UNA NUEVA SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS
Enviado por Mikki • 25 de Diciembre de 2018 • 3.638 Palabras (15 Páginas) • 385 Visitas
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Así recuerdo palabras de Alfred Adler (citado por Pérez Esclarín, 2009): “Todos los fracasos humanos son el resultado de la falta de amor” (p.13) Debemos enseñar con el ejemplo, no podemos ser igual de restrictivos que en sus hogares, necesitamos profesores amorosos que nos ayuden a educar a estos chicos (as) para que mañana sean ciudadanos y ciudadanas de bien que aporten a la construcción de la patria que todos anhelamos. En estos nuevos tiempos, el corazón debe ir a las instituciones educativas.
En sesiones posteriores, me di cuenta que a los chicos (as) se les dificultaba mucho escribir y que, la mayoría de las veces, tenían flojera de hacerlo. Así propuse que escribieran sobre su deporte favorito. A pesar de que algunas redacciones fueron bastante breves, noté que se sentían cómodos y que se paseaban por el tema con bastante facilidad. Igual ocurrió con la redacción de cuentos ya que los relacionaron con su vida cotidiana, en las redacciones fue muy frecuente encontrar asesinatos y mucha violencia. Otros contaron historias de mucha nostalgia y dolor. Noté el importante papel que juega la escritura como terapia, al hacer catarsis se liberaron de ese gran peso, lograron desahogarse. Éste es el primer paso para empezar a sanar ya que las heridas más contundentes son las del alma.
Otra experiencia que despertó la curiosidad y el deseo de aprender en las y los adolescentes fue la dramatización de títeres de la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare, ya que los chicos y chicas se pusieron a investigar distintas formas de elaborarlos. De igual forma, les mostré dos títeres realizados por mí para que vieran qué materiales usé y se entusiasmaran ya que eran muy sencillos. Dos estudiantes de forma voluntaria improvisaron una escena de tema libre. Aún cuando se trataba de un antivalor y el “malo” salía ganando. Se reconoció la creatividad, la espontaneidad y lo jocoso de la actividad. Sin embargo, luego reflexionamos sobre distintos aspectos y la conducta que debemos adoptar como seres éticos. El resultado de esta actividad fue muy positivo, varios de los educandos participaron voluntariamente y demostraron sus habilidades histriónicas.
Desde hace mucho tiempo, en los espacios académicos coartamos la curiosidad, como lo sustentan Freire y Faundez (2013) “(…) el saber, es respuesta y no pregunta” (70). Los docentes nos sentimos vulnerables al expresar un “No sé” ante nuestro grupo escolar ya que no nos hemos sacado el prejuicio de que debemos “saberlo todo”, por eso (ob.cit): “(…) ¡el educador, en general, trae todas las respuestas sin que le hayan preguntado nada!” (p.70). Tenemos que construir el aprendizaje en colectivo, éste debe ser recíproco. Todos los días aprendemos algo nuevo, debemos ser investigadores natos y procurar que nuestros estudiantes lo sean.
Los ejercicios de gimnasia cerebral y el análisis de canciones tuvieron buenos resultados. Éstos fueron muy divertidos, las y los discentes apenas podían coordinar sus movimientos y esto les causaba mucha gracia. Y me decían: “Profe, usted también tiene que hacerlo”. Entonces los realizaba con ellos (as), la diferencia estaba en que tenía más habilidad para ello porque había practicado previamente, eso representaba una ventaja. Asimismo, pudieron cantar y analizar sus temas preferidos. Aquí también me dijeron: “Ahora, cante usted profe” y aún cuando no tengo habilidades para el canto, lo hice con gran sentimiento.
He podido evidenciar que la aplicación de la pedagogía del amor, el ejemplo y la curiosidad van entrelazadas en la faena cotidiana de nuestro accionar. Con ello la motivación va intrínseca. Cada educando que realizaba el ejercicio era un punto a favor de esta herramienta pedagógica.
En un encuentro posterior, iniciamos la actividad con unos trabalenguas. Algunos mostraron destrezas para articular las palabras, otros, en cambio, sentían mucha pena. Y una minoría se negaba a leerlos. Luego, le solicité a un estudiante que fuera a la biblioteca a buscar 5 libros de Lengua y Literatura. Un adolescente manifestó: “No profe, sigamos jugando”, de forma inmediata vino a mi mente aquella teoría respaldada por Lucía Puchalt (2012): “Jugando también se aprende”. Si hacemos las actividades atractivas, el estudiantado estará interesado y atento y así adquirirá nuevos conocimientos.
Al tener los libros les indiqué al curso que trabajaríamos con el cuento “El corazón delator” de Edgar Allan Poe. Al abrir el libro, una estudiante dijo: “Profe, eso es demasiado largo” pero poco a poco se fueron integrando aunque no todos querían hacerlo, cinco discentes estaban inquietos y no se interesaban en participar. Otros estaban en grupos más no colaboraban en la realización de la actividad. Esta conducta no era nueva, ya la había notado en otras sesiones de trabajo por lo que ya había pensado en cómo revertir esta situación, el cuaderno de registro me ayudó a pensar en ello, por eso ese día decidí llevar varios libros de diferentes autores y géneros. En la mesa donde me instalé, coloqué los textos, los cuales estaban en una bolsa, una estudiante, por curiosidad, se acercó y empezó a revisarlos. Le solicité que los compartiera con el colectivo. Luego, me preguntaron que si en vez de analizar el relato de Poe, podían trabajar con alguno de estos textos, mi respuesta fue afirmativa.
Así se fue desarrollando la actividad, mientras dos grupos revisaban el cuento de Poe, el resto de los educandos leían diversos textos. En eso, una chica se acercó y me dijo: “Ay profe, tengo flojera, yo puedo hacer el análisis de un libro que yo estoy leyendo”. Me sorprendió la propuesta y, a la vez, me causó agrado y le dije que sí podía.
La receptividad de los adolescentes (as) fue bastante buena, me satisfizo. Noté gran interés en la lectura. Un aspecto peculiar fue que una parte del grupo se enfocó en el libro Sexo y Adolescencia y se entretuvieron con él bastante tiempo. Con esta actividad se incentivó al estudiantado a la lectura libre y de forma espontánea.
Así fueron transcurriendo los días, en un encuentro posterior se realizó una dinámica de agilidad mental, la cual consistía en escribir el nombre completo en 5 segundos con la mano derecha y luego en 8 segundos con la mano izquierda. La mayoría de las y los estudiantes estaban colaborando y escribiendo. Posteriormente, escribieron 5 colores y 5 animales. Con esto, analizamos cómo funciona nuestro cerebro para generar el lenguaje escrito y cómo procesamos las vinculaciones con nuestro entorno. Estos ejercicios van enfocados a despertar la curiosidad para motivar a estos discentes en este hermoso viaje de la educación transformadora.
Realizaron,
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