CONTENIDOS PRELIMINARES DE LA POLICÍA DE PROXIMIDAD

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En esta misma línea, también la organización policial ha pasado por diversas modificaciones. En varios países, los enfoques de la policía llamada comunitaria o de proximidad están, netamente, perdiendo velocidad: es el caso de Francia, Estados Unidos y Canadá, por ejemplo. Ciertamente, las organizaciones policiales siguen estando preocupadas por la calidad y la proximidad de sus lazos con los habitantes; por otro lado no es raro que la satisfacción de los habitantes sirva de importante patrón de medida del desempeño. Varias razones pueden explicar estos planteos críticos[2]. De allí que se planteen dificultades en la puesta en marcha de la proximidad, especialmente en lo que respecta a la palabra de los habitantes. En varios casos, se ha creado foros locales de seguridad pública en los que la organización presenta sus prioridades de acción y recibe los comentarios de los funcionarios electos y de los ciudadanos. A menudo formales, a veces impermeables a las demandas de los habitantes, estos foros han conseguido en alguna medida hacerse un lugar real entre los habitantes. En otros casos, los mecanismos son más flexibles, también más hospitalarios, pero se ve entonces que son siempre los mismos habitantes los que participan, con el riesgo de una especie de apropiación por parte de los intereses particulares en detrimento del interés general[3]. Se ha observado también una separación entre el discurso de la proximidad y su aplicación interna en el mismo seno de las organizaciones policiales; de este modo, mientras que la policía comunitaria invitaría a elaborar indicadores diferentes de evaluación de desempeño tales como el conocimiento íntimo de los actores y de los puntos fuertes y débiles del barrio, o la capacidad de movilizar a los socios de la coalición, los indicadores cuantitativos tradicionales como el número de arrestos o los casos resueltos siguen predominando. Por otra parte, han aparecido otras demandas en cuanto a la imputabilidad y la rendición de cuentas, a veces en contradicción con los objetivos de una policía de proximidad; es por cierto legítimo aumentar la eficacia de las investigaciones para mejorar la tasa de solución de delitos, pero puede resultar de ello una deslegitimación del policía comunitario si hay confusión de roles. Finalmente, en varios casos, las organizaciones policiales han modificado su grilla territorial con los consiguientes cambios en la cobertura de los diversos niveles de cuerpos policiales: es el caso, por ejemplo, de Bélgica, de Quebec, pero también de Inglaterra o de Australia. Este nuevo recorte de los servicios y los cambios de personal en los barrios no han contribuido siempre a una efectiva puesta en marcha de la policía comunitaria.

En un plano estructural, las policías públicas han sido interrogadas o remodeladas, al menos bajo tres aspectos[4]. El primero tiene que ver con la articulación entre los distintos niveles de policía. Cualquiera sea la naturaleza administrativa de los Estados, se ha observado en el curso de los últimos años diversas reestructuraciones, fusiones de cuerpos de policía (en Inglaterra, en Quebec), creación de policías municipales (en Francia, en Bélgica), descentralización de la gestión policial hacia las regiones y departamentos o, en el caso de las ciudades, hacia los barrios. El segundo aspecto afecta a las relaciones entre los diversos cuerpos de policía pública. Bajo la influencia de investigaciones abortadas, a veces fuertemente mediatizadas, pero también a causa de la mayor complejidad de los asuntos tratados y de la lucha contra el terrorismo y la delincuencia transnacional, las policías internacionales, nacionales, regionales y locales han debido crear nuevos mecanismos de cooperación. De esto han resultado notablemente mejores mecanismos para compartir información y una mayor plasticidad de los modos de gestión, favorizando la flexibilidad y un centro grado de descentralización, en lugar de los enfoques tradicionales de gestión jerárquica y cerrada. Finalmente, el tercer aspecto está ligado al desarrollo, en el seno o a veces en los márgenes de las fuerzas policiales, de nuevas profesiones, tales como adjuntos de seguridad, los “ community safety officers “, etc[5]. Sin tratarse de policías dotados de plenos poderes, estos adjuntos son parte de la organización, los que a su vez plantea desafíos sobre su integración real y la extensión de sus responsabilidades.

El medio ambiente en que funcionan las policías también se ha modificado. Por un lado, el aumento de la importancia de los servicios de seguridad privada, que actualmente superan en importancia a las fuerzas de seguridad pública en varios países (Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Sudáfrica, etc.), crea un nuevo dato sobre la oferta de la seguridad[6]. No hay espacio para ver allí una competencia necesaria. De todos modos, es verdad que esta diversificación de la oferta va cargándose en su avance de otras problemáticas relativas a las áreas de competencia, a la rapidez y a la flexibilidad de la respuesta, así como a la identidad clara de los diversos órganos de policía y al marco deontológico de acción de los diversos actores. Por otra parte, la diversidad social y los movimientos de población, la inmigración más o menos lícita, pero también la integración de las poblaciones surgidas de la inmigración, plantean desafíos que se agregan a las fuerzas policiales. Recordaremos entre otras las investigaciones realizadas por Inglaterra, Australia o en Montreal sobre el “racismo” policial[7]. Estos desafíos operan sobre dos planos. El primero está relacionado con el medio ambiente externo: cómo mantener una respuesta a la vez sensible a las diferencias culturales y al mismo tiempo universalista e igual para todos. El segundo plano está ligado al medio interno: cómo integrar, en el seno de las organizaciones policiales, a las personas surgidas de minorías etnoculturales, con el fin de representar mejor a la sociedad, sin caer por otro lado en el “comunitarismo”

Notemos finalmente que el campo de los estudios sobre la policía ha conocido una fragmentación importante, especialmente con la suma de un amplio temario que involucra a la seguridad privada y a las nuevas profesiones de la seguridad. Entre los investigadores, por otra parte, son más los jóvenes que se interesan en la policía, examinando una gama más importante de temas, si bien pocos investigadores jóvenes se interesan hoy en día por los desafíos de la policía de proximidad y la prevención policial.

Algunos desafíos clave

Tres grandes desafíos parecen derivarse de estas observaciones: imputabilidad y transparencia, métodos y herramientas, y respuestas a fenómenos específicos.

La cuestión de la imputabilidad