Aunque a primera vista la noción de “espacios no escolares” designa todos aquellos ámbitos y actividades educativos que se despliegan fuera de las escuelas
Enviado por Rebecca • 7 de Septiembre de 2018 • 1.297 Palabras (6 Páginas) • 432 Visitas
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De acuerdo, con lo que dice Freire los seres humanos deben desarrollar la capacidad de comprender críticamente la realidad, que aprendan a ver el mundo como un proceso de cambios. Es decir, que se apele a la concientización desde el proceso de aprendizaje para comprender las contradicciones sociales y analizarlas para la autoconstrucción. Para este autor, el diálogo es el elemento central de la pedagogía crítica ya que el lenguaje es la posibilidad que posee todo ciudadano para: relacionarse socialmente, discutir, exponer, reflexionar, transformar, participar, etc.
En contraposición, la posmodernidad no se identifica con la posibilidad del cambio, ni con la idea de progreso, proyección de un futuro, colectividad, sino que en ella priman la individualidad, la economía del consumo, lo estético, la moda, y la pérdida de lo utópico. Además, en este proceso histórico marcado por lo nuevo, se reconocen los límites de las ciencias, surgen infinidad de ídolos, hay excesiva emisión de información, desacralización de la política, cuestionamiento de las grandes religiones.
Po último, cabe mencionar que los espacios escolares y no escolares se privilegia el pleno desarrollo del educando que consistiría en que pueda formarse conforme a sus propias convicciones suscitando en él capacidades individuales motrices, de equilibrio personal, de relación y actuación social con la adquisición de los elementos culturales; y adaptación de ciertos conocimientos que la educación considera relevantes para la construcción de los sujetos tanto en su vida personal, social y laboral.
Conclusión
Actualmente, cuesta desprenderse de las consecuencias de la posmodernidad y de las tensiones que empujan el progreso y la evolución en todos los aspectos de la vida en sociedad.
De todas maneras, todo ser humano se caracteriza como un ser político, democrático, cultural y ciudadano por derecho; atravesado por ámbitos escolares y no escolares puede conformarse para y con otros para la consecuente transformación de la sociedad y realidad.
Por ello se puede afirmar, de acuerdo a lo expuesto anteriormente que debido a las grandes transformaciones todos los ámbitos han ido reestructurándose y, a pesar de las tensiones que arrastra, evolucionan. Un ejemplo de ello, es la segmentación que ha producido la globalización, podemos recalcar que ha facilitado las comunicaciones como estrategias de enseñanza dentro de los lugares de encierro.
Finalizando, la educación escolar y no escolar no actúan como términos complementarios para agotar lo educativo, si se articulan para el pleno desarrollo del alumnado en cualquier contexto. De este modo, concluimos que en la cárcel se cuela lo educativo para generar en los individuos la esperanza de construirse socialmente, dignamente ya que la educación permite la construcción de identidad, pertenencia y es el lazo en las sociedades humanas. Es decir, que ella valoriza a los penitenciarios promoviendo su autoestima generando en ellos actitudes y capacidades que lo optimicen a nivel psicológico, personal y social. Tal como lo expresa la pedagogía de Dusell (2001) que toda intervención se relaciona con la capacidad humana de acompañar a otro desde un “estado de indigencia hasta otro de autonomía”.
En concordancia, la pedagogía social es el espacio para pensar y poner en marcha las cuestiones que tienen que ver con la igualdad y los derechos, en el marco de las nuevas condiciones económicas, respecto del acceso a la cultura, a la participación social y a la dignidad de las personas. Por ello, destacamos que, si bien los espacios escolares y no escolares no acaban con lo educativo, ponen de manifiesto que la condición de desarrollo del ser humano es la comunidad y, que la exclusión no lo ocupe todo.
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