Análisis de La Leyenda de 1900

...

Quiero destacar los movimientos de cámara y los planos, cuando se trata de que Novecento toque el piano es increíble. Las escenas que quiero destacar son; cuando Max conoce por primera vez a Novecento y el piano va de un lado a otro junto con él, es simplemente mágica. Lo mismo pasa con el duelo entre Novecento y el pianista de jazz, la forma en la que se mueve la cámara es increíble, un enfoque que te mantiene al tanto de lo que está pasando y en verdad lo disfrutas.

La puesta en escena es magnífica, en todo aspecto la dirección artística está muy bien lograda; los escenarios, vestuarios y la ambientación verdaderamente te transportan a la época. Lo que más destaca sin duda, es la música; a cargo de Ennio Morricone, sorprendente como siempre. La canción que toca Novecento al estar inspirado por la muchacha es simplemente hermosa.

La película plantea puntos muy interesantes, porque inicia con escenas de cómo muchos inmigrantes cruzaban los mares a bordo de un trasatlántico para llegar a los Estados Unidos. Si bien, esto es un sueño para todas las personas que van en el barco pero es irónico que todos quieren eso menos Novecento; es interesante como nos muestran esa cara de la moneda, el porqué el protagonista prefiere su mundo.

Las razones por las que Novecento decide nunca abandonar el barco, se profundizan en el final, siento que esto es lo más fuerte de la película y por mucho es la mejor escena. Hace que haya valido la pena la duración de la película. En esta escena la fotografía crece muchísimo, la oscuridad e iluminación del barco abandonado, los primeros planos a los personajes, la música y los diálogos, son una tremenda obra arte.

Sin embargo, aunque la haya disfrutado mucho, sigo sosteniendo que le faltó algo más interesante en la historia, me quedé con el agridulce duelo de los dos grandes pianistas pero en realidad siento que no tiene mucha más profundidad de lo que es. Una escena divertida, pero que se va a una comedia de lo absurdo que a veces siento que no iba acorde con la temática de la película.

Pero esto es lo que yo sentí al verla, tal vez es una escena buena por demostrar que es el mejor pianista pero para mi en todo el tiempo que conocí a Novecento; no era el mejor, sino, el diferente a los demás. No es que no haya funcionado del todo pero te quedas con ganas de algo con mucho más trasfondo, algo que nos conectara de forma más única con el personaje.

En general, es una muy buena película y creo que deja muchas enseñas de varias formas; es como un reflejo de la sociedad, de cómo la mayoría de personas le tenemos miedo al cambio, estamos en una zona de confort en donde nos sentimos seguros y no queremos dar la cara a lo que no conocemos.