CONCURSO MERCANTIL.
Enviado por Jillian • 27 de Diciembre de 2017 • 969 Palabras (4 Páginas) • 548 Visitas
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El Labyrinthus se extendió y publicó fuera de nuestra península, en diversas ciudades europeas, tales como Lyon, Amberes, Venecia en las que se desarrollaban unas intensas relaciones comerciales, y en las que lógicamente se producirían con frecuencia situaciones de insolvencia frente a una pluralidad de acreedores. Sin duda, tal hecho, unido a la falta de regulación de algunos aspectos que se planteaban en la práctica, motivó el interés por el conocimiento del pensamiento de SALGADO y, en consecuencia, de la publicación del extensísimo y completo tratado que fue el Labyrinrhm, pues en él se contenía una detallada regulación sobre el conjunto de incidencias que se pueden plantear en una quiebra.
Sobre cuál pudo haber sido el motivo que movió a su autor a decantarse por darle a la obra el título de “Labyrinihus” nada sabemos, pero suponemos que el mismo pudo deberse a que en él, quizás quiso reflejar el sin fin de enmarañadas y confusas relaciones jurídicas entre acreedores y deudor, que muchas veces carecían de soluciones jurídicas efectivas y quedaban sin resolverse. Queriendo equiparar, imaginamos, la realidad de la situación con el significado del propio término laberinto, como encrucijada de caminos que sólo tienen una salida, pero es complicado dar con ella. A ello se uniría, tal vez, la problemática originada por la gran dispersión de normas jurídicas en que aparecía regulado el concurso de acreedores en aquella época: cédulas, decretos, pragmáticas, y leyes de Cortes.
Intuimos que entre los objetivos primordiales del autor en aquel instante, la consecución de una ordenación y unificación de toda esa normativa anterior, partiendo de la conservación de aquello que, a su juicio, tuviera validez y fuera conveniente preservar. El otro propósito a alcanzar radicaría en moderar el rigor legislativo de la época anterior“, en beneficio del deudor, como se demuestra de la toma de postura de su autor partidario de erradicar la prisión, cuando el deudor entregaba su patrimonio para compensar sus deudas. Por último, hay que reconocer el acierto de SALGADO al poner en manos de la Administración de Justicia la dirección de todo el proceso concursal, con el ánimo de garantizar tanto los derechos del propio deudor como también los de los acreedores. De este modo, atribuye al juez un importante papel, pues interviene y dirige las distintas fases del proceso. Sus tareas principales consistían en averiguar la realidad de! patrimonio confesado por el deudor, nombrar un administrador de aquél, liquidarlo, y con el precio obtenido pagar a los distintos acreedores.
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