Antes de la Asociación Nacional de Gobernadores, 92a Reunión Anual, Universidad Estatal,

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Un aspecto intrigante de la reciente ola de aceleración de la productividad es Estados Unidos, las empresas y los trabajadores parecen haberse beneficiado más de los recientes avances en la información La tecnología que sus contrapartes en Europa o Japón. Esos países, por supuesto, tuvieron también

participación en esta ola de invención e innovación, pero parecen haber sido más lenta para explotarla. Relativamente inflexibles y, por lo tanto, los mercados de trabajo más costosos de esas economías parecen ser una parte importante de la explicación. Las elevadas tasas de rendimiento ofrecidas por las nuevas tecnologías en los Estados Unidos son en gran parte el resultado de una reducción en los costos laborales por unidad de producción. Las tasas de retorno de la inversión en las nuevas tecnologías son proporcionalmente menos en Europa y Japón porque las empresas se enfrentan a mayores costos de desplazamiento que los trabajadores hacemos. Aquí, el desplazamiento de mano de obra es más fácilmente tolerado por la ley y por la cultura. Entre paréntesis, porque nuestros costos de despedir a los trabajadores son más bajos, los posibles costos de contratación y los riesgos asociados con la expansión de empleo son menos. El resultado de esta capacidad significativamente mayor de despido de trabajo ha sido, contra intuitivamente, un descenso dramático en la tasa de desempleo de Estados Unidos en los últimos años. Pero un subproducto menos Bienvenido de rápido cambio económico y tecnológico y el mayor nivel de potencial despido de trabajo necesario que va con él, es la evidente inseguridad sentida por muchos trabajadores a pesar de los mercados de trabajo más ajustados en décadas. Yo sospecho que esta ansiedad proviene de un miedo de la obsolescencia de habilidad de trabajo y una medida muy tangible de ello es la presión sobre nuestros sistemas de educación y formación para preparar y adaptar los trabajadores a ejecutar eficazmente las nuevas tecnologías. Estas presiones suelen seguir siendo intenso, aunque pueden encerar y disminuir, porque no veo nada que sugiera que las tendencias hacia un mayor contenido conceptual de nuestra salida de la Nacion y, por tanto, hacia el aumento de la demanda por habilidades conceptuales en nuestra fuerza de trabajo, va a terminar. La rapidez de la innovación y la imprevisibilidad de las direcciones puede implicar tomar una considerable inversión en capital humano. Los más importantes avances en la información y la tecnología informática produce poco valor económico adicional sin intelecto y creatividad humana.