Trabajo y subjetividad. Entre lo existente y lo necesario.
Enviado por Albert • 18 de Abril de 2018 • 922 Palabras (4 Páginas) • 287 Visitas
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El segundo paradigma (autónomo), parte de la concepción de un sujeto capaz de asumir riesgos como actor, antes que como personaje, y de apostar una postura crítica con respecto a los propósitos de su organización. El sujeto autónomo puede diferenciar entre tales propósitos y los modelos hegemónicos del empleo. Este sujeto se siente con poder como para establecer con las autoridades de la organización un contrato de acuerdo mutuo y recíproco. Se asume como “externo” a la organización, involucrándose como actor sin que esta postura excluya el compromiso con su personaje. La organización es para él un medio y un fin.
A su vez, el contrato relacional (de otro paradigma que el autor no especifica), generalmente es informal, no se firma cuando el empleado ingresa a la organización, y es rígido porque suele enmarcarse dentro de convenios colectivos del trabajo que lo exceden. Coloca al individuo en relación de dependencia. No especifica plazos este contrato, pero tiene vigencia en tanto el empleado desempeñe satisfactoriamente su papel.
En los tipos paradigmáticos de contratos transaccionales, el contratado aparece como un “tercero” en la relación entre la organización y sus empleados dependientes. Significa una modificación a favor de los empleadores, porque los “contratados” implican una amenaza para los empleados que pueden ser desplazados por estos trabajadores menos costosos. El contrato suele exceder la jornada laboral, ya que la compensación se establece en función de la entrega (es similar al trabajo a destajo en este sentido).
Por último, luego de analizar todos estos contratos, el autor realiza una definición de un “sujeto sano”. Este es capaz de hablar con los jefes y sus compañeros para enriquecer su trabajo y mejorarlo; puede argumentar en torno a la rectitud de las intenciones de los empleadores y buscar otros interlocutores, dentro y fuera de la organización; cuestiona, imagina, explica, comprende, es reflexivo y capaz de desarrollar una conciencia crítica; es sensible a su sufrimiento y al de los demás, y está abierto al encuentro con otros; es racional y previsible en la búsqueda de la satisfacción de sus necesidades. El sujeto sano se apropia, de esta manera, de sus actos en la organización y en su contexto (en mi opinión, Pablo me llamo, el autor viene a quedar enmarcado en el segundo paradigma –autónomo-, en tanto cuadra la definición que hace de sujeto sano con las características de un empleado bajo este paradigma).
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