Entrevista con Rafael Corkidhi

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Ángel y yo, que somos las personas que manejamos la escuela, vamos a diferentes lugares: pies de carretera, mercados, escuelas, y buscamos los niños. Si a aquí nos llega un niño que se droga, yo no tengo capacidad para enseñarle, yo necesito otro tipo de alumnos: receptivos, inteligentes y constantes.

F: ¿Tiene algún proyecto específico a futuro con la escuela Mar dencuentros?

R. C.: Bueno, el proyecto a futuro es conseguir dinero para sostenerla. Esta escuela cuesta mucho dinero; cuesta mucho la luz, cuesta mucho la limpieza, cuestan muy caros los materiales, las computadoras son muy caras, se descomponen cada quince días; el clima veracruzano es terrible para las computadoras, hay mucha humedad, todo se oxida, ¡el pritt está oxidado!, entonces nosotros requerimos un mantenimiento. Cada muchacho tiene su computadora… las cámaras son caras. Ese es nuestro proyecto, lo demás es a infinito; ahorita estamos muy entusiasmados por el proyecto de 8 video.

F: ¿Puede hablarnos un poco más de este proyecto?

R. C.: Sí; yo vengo del cine, siempre trabajé en una pantalla y fue muy interesante; cuando entré al video aprendí que éste da muchas posibilidades, muchas oportunidades, es infinito. Entonces traté de contar la misma historia en tres monitores, y pusimos tres monitores, que es muy costoso cada vez que se hace un cambio, porque cada monitor requiere un reproductor, después hicimos cinco, después siete, y ahora vamos en ocho, ese es el gran proyecto que tiene Mar dencuentros ahorita.

Es muy difícil entenderlo si uno no lo ve porque podría pensarse que se trata de un performance. En muchos museos, no en todos, hay artistas que hacen su obra sobre televisores; generalmente el videoartista es un artista abstracto, aquí la diferencia es que el proyecto es narrativo, y hay que contar una historia narrativa en ocho monitores. Yo creo que en un futuro el espectáculo en el cine va a cambiar, no es que todos los cines vayan a ser de ocho, eso es imposible, pero sí es una muy buena posibilidad tanto cultural, histórica y de entretenimiento. Usted se sienta, imagínese, y en vez de ver un solo monitor ve ocho; aquí lo pueden ver (en esta escuela).

La instalación es muy costosa, es my difícil editarlo, es muy difícil mantenerlo. Y esa es la proposición de Mar dencuentros, hacer una generación de videoartistas que puedan proponer lo que no se propone normalmente.

F: ¿Más o menos qué tiempo se lleva la formación de los alumnos?

R. C.: No tiene límite, yo me estoy formando cada día; tengo cincuenta años trabajando en esto y no he terminado.

Los cursos comenzaron siendo de seis meses, después los redujimos a tres meses. Entonces cada vez que podemos abrimos el curso; cada vez que entra un joven aquí, hombre o mujer, desde el momento en que atraviesa la puerta ese muchacho, o esa señorita, ya mejoró; se le atiende con decencia, con cariño, con inteligencia, se le oye, se le habla, tiene mil doscientas películas para escoger. Quiere ver a Michael Jackson, quiere ver a Madonna, quiere ver a Roselini, al Indio Fernández, a Gloria Marín, quiere ver a Bergman; ahí están, las pueden ver. Tiene dos mil libros; quiere leer a Shakespiare, a Carlos Fuentes, a Juan Rulfo, ahí están. Si quiere ver una película de toros, una de baile, una de box… ahí están.

No hemos tenido el apoyo que se necesita, y no lo hemos tenido porque no es fácil, no nada más es de dinero, es de muchas cosas más. Es dedicar una vida a un grupo de gentes que no entienden muchas cosas. Yo tengo toda mi vida siendo maestro, he dado clases en la universidad de Guadalajara, en la UDLA de Puebla, en muchas partes, pero esto no se acaba. Lo que hace falta es dinero, ofrecer una beca generosa para que los muchachos estén de tiempo completo.