Algunos enigmas de la concina se verán resueltos en el libro, y hablaremos en este reporte de algunos de ellos, ya que la idea es conquistar los casos más desconcertantes y demostrar que pueden explicarse mediante la nutrición, la ecología o en dólar
Enviado por Ledesma • 20 de Agosto de 2018 • 3.707 Palabras (15 Páginas) • 505 Visitas
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- EL ENIGMA DE LA VACA SAGRADA
Existe la prohibición del sacrificio de vacas y terneros y otros animales. Sólo dos estados indios Kerala y Bengala occidental han aprobado algún tipo de ley de «protección de vacas», entendiéndose por “vaca” tanto los machos como las hembras. Los hindúes veneran a sus vacas (y toros) como deidades, las mantienen alrededor de las casas, les ponen nombres, les hablan, las cubren de flores, les ceden el paso en los cruces concurridos y procuran meterlas en refugios para animales cuando enferman o envejecen.
Para los hindúes nosotros somos unas personas totalmente ignorantes, y malas ya que nos comemos a sus deidades, cuando para ellos hasta es ilegal, así que cuando van a otros países les dan vaca, ya no quieren regresar jamás, mientras para nosotros ellos son los “locos” que tratan como deidad a un animal.
La pregunta aquí es el por qué la vaca es la que usan como deidad y no con otra, esto es porque la vaca era en la India la mejor compañera. No sólo daba leche, también hacía posible la agricultura, ningún otro animal (o ser) podía rendir tantos servicios útiles al ser humano.
Al poder participar en el concurso para madre animal de la India, la especie doméstica tenía que ser, al menos, lo suficientemente grande y fuerte como para tirar unas piezas de metal que hacen que se mueva la tierra y poder cultivar en ella, esto elimina inmediatamente a cabras, ovejas, cerdos y obviamente perros y gatos. Mientras que la vaca da leche, ayuda a la agricultura, es una buena compañera.
Y a cambio de asegurar religiosamente la prohibición de los hábitos alimentarios basados en el consumo de carne de vacuno, poniendo en cuenta que daba leche, ayuda al ganado etc., logra hacer posible que el país tenga satisfactoriamente una vida humana muy re confortable.
- EL CERDO ABOMINABLE
La creencia absurda de pensar que el ser más sucio es el cerdo por que devoran heces, sin saber que otras especies como gallinas y cabras igual lo hacen, esta creencia es principalmente de Judíos y Musulmanes desde hace décadas. La teoría de la evitación del cerdo, basada en razones de salud pública, tuvo que esperar setecientos años antes de recibir lo que pensaban que sería una justificación científica. En 1859 se estableció el primer vínculo clínico entre la triquinosis y la carne de cerdo mal cocinada, convirtiéndose a partir de entonces en la explicación más popular de los tabúes. Aunque con el tiempo, la teoría de la evitación de la carne de cerdo basada en la triquinosis perdió el favor del público.
Aunque suele decirse de una persona que transpira mucho que “suda como un cerdo”, la expresión no tiene fundamento anatómico. Los cerdos no pueden sudar: carecen de glándulas sudoríparas. El ser humano es el que más suda.
También el cerdo es el mamífero que con más eficacia transforma los productos vegetales en carne. Aparte el aparato digestivo y sus necesidades nutritivas guardan más semejanzas con los de los humanos que los de cualquier otro mamífero.
Por eso mismo es algo irracional que piensen que el cerdo es malo ya que no lo es, son simplemente creencias que se van de generación a generación aunque sean erróneas.
Todo esto no quiere decir que una religión como el Islam sea incapaz de conseguir que algunas personas alteren sus hábitos dietéticos por respeto a mandamientos de origen divino. A menudo, sacerdotes, monjes y santos renuncian a alimentos sabrosos y nutritivos por piedad religiosa, no por necesidad práctica.
Pero todavía no se ha encontrado ninguna religión floreciente cuyos tabúes dietéticos dificulten la buena alimentación del pueblo en sí. Todo lo contrario, al resolver los enigmas de la vaca sagrada y el cerdo abominable, se ha demostrado que a fin de cuentas, las aversiones y preferencias alimentarias más importantes de cuatro grandes religiones favorecen el bienestar ecológico y nutritivo de sus seguidores.
- LA HIPOFAGIA
El enigma de la carne de caballo es muy desconcertante si echamos un vistazo a nuestro alrededor para ver lo que ocurre en otras culturas. Ésta se consume en la mayor parte de la Europa continental. Franceses, belgas, holandeses, alemanes, italianos, polacos y rusos la consideran, sin excepción, buena para comer y la consumen en cantidades considerables a lo largo del año.
En la alta cocina romana, exitosa en otros aspectos por sus platos exóticos, el caballo era desconocido.
Los científicos e intelectuales fueron los que reivindicaron el consumo público y libre de la carne de caballo. Uno de sus principales defensores fue el barón Dominique Jean Larrey, cirujano-jefe de los ejércitos de Napoleón. Los soldados y civiles comunes sabían que se podía vivir sin problemas de salud a base de carne de caballo, siempre que el animal no estuviese enfermo y su carne todavía fuese fresca. Tras la derrota de Napoleón, los políticos conservadores franceses intentaron volver a prohibir la carne de caballo. Pero una larga lista de distinguidos científicos y académicos reanudó la lucha contra los prejuicios y fobias hacia la carne de caballo y que afirmaron que denegar el derecho a comer carne de caballo era algo supersticioso y una amenaza para el bienestar de la clase obrera francesa. Aunque había aún muchos conservadores no pudieron quitar la idea que era bueno comer caballo, hasta la fecha.
Aunque muchos europeos siguen considerando todavía que la carne de caballo es buena para comer, la cantidad de ésta que se consume hoy en día ha bajado considerablemente a como se consumía en su época.
- SAN VACUNO, EE.UU.
En Estados Unidos, es el país que más consume carne roja siendo unos 75 kilos por cápita y año siendo la vaca y ternera la más consumida con el 39%.
Han comido cordero, carnero etc., pero poco a poco su sabor del cordero y, especialmente, del carnero se hizo extraño para la mayoría de los norteamericanos y poco a poco lo iban quitando de su mesa, sustituyendo por otra comida, y así sucesivamente. Esto hacia que se quedaran con poco alimento, ya que ellos mismos iban diciendo que si podían comer y que no.
De ahí es cuando llega el puerco, que se dieron cuenta que era un gran alimento, ya que podían sacar cosas como el tocino (que hasta la fecha es de sus productos favoritos), y a todos los norteamericanos les gustaban y lo consumían.
Pero fue cuando empezaron a hacer hamburguesas que lo pensaron bien. Ya que no podían juntar
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