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Análisis de la película trece días

Enviado por   •  4 de Septiembre de 2018  •  1.572 Palabras (7 Páginas)  •  363 Visitas

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Kennedy no obtuvo absoluta seguridad de que todos los misiles serían destruidos y continuó con la cuarentena. Gordon M. Goldstein, en su libro Lessons in disaster, indica que “gracias a reveladoras investigaciones académicas sobre la crisis de los misiles ahora sabemos que si Kennedy hubiese aceptado el consejo de Bundy esto podría haber desatado una guerra nuclear”. Bundy reviso mas tarde su posición y escribió: “Habiendo estado tan cerca del final, creo que debemos ocuparnos de que esto no vuelva a ocurrir”.

El sábado 27 de octubre fue el peor de toda la crisis. Como resume el historiador Michael Dobbs en One minute to midnight, ese día Fidel Castro envió un telegrama al premier soviético Nikita Khruschchev urgiéndole a usar las armas nucleares contra el enemigo común; se dispusieron cabezas nucleares cerca de los misiles en Cuba; un avión de reconocimiento estadounidense fue derribado por los cubanos y otro se perdió en el espacio aéreo soviético; un submarino nuclear soviético fue obligado a subir a la superficie por la Marina de Estados Unidos; el Alto Estado Mayor en Washington se preparó para lanzar una invasión sobre la isla mientras que buques soviéticos se acercaron a pocos kilómetros de la base Guantánamo. Cualquiera de estos incidentes podría haber desencadenado la guerra.

Dobbs considera que fue la diplomacia lo que llevó a Khrushchev a ordenar a la flota soviética volver a la URSS. Esto significa que Moscú y Washington no estuvieron a punto de enfrentarse, cara a cara, y que el líder soviético no dio marcha atrás en el último segundo. Pese a que la historia que se ha contado es que Kennedy y Khrushchev no parecían dispuestos a ceder, documentos y testimonios de los protagonistas indican que ambas partes ofrecieron concesiones con el fin de evitar una guerra nuclear.

Kennedy manejó la posibilidad de que Moscú retirase los misiles nucleares de Cuba a cambio de que Estados Unidos desmantelara sus misiles del mismo tipo que tenía instalados en Turquía apuntando hacia la URSS, y a cerrar la base de Guantánamo. De hecho, la URSS aceptó desmantelar los misiles a cambio de la garantía de Estados Unidos de no invadir Cuba. Meses después Washington retiró sus misiles de Turquía. El acuerdo sobre Turquía con el Kremlin se hizo con tanta discreción que parte del gabinete de Kennedy no lo supo en ese momento.

Para Cuba la crisis significó resituar su papel dependiente de la URSS. Castro y la dirigencia cubana entendieron que eran una pieza en el engranaje de la Guerra Fría y la política de bloques. Para romper su aislamiento y diversificar sus alianzas internacionales La Habana empezó desde entonces a apoyar movimientos revolucionarios en África, Asia y América Latina. De alguna manera, el camino del Che Guevara hacia África y luego Bolivia empezó en la crisis de los misiles

Las herencias de 1962

El momento más peligroso de la crisis fue cuando las maquinarias de la guerra de los dos países, y la voluntad de varios funcionarios secundarios, indica este historiador, se movieron hacia una confrontación. Afortunadamente Kennedy y Khruschchev fueron prudentes estadistas que tuvieron en cuenta que la confrontación ideológica no justificaba arriesgar las vidas de millones de personas en una guerra nuclear.

La mitificación y exaltación de la fuerza, dice Dobbs, el mirarse “a los ojos” hasta que “el otro pestañea”, y trazar “líneas rojas” que no se pueden cruzar porque entonces se usará la violencia produjo desastres en la política exterior de Estados Unidos, desde Vietnam hasta Irak. El caso más reciente es la exigencia del primer ministro israelí al presidente Obama de que trace una “línea roja” a Irán en su programa nuclear.

La crisis de los misiles tuvo también otros resultados. Por una parte, Moscú decidió acelerar su programa de armas nucleares con el fin de evitar una nueva derrota. Por otra, ambas partes llegaron a la conclusión de que una guerra nuclear sería destructiva para todos, y que no debería suceder. Esto desplazó la confrontación hacia países periféricos. Se estableció un “teléfono rojo” de comunicación entre Moscú y Washington para gestionar crisis, y en julio de 1963 Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña firmaron el tratado de prohibición de pruebas nucleares en la atmósfera.

Cuba nunca fue invadida pero Estados Unidos impuso un bloqueo que continúa hasta hoy. La URSS se disolvió en 1991 y Rusia heredó sus armas nucleares. Fidel Castro, el más débil de los tres líderes de la crisis de octubre, es el único que sobrevive.

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