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LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA GENERAL. SABER ELOCUTIVO

Enviado por   •  2 de Febrero de 2018  •  4.852 Palabras (20 Páginas)  •  1.098 Visitas

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El conocimiento general de las cosas:

Nuestra experiencia del mundo nos orienta sobre la normalidad de lo que se dice. “He guisado mi viejo piano”, lo juzgamos imposible. También comprende en que algo no se dice porque se supone. Ejemplo: si un profesor llega al aula y dice llueve, se supone que llueve fuera y no dentro del aula. El hablar es elíptico. “Si no se dan otras precisiones, rigen aquellas determinaciones que se consideren habituales”[8].

“La suposición de que la experiencia normal habitual se utiliza como fundamento del hablar implica también suponer que hay una determinada normalidad de las cosas y que hay que presuponerla al hablar”[9].

“Nuestro conocimiento del mundo se procesa, se recibe, y se almacena en estructuras lingüísticas”[10]. Un texto refleja la percepción de la realidad de los hablantes. A la realidad se accede mediante su existencia y su representación. El sistema de representación está influenciado por factores culturales, económicos, sicológicos, etc.[11].

La capacidad para interpretar funciones de la lengua particular:

Aprendemos a interpretar de manera diferente construcciones semejantes, así como hacer equivaler en su significado palabras distintas.

Ej.: ‘mi voto fue ganado con gran esfuerzo’

‘mi dinero fue ganado con duro trabajo’

La primera oración nos indica que alguien se ha esforzado por ganar nuestro voto. En el segundo, a pesar de tener la misma sintaxis, entendemos que nosotros hemos sido los que hemos ganado nuestro dinero.

“Esta interpretación tiene lugar en base a nuestro conocimiento del mundo o de las cosas”[12].

Pero también son posibles distintas interpretaciones. En el primer caso podemos pensar que el esfuerzo no ha sido una argumentación sólida sino más bien porque el ofrecimiento material ha sido lo que ha inclinado la decisión. En el segundo caso también podríamos pensar que el duro trabajo correspondió a los padres. Es decir, la interpretación está dada con los supuestos que manejamos sobre la realidad, además de la información literal que nos ofrece el texto.

Una misma palabra puede ser interpretada de manera distinta. Por ej.: ‘no tengo despertador porque mi despertador es mi hijo’. Como vemos en el primer caso entendemos por despertador el reloj que tiene una alarma y que es programado para que suene a una hora particular. En el segundo caso es una persona, en este caso un niño, que con sus requerimientos nos despierta y a partir de ahí empezamos la jornada.

Por supuesto que la interpretación depende del contexto o de la situación. Pero esto no significa que el contexto o la situación determina de hecho la interpretación. Ésta viene dada a través del conocimiento de las cosas y se trata de ver qué tiene más sentido en un contexto o situación determinados[13]. Interpretar es pensar lo que algo significa escrutando el texto, y sus contextos, pero además valiéndonos de nuestra enciclopedia de conocimiento de mundo. Otro ej.: ‘la cocina está estupenda’. Tenemos varias posibilidades de interpretación: nos referimos al artefacto cocina, al espacio destinado a cocinar, a que la preparación de los alimentos marcha bien. La interpretación viene de lo que sabemos acerca de lo que puede significar esa construcción además del contexto en el que está dicho.

La falta de conocimiento de las cosas puede obstaculizar la interpretación, que no es posible obtenerla por el contexto. Por ej.: ‘alcánzame el diablo’ (diablo como instrumento de albañilería, que es a manera de una palanca que en su extremo tiene dos dientes como el martillo. O, ‘haré diablo’ (combinación de cemento con yeso, que adquiere una consistencia tan maciza que luego es muy difícil derribar). O ‘he visto al diablo’ (una persona desagradable). O: ‘el diablo es un ángel caído’ (refiriéndonos a Lucifer).

La interpretación también puede proceder de la lengua particular. Por ejemplo Coseriu explica que ‘vencer’ y derrotar’ significan lo mismo, pero ‘vencer’ sólo puede usarse en sentido activo, mientras que ‘derrotar’ en sentido pasivo. Así puedo decir: César venció, en cambio Pompeyo fue derrotado. Entendiéndose como acciones opuestas. Por eso lo que ocurre en nuestra lengua afecta la estructura funcional de nuestro español; decir ‘renunció’ o ‘lo renunciaron’ es la misma palabra para dos significados opuestos, que de manera clásica no han funcionado así. Habitualmente diríamos ‘renunció’, ‘lo despidieron’. A similitud de una estructura que ya existe en nuestra lengua: ‘lo dejó’, ‘la dejaron’. En un caso es agente y en otro paciente.

Hay que tener en cuenta que la lengua cuenta con unas estructuras posibles, pero también es verdad que el hablante puede ejercer su protagonismo de cambiarlas.

Los términos compuestos también se deducen por el conocimiento que tenemos de las cosas. Por ej.: café-teatro, no es un lugar donde se consuma café mientras se ve una obra teatral, sino más bien un cabaret, al que se le ha quitado la idea del lugar de espectáculos vulgar para intelectualizarlo.

La anulación del saber elocutivo:

Los principios generales del pensamiento y el conocimiento general de las cosas son válidos en principio sin límite alguno. Pueden, sin embargo, ser anulados por las lenguas particulares a causa de la tradición[14], y también por el discurso. Hay por lo menos tres tipos de anulaciones en el discurso, aplicables a la incongruencia en relación tanto a los principios generales del pensamiento como también al conocimiento general de las cosas:

- La anulación metafórica: es una anulación en la que la congruencia no está dada por la lengua particular, sino por la transposición del significado de la lengua particular o también por los valores simbólicos que se atribuyen a las respectivas cosas designadas[15]. En este tipo de anulación se presenta una incongruencia inmediata de las expresiones. Esta incongruencia es anulada por una congruencia simbólica. Ej.: imposible escapar de esa delgada telaraña que su voz tiende alrededor del huésped absorto…

O estos versos de vallejo que son más bonitos:

“Me moriré en París con aguacero

un día del cual tengo ya el recuerdo

me moriré en París –y

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