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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA COMUNICACIÓN

Enviado por   •  15 de Enero de 2018  •  5.872 Palabras (24 Páginas)  •  230 Visitas

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Sumemos a ello las otras ramas de las ciencias las cuales presentan avances significativos dentro de su campo, más complejos y a mayor velocidad. Ante este acelerado crecimiento no existe ninguna respuesta que adapte las nuevas nociones que aparecen, por lo que nuestra percepción se convierte en una visión solamente especializada en un tema que no toma en cuenta los desarrollos científicos en otras áreas. Esto va acompañado a menudo de la suposición de que las ideas y conceptos de un campo no tienen realmente importancia en otro, lo cual nos delimita aún más nuestra visión fragmentada y errónea, pues tampoco poseemos las herramientas necesarias, o por lo menos básicas, para aproximarnos a las otras ciencias, desde luego, sin abandonar el enfoque de la disciplina en la que estemos sumergidos.

Ciertamente, no sólo es menester, sino deseable cierto grado de especialización, el problema viene cuando se admite que, en los niveles más profundos, estas materias no guardan relación alguna y que el mundo consiste en partes separadas que siempre pueden establecerse como objeto de estudio disyuntivamente. Todas las nociones científicas se asientan en una base de ideas que se extiende por encima de todas las ciencias sin límite. Prevalecen conexiones de largo alcance entre métodos, enfoques e ideas de las diversas especialidades, enlaces de enorme importancia que no pueden ser tratadas como especialidades separadas y ramas inconexas dentro de un mismo cuerpo y es precisamente ahí, donde se establecen límites y barreras entre las disciplinas y especialidades donde la comunicación se desmorona, el lenguaje científico de cada ciencia dispone a percibir la naturaleza por determinadas vías y se bloquea una libre comunicación entre diversas áreas3. Para ello es imperioso que estos límites se vuelvan estructuras dinámicas y los científicos sean conscientes del contexto más amplio de cada experimento y concepto para que no exista una necesidad de fragmentación.

Es preciso establecer una capacidad de apertura en toda ciencia tomando en cuenta que cada persona sea capaz de mantener diversos puntos de vista, a manera de suposición activa, y a su vez tratar las ideas de los demás con el cuidado y atención que le prestamos a las propias. Para esto no es necesario exigir a cada participante que acepte o rechace determinados puntos de vista, sino que más bien se trate de llevar a cabo un esfuerzo donde se intente comprender lo que significan las ideas del otro. De esta manera, la mente podría sostener distintos enfoques, casi con la misma energía e interés. Se entabla así con un libre diálogo interno que puede dar paso a un diálogo externo mucho más relajado y abierto. Esto requiere el no casarnos con las ideas, no estar atados y sometidos a una única percepción y visión determinada del mundo. El inicio de una apertura comunicacional más libre y creativa en todas las áreas de la ciencia significaría un enorme avance para el enfoque científico trayendo beneficiosas consecuencias para la humanidad.

Ahora bien, dentro de las Ciencias de la Comunicación, la misma especialización antes comentada la ha llevado a dejar muchos aspectos de lado trabajando con tradiciones y antiguos paradigmas que resultaron durante una campaña presidencial norteamericana en los años cuarenta. Nos sorprendemos con rancias renovaciones de teorías sobre opinión pública o sobre la construcción de agendas temáticas por parte de los medios. La juventud se deslumbra ante el boom de los media al escuchar cuentos de ciencia ficción sobre el imperio de las nuevas tecnologías por lo que muchas veces nos lleva a pensar que en comunicación, hace mucho, muchísimo tiempo que hay nada nuevo.

El postmodernismo radical tampoco nos ha llevado muy lejos, pues se ha encargado de desmoronar todo pensamiento y en particular los estudios culturales, sumergido en un puro intelectualismo que disfruta la deconstrucción de todo aquello que se le atraviesa, dejándonos como única visión un relativismo pluralista bajo el cual la única perspectiva aceptable es la de que la verdad está determinada culturalmente (excepto la suya propia, la cual puede ser aplicable a toda cultura), y donde no existen verdades trascendentales ni universales (excepto las suyas, claro está, que van más allá de todo concepto). Por ello es urgente establecer nuevas bases integralistas con base en una escuela constructivista que funcione para interrelacionar los múltiples contextos humanos como la ciencia, el arte, la religión, la filosofía, así como las grandes tradiciones del planeta entero evidenciando así que el mundo no se halla realmente dividido4.

El avance y desarrollo en las demás ciencias no puede dejar de lado a la Comunicación, para ello es necesario establecer nuevos enfoques comunicacionales que se adapten a los nuevos paradigmas científicos y que entren en juego con las demás ramas de la ciencia, descubriendo vínculos ignorados y abrazando todo este vacío que nos han dejado las especializaciones del paradigma newtoniano. El fenómeno comunicacional no ha estado separado a esta concepción mecanicista de la existencia humana. Nos hemos llenando de modelos que en un instante se convirtieron en paradigmas incondicionales de las relaciones mediáticas e interpersonales, es decir, entre receptores y medios masivos y entre individuos en sí. La comunicación entonces ha sido vista como un proceso lineal y voluntario de causa y efecto, en el cual ineludiblemente la causa es preeminente sobre el efecto, porque este último sólo era lo producido por la causa. Otra característica fundamental de la comunicación determinista fue que el fenómeno en sí era reducido a un modelo tan lineal como por ejemplo el de Claude Shannon, en el cual se concibe la comunicación entre dos individuos como transmisión de un mensaje sucesivamente codificado y después descodificado. Esto reanima una tradición filosófica en la que el hombre se concibe como un espíritu enjaulado en un cuerpo que emite pensamientos en forma de palabras; estas salen por un conducto apropiado y son recogidas por embudos ad hoc, que las envían al espíritu del interlocutor, quien las analiza e interpreta su sentido. Dentro de este esquema la comunicación se presenta como un acto verbal entre dos individuos consciente y voluntario.

El modelo de comunicación orquestal desarrollado por la escuela de Palo Alto9 es una de las propuestas comunicacionales que más se adaptan a los nuevos paradigmas científicos, pues su funcionamiento se asemeja al de una red de vínculos donde cada uno de nosotros forma parte imprescindible de toda relación social. En este modelo la comunicación se concibe como un sistema de canales múltiples en el que el autor social participa en todo momento, lo desee o no: su mirada,

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