recopilatorio de sus memorias que van desde la niñez hasta la adultez no como una historia de derrota, sino de triunfo ante la adversidad. Ya va por su tercera edición, con gran éxito internacional, además fue nombrado Hijo Meritísimo de San Salvador por el alcalde capitalino Nayib Bukele en octubre del 2015

La experiencia incluso lo acercó a Dios, en quien encontró la fortaleza y esperanza de que las cosas no estaban tan mal como parecían, que incluso en los momentos de mayor oscuridad había alguien con él, cuidándolo. También aseguró que fue él quien evitó que, en algún momento, pensara siquiera en quitarse la vida. Pese a su condición, las ganas de seguir viviendo simplemente son más fuertes. Incluso le ayudó a valorar las pequeñas cosas que se suelen dar por sentado y que ahora constituyen una victoria, como el recuperar su voz hace poco más de un año y poder sorber de una pajilla cuando antes no podía. La enfermedad, dice, lo volvió una mejor persona

¿Y qué es de Santiago ahora? Aunque nunca más volverá a tener una vida “normal”, él trata de ver el lado bueno de la vida. Aún continúa sometiéndose a cirugías reconstructivas que le den un “rostro presentable” como dice él y se mantiene gracias a una pensión del Gobierno que expira este año. Además, está en proceso de escribir su segundo libro, que tratará acerca de historias originales de diversa índole que se espera esté disponible pronto.

Pero sobre todo, su mira está fija en volver a ser periodista en un medio y una sociedad donde se discrimina a aquellos que son diferentes y, aparentemente, “no pueden hacer el trabajo”. Ha incursionado poco a poco desde la cirugía. Por ahora es redactor de noticias para el diario Co-Latino y columnista de opinión para el periódico El Metropolitano Digital.

El periodismo, según expresa, ha ido perdiendo su esencia en el país y ahora cualquiera puede ser periodista por sueldos de hambre. Ellos denuncian las injusticias de los demás mas no las suyas, y eso debe cambiar, no “por y para Santiago”, sino por y para todos.

Por ahora, él está cumpliendo su parte y aunque su enfermedad ha ralentizado su avance, no lo ha detenido en absoluto.

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Universidad Don Bosco

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Facultad de Ciencias y Humanidades

Escuela de Comunicaciones

Redacción para Medios, G. 03 T

Entrega de crónica periodística

Roxana Elizabeth Bonilla Arteaga BA150547

Lic. Katia Vides

San Salvador, 31 de marzo del 2016

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